Primeros signos de colapso de las corrientes del Atlántico: ¿qué consecuencias tendría para Europa?

Océano Atlántico

Getty Images

  • Un nuevo estudio ha desarrollado un indicador de alerta temprana para la ruptura de la circulación meridional del Atlántico (AMOC).
  • El colapso de estas corrientes oceánicas tendría devastadoras consecuencias a nivel global, como la desertificación de las zonas tropicales o el enfriamiento del hemisferio norte.
  • Anteriores estudios ya avisaban de que este sistema de corrientes podría colapsar en cualquier momento entre 2025 y 2095.

Los científicos llevan tiempo advirtiendo sobre ello: las corrientes oceánicas (AMOC) están debilitándose y reduciendo de manera preocupante su velocidad. En concreto, la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC) desempeña un efecto fundamental sobre el clima y un nuevo estudio ha revelado que se encuentra en "un punto de inflexión crítico", al borde del colapso.

Ahora, una nueva investigación alerta de un gravísimo dato: la circulación del océano Atlántico se dirige hacia un punto de inflexión crítico que implica “malas noticias para el sistema climático y la humanidad”.  A través de datos previos y modelos informáticos, los científicos crearon un indicador de alerta temprana para la ruptura de la circulación meridional del Atlántico (AMOC).

Tal y como recoge The Guardian, lo que han descubierto es que la corriente —que abarca parte de la Corriente del Golfo y transporta calor, carbono y nutrientes desde los trópicos hacia el Círculo Polar Ártico, donde se enfría y se hunde en las profundidades del océano— está en camino hacia un abrupto cambio, inédito en los últimos 10.000 años. 

Esta corriente funciona como una cinta transportadora que incide en la temperatura, la salinidad, el oxígeno disuelto, el dióxido de carbono, el pH y los nutrientes; regula el almacenamiento de calor, ayuda a distribuir energía alrededor de la Tierra y modula el impacto del calentamiento global provocado por la humanidad. 

La corriente se encuentra en su estado más débil del último milenio

Desde 1950, la corriente ha caído un 15% y se halla en su punto más débil en más de un mileni según otro estudio. Una investigación de 2023 alertó de que el sistema de corrientes podría colapsar en cualquier momento entre 2025 y 2095. Sin embargo, la Oficina Meteorológica del Reino Unido dijo que cambios grandes y rápidos e esta corriente eran “muy improbables” en el siglo XXI.

Las causas de la erosión del sistema son el derretimiento más rápido de lo esperado de los glaciares y las capas de hielo del Ártico de Groenlandia.

Un enero de récord muestra el espeluznante efecto del cambio climático

Pero la nueva investigación, publicada en Science Advances, ha abierto nuevos caminos al buscar señales de advertencia en los niveles de salinidad en la extensión sur del Océano Atlántico, entre Ciudad del Cabo y Buenos Aires

Simulando cambios durante un período de 2.000 años en modelos informáticos del clima global, descubrió que un lento declive de la corriente oceánica puede conducir a un colapso repentino en menos de 100 años, con consecuencias absolutamente catastróficas.

"Estas son malas noticias para el sistema climático y la humanidad, ya que hasta ahora se podía pensar que la inclinación era solo un concepto teórico y que desaparecería", señala el documento.

Las devastadoras consecuencias para el planeta

El estudio también ha mapeado las consecuencias del colapso: el nivel del mar en el Atlántico aumentaría un metro en algunas regiones, inundando muchas ciudades costeras.

Las estaciones húmedas y secas en el Amazonas cambiarían, conduciendo al colapso irreversible a la ya mermada selva tropical, otrora pulmón del planeta. También se interrumpirían los monzones de África occidental e India.

Además, habría una fluctuación mucho más errática de las temperaturas: el hemisferio sur se recalentaría, mientras que Europa experimentaría un drástico enfriamiento, con temperaturas gélidas, vientos más fuertes y menor cantidad de precipitaciones. En las regiones subtropicales se produciría calentamiento y desertificación, incluyendo a toda la región mediterránea. 

Investigaciones previas también revelaron que habría muchas menos lluvias en Europa, América del Norte y Central, África del Norte y Central y Asia, y más precipitaciones en el Amazonas, Australia y el sur de África. El hielo marino se extendería hacia el sur desde el Ártico hasta el Atlántico norte subpolar, y el hielo marino antártico se extendería hacia el norte.

La parte más negativa es que los cambios serían 10 veces más rápidos que ahora, imposibilitando la adaptación.  Serían, en palabras del principal autor del artículo —René van Westen, de la Universidad de Utrecht— "cambios irreversibles en escalas de tiempo humanas". 

Los ecosistemas terrestres y marinos no podrán hacer frente al cambio, la biodiversidad estaría afectada gravemente y muchas naciones no podrían brindar los suficientes alimentos y agua a su población. 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.