El rasgo que podría indicar mayor riesgo de demencia en la vejez

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  • En ancianos, una fluctuación de la presión arterial incrementa en un 35% el riesgo de demencia, según un nuevo estudio.
  • No es la primera vez que este factor se relaciona con esta afección, lo que hace pensar a algunos investigadores que en su aparición puede haber un componente cardiovascular.

Sin un tratamiento efectivo capaz de frenarla o impedir su aparición, el mundo se encamina a un número de casos de dimensiones pandémicas, con más de 150 millones de adultos con demencia para 2050. En la urgencia de entender esta enfermedad, surgen de vez en cuando hallazgos para poder identificar a las personas con riesgo de padecerla.

En esta senda, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Radboud (Países Bajos) y de Kaiser Permanente Washington (EEUU) encontró que la fluctuación de la presión arterial puede ser un predictor importante en ancianos de edad avanzada.

La presión arterial es la fuerza con la que la sangre viaja por el cuerpo, siendo fundamental mantener unos valores adecuados para tener una correcta salud cardiovascular. La presión arterial puede variar entre periodos de actividad y reposo. La influencia de factores físicos, emocionales y ambientales también hace que fluctue. 

El estudio, publicado en JAMA Neurology, se basó en 820 participantes de 60 o más años, a los que se realizó un reconocimiento médico, incluyendo una evaluación del rendimiento cognitivo  durante los 10 años siguientes.

La variabilidad en la tensión no predijo una mayor posibilidad de desarrollar la enfermedad entre los 60 y los 90 años. Pero a partir de esa edad se asoció con un 35% más de riesgo de demencia.

Una "contribución vascular" en la enfermedad

La variabilidad de la presión arterial se cree que podría contribuir al daño de órganos, causando enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares o afecciones renales. Otras evidencias también la han relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. 

Este mismo año, otro estudio, recogido en Frontiers in Neurology detectó que las personas cuya presión arterial fluctuaba mientras estaban en el hospital tenían un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer.

"Los científicos solían pensar que eran sólo las placas y acumulaciones de amiloide las que causaban el alzhéimer y las demencias relacionadas, pero ahora se comprende cada vez más que también existe una contribución vascular", puntualizó entonces Zaldy Tan, director médico del  Centro Jona  Goldrich  para Alzheimer y trastornos de la memoria en Cedars-Sinai y autor principal del estudio. 

La demencia es la enfermedad neurodegenerativa más común en personas mayores, asociada con una pérdida de memoria progresiva que termina minando la independencia funcional de quien la padece.

El riesgo de desarrollarla conlleva una combinación de edad, genética y estilo de vida. Por lo que pueden hacerse algunas cosas para intentar reducir las probabilidades. Entre ellas cuidar la alimentación, dormir lo suficiente y mantener un nivel saludable de presión arterial y colesterol.


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