Sam Bankman-Fried intentó culpar a sus amigos más cercanos del fraude en FTX, pero se volvieron contra él por ello

Si pones a tus amigos a los pies de los caballos, ¿puedes sorprenderte de que te hagan lo mismo cuando tengan la oportunidad?

Esa es una cuestión que debe plantearse Sam Bankman-Fried, el antiguo magnate de las criptomonedas que alegó desconocimiento tras la quiebra de su plataforma de intercambio de criptomonedas, FTX, hace un año. Intentó culpar a algunos de sus ejecutivos, que acabaron testificando contra él en su juicio federal, pero su historia pronto se volvió demasiado turbia como para que pudiera salirse con la suya.

Uno a uno, sus amigos se pusieron de parte de la acusación y empujaron a Bankman-Fried a un precipicio mucho mayor. Así fue como un jurado lo declaró culpable de siete cargos en su juicio federal por fraude celebrado en el centro de Manhattan el jueves por la noche.

Los fiscales demostraron con éxito al jurado que Bankman-Fried canalizó los fondos de clientes inocentes de su exchange de criptomonedas a otra empresa de su propiedad antes de utilizar los fondos en lujosas propiedades inmobiliarias, donaciones políticas y otras inversiones, perdiendo a la larga miles de millones de los fondos de los clientes.

El esperado juicio congregó a multitud de personas, pero se esperaba una sentencia condenatoria. Con una lista de testigos repleta de antiguos ejecutivos de Bankman-Fried, las tornas se volvieron en contra del multimillonario mucho antes de que empezara el juicio.

Y la culpa es de Bankman-Fried. Aunque alcanzó la fama y la fortuna en el mundo de las criptomonedas, plantó las semillas de su caída cuando hizo cómplices de su fraude a sus amigos más cercanos.

Al final, ellos tuvieron la última palabra.

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Bankman-Fried no era un "director general decorativo"

Fue difícil vender a los curiosos, y probablemente también al jurado, que Bankman-Fried estaba actuando de buena fe cuando perdió miles de millones en depósitos de clientes de FTX mientras sus amigos más cercanos lo señalaban como el cabecilla de una trama de fraude.

La defensa también trató de argumentar que su cliente, apodado SBF, simplemente desconocía que Alameda estaba utilizando fondos de clientes y se mantuvo al margen de las decisiones sobre el sistema de FTX que permitieron que esto sucediera. Siempre preocupado por las relaciones públicas, el propio Bankman-Fried esgrimió este argumento en una serie de entrevistas concedidas a los medios de comunicación tras la quiebra de FTX en noviembre de 2022.

La fiscalía dijo que Bankman-Fried mintió en el estrado cuando afirmó desconocer los delitos y basó su testimonio en el de sus tres principales ejecutivos que hablaron antes que él.

"Habría que creer que el acusado —que se graduó en el MIT, que dirigía dos empresas multimillonarias y que estaba testificando ante el Congreso— en realidad no tenía ni idea, y no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo en su propia empresa, y no tenía ni idea de que lo que estaba haciendo estaba mal", señaló el ayudante del fiscal estadounidense Nicolas Roos durante las declaraciones finales.

Bankman-Fried ostentaba los máximos cargos en FTX —su exchange, del que era consejero delegado, cofundador y propietario mayoritario— y Alameda, la empresa de trading de criptomonedas que cofundó y de la que fue consejero delegado antes de que naciera FTX. Poseía el 90% de la firma y era el presidente y único miembro de su junta hasta noviembre de 2022, cuando ambas empresas se declararon en bancarrota.

Y a pesar de sus afirmaciones, Bankman-Fried era una persona que tomaba decisiones y no un "CEO decorativo" para sus colegas, afirma Jim Angel, profesor adjunto del Centro Psaros de Mercados y Políticas Financieras de la Universidad de Georgetown.

"Era la persona que mandaba. Llevaba la voz cantante. Estaba muy involucrado en las operaciones", explica Angel a Business Insider. "Por eso creo que es muy difícil que esta vez SBF se salga con la suya".

En varios momentos del juicio, la defensa culpó a Caroline Ellison, la codirectora ejecutiva y más tarde única directora ejecutiva de Alameda nombrada por Bankman-Fried. Más tarde, la defensa puso en tela de juicio el testimonio del director de tecnología Gary Wang y del director de ingeniería Nishad Singh, quienes declararon que Bankman-Fried les ordenó realizar cambios en el código de FTX que otorgaban a Alameda ciertas ventajas frente a otros clientes de la plataforma.

Bankman-Fried nunca reveló esas ventajas a clientes, inversores, reguladores o al Congreso. En lugar de ello, insistió repetidamente en que FTX y Alameda estaban totalmente separadas y que esta última no tenía ninguna ventaja especial, y mucho menos que tuviera acceso al dinero de los clientes de FTX.

Singh, por ejemplo, declaró que se sintió "sorprendido y horrorizado" cuando descubrió en noviembre que Alameda había utilizado el dinero de los clientes de FTX.

"Me sentí realmente traicionado", dijo Singh, "que cinco años de sangre, sudor y lágrimas mías y de tantos empleados, conduciendo hacia algo que yo pensaba que era una hermosa fuerza para el bien, había resultado ser tan malvado."

Ellison testificó: "Sam me dirigió para cometer estos crímenes".

La defensa trató de describir un retrato diferente. Ellison, Wang y Singh —junto con los fiscales del caso— presentaron a Bankman-Fried como un villano monstruoso, según explicó el abogado defensor Mark Cohen. Y añadió que el trío de cómplices tenían su parte de responsabilidad, recordando repetidamente al jurado que habían llegado a acuerdos de cooperación con el gobierno.

