Si estás recurriendo a sacarina para hacer tu café de la mañana más saludable y amigable con tu silueta, la Organización Mundial de la Salud considera que deberías dejar de hacerlo. Según las nuevas directrices publicadas por el organismo de salud estos sustitutos del azúcar no ayudan a controlar el peso y podrían tener consecuencias negativas en tu bienestar. 

La recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que sugiere que el uso de edulcorantes no azucarados no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. 

Los resultados sugieren además que puede haber posibles efectos indeseables del uso en el tiempo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.

"Las personas deben considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados", afirma al respecto Francesco Branca, Director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS. 

Estos sustitutos "no tienen valor nutricional", enfatiza Branca. Su consejo, por tanto, para mejorar la salud es "reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana."

La recomendación se aplica a todas las personas, excepto a las que padecen diabetes preexistente, e incluye todos los edulcorantes no nutritivos sintéticos y naturales o modificados que no están clasificados como azúcares. Esto incluye desde los que pones en tu café hasta la amplia gama que la industria añade a alimentos y bebidas manufacturados. 

Entre los edulcorantes no nutritivos más comunes citados por la OMS se encuentran el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.

No obstante la OMS remarca que su consejo es "condicional" ya que algunos factores, como la salud de los participantes del estudio podrían haber influido en el vínculo encontrado. 

Pero a medida que crece la investigación sobre los edulcorantes artificiales, todo apunta a que su impacto en el cuerpo está lejos de ser inocuo. En 2018 una investigación indicó que igualmente pueden llegar a provocar obesidad y diabetes.

El pasado año un análisis sobre 103.000 adultos franceses concluyó que los edulcorantes "no deben considerarse una alternativa saludable y segura al azúcar". Publicado en BMJ el trabajo señala una asociación con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y coronaria.