"Lo presentaron en esta película como un villano, un tipo malo, que dirigía a otros, que aparentemente no tenían libre albedrío propio, para robar miles de millones de dólares", afirmó Cohen sobre Bankman-Fried durante las declaraciones finales.

"Esa representación de él no tenía sentido en el mundo real, especialmente viniendo de estos testigos que eran sus amigos más íntimos, que le conocían desde hacía años, que habían ido de campamento con él, a la universidad, que habían vivido juntos con él, que habían trabajado con él durante años, creando dos empresas, que viajaron con él y se movieron por todo el mundo con él", añadió. "Eso es mucho decir de alguien que ahora se presenta ante nosotros como alguien tan terrible".

Un cuarto testigo, un desarrollador de FTX llamado Adam Yedidia, testificó bajo la condición de inmunidad, diciendo que temía haber "escrito involuntariamente código que contribuyó a la comisión de un delito". Un quinto, Can Sun, asesor corporativo de FTX, testificó que Bankman-Fried "no se sorprendió en absoluto" cuando Sun le dijo que no había ninguna defensa legal para apropiarse de los fondos de los clientes, desinflando la afirmación de Bankman-Fried de que había hecho que los abogados revisaran los documentos legales y pensaba que todo estaba bien.

El equipo de la defensa, según Angel, intentaba "culpar a todo el mundo menos a su cliente", pero los acuerdos de cooperación de los cómplices sirven de poco para restar culpabilidad a Bankman-Fried.

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"Siempre pueden argumentar que 'bueno, sólo intentan salvar su pellejo delatando a su jefe'. Pero la realidad es que él era su jefe, y todos ellos están muy bien informados", dice Angel. "Estas personas vivían literalmente juntas, dormían juntas y lo gestionaban todo juntas. Es bastante difícil para SBF argumentar que 'bueno, lo hicieron ellos'".

Las relaciones personales y los enredos hicieron que la traición de Bankman-Fried fuera mucho más irrefutable y prepararon el terreno para que se volviera contra él.

Bankman-Fried conocía a Wang y Yedidia del MIT; Singh era amigo de la familia; Ellison era su novia ocasional, a la que conoció en su primer trabajo al salir de la universidad. Todos ellos declararon respetar a Bankman-Fried y confiar en su criterio. Cuando pensaron que sus instrucciones eran cuestionables (o poco éticas, o ilegales), es posible que se opusieran, pero dijeron que al final confiaron en sus explicaciones aparentemente razonables.

Ahora, Wang, Ellison y Singh se han declarado culpables de delitos graves y esperan sus sentencias tras cooperar en este juicio. Mientras que Bankman-Fried se enfrenta a más de un siglo de prisión, los cómplices podrían eludir la cárcel.

La fiscal principal, Danielle Sassoon, señaló que Bankman-Fried pensó que podría "salirse con la suya".

"No contaba con que sus tres leales ayudantes subieran al estrado y dijeran la verdad, que era él quien tenía el plan, el motivo y la codicia de asaltar los depósitos de los clientes de FTX, miles y miles de millones de dólares para darse dinero, poder, influencia", dijo en su alegato final. "Pensó que las reglas no se aplicaban a él".

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Tras escuchar el testimonio de sus ex amigos, Bankman-Fried tomó la arriesgada decisión de subir él mismo al estrado para contar su versión de los hechos. Se mostró cortante cuando fue interrogado por su propio abogado, diciendo que debería haber priorizado la gestión de riesgos más de lo que lo hizo.

Pero se convirtió en una "persona diferente" en el interrogatorio y "no podía recordar ni un solo detalle sobre su empresa o lo que dijo públicamente", afirmó el ayudante del fiscal Roos.

Bankman-Fried afirmó que no podía recordar detalles más de 140 veces, añadió el fiscal.

El jurado probablemente vio claramente los argumentos de Bankman-Fried de ignorancia y amnesia selectiva, explica Angel.

"Cuando alguien repite una y otra vez lo de 'no me acuerdo', parece sospechoso", señala a Business Insider.

Es posible que a Bankman-Fried "se le haya ido la cabeza" con la trama de fraude, pero eso no cambia el resultado de que unos 8.000 millones de dólares de fondos de clientes hayan desaparecido, añade Angel.

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"En muchos de estos casos de cuello blanco, eso es parte de lo que sucede, que la gente empieza, se meten en un pequeño problema y dicen: 'Oh, voy a pedir prestado un poco aquí, y no voy a decirle a la gente que estoy pidiendo prestado su dinero. En otras palabras, empiezo a robar el dinero con la intención de recuperarlo, y ya lo devolveré'", explica Ángel.

"Bueno, cuando mientes una y otra vez sobre el hecho de que estás utilizando el dinero de otras personas sin su permiso, tengo malas noticias para SBF, eso es fraude", añade.

En cuanto a las repercusiones en el sector en general, según Angel, la condena de Bankman-Fried se produce en medio de un oportuno esfuerzo de limpieza.

"Ciertamente parece malo para Sam, sin duda, pero creo que es una buena limpieza para la criptoindustria", dice Angel. "Demuestra que el sheriff está cabalgando en la ciudad y tratando de limpiar el desorden".

Tras un mes de juicio, el jurado tardó cuatro horas en condenar a Bankman-Fried por los siete cargos.

Próximamente se celebrará una vista para decidir cuántos años pasará en prisión. Si se le impone la pena máxima por cada cargo, pasaría el resto de su vida natural.

El calendario de la sentencia puede depender de un segundo juicio penal al que se enfrenta Bankman-Fried por supuestas contribuciones ilegales a campañas electorales. Ese juicio está previsto para marzo de 2024.