El ritmo de vacunación contra el coronavirus ahora podría ser decisivo para evitar la necesidad de reajustar las vacunas periódicamente ante las nuevas variantes

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Preparación de la vacuna de Pfizer

Jessica Hill/AP Photo

  • A los científicos les preocupa que las vacunas no se administren con la suficiente rapidez para evitar la aparición de nuevas cepas de coronavirus, quizá más mortíferas.
  • Las nuevas variantes que podrían eludir las vacunas existentes podrían crear un ciclo en el que la gente tenga que seguir recibiendo nuevas vacunas contra el coronavirus durante años.
  • Las autoridades británicas notificaron el viernes que la variante identificada allí podría tener una tasa de mortalidad más alta que la original, aunque las pruebas son "inciertas".
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El despliegue mundial de vacunas va a contrarreloj: nuevas variantes más infecciosas del coronavirus se están extendiendo por todo el mundo, y no está claro cómo funcionan las vacunas existentes contra estas cepas.

Por ahora, las vacunas parecen eficaces contra la cepa identificada en diciembre en Reino Unido, denominada B117. Pero las investigaciones preliminares sugieren que las vacunas pueden ser menos eficaces contra la B1351, la cepa identificada en Sudáfrica.

"Es una razón más para vacunar a tanta gente como sea posible", ha advertido Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. "Los virus no mutan a menos que se repliquen, y si se puede suprimir eso mediante una muy buena campaña de vacunación, entonces se podría evitar este efecto deletéreo que se podría obtener de las mutaciones".

Sin embargo, el proceso de vacunación está comenzando lentamente en muchos países. Estados Unidos ha administrado más vacunas contra el coronavirus que cualquier otra nación, pero hasta el viernes solo había repartido unos 19 millones de dosis.

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A los científicos les preocupa que el ritmo actual de vacunación permita que surjan demasiadas cepas nuevas. Eso podría llevar a un escenario en el que los científicos deban actualizar las vacunas regularmente

Michael Worobey, biólogo especialista en evolución viral de la Universidad de Arizona, declaró recientemente a la BBC que la aparición de nuevas cepas de coronavirus podría ser "un atisbo del futuro en el que vamos a estar en una carrera con este virus, al igual que ocurre con la gripe".

También es posible que aparezca una cepa más mortal antes de que la mayoría de la gente se vacune. En ese caso, las vacunas contra el coronavirus podrían ser obligatorias para los jóvenes, de forma similar a las vacunas contra la polio o el sarampión.

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El coronavirus podría acabar pareciéndose al resfriado común

Niño con resfriado

Halfpoint Images/ Getty Images

El futuro del coronavirus depende en gran medida de nuestra capacidad para controlar rápidamente la transmisión. Cuantas más personas desarrollen la inmunidad —ya sea a través de la infección natural o de las vacunas— más rápido alcanzará el virus un estado endémico, lo que significa que circularía periódicamente, pero ya no alcanzaría picos de nivel pandémico.

En un estudio reciente, investigadores de la Universidad de Emory y de la Universidad Estatal de Pensilvania sugieren que el coronavirus podría acabar pareciéndose a un resfriado común que infecta a las personas durante la infancia.

Según la hipótesis más probable de ese estudio, los niños contraerían su primera infección por COVID-19 entre los 3 y los 5 años. Casi todos los niños se infectarían a los 15 años. Dado que las infecciones pediátricas suelen ser leves, no sería necesario vacunar a los niños de antemano. Los bebés también podrían tener un cierto grado de inmunidad al nacer.

"Durante los primeros seis meses de vida, o tal vez más si se está amamantando, los niños tienen anticuerpos maternos de su madre, tanto del cordón umbilical como de la leche materna, por lo que hay un periodo de tiempo en el primer año de vida en el que los niños no van a contraer una infección primaria", explica a Business Insider Jennie Lavine, autora principal del estudio.

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Los investigadores estiman que las reinfecciones serían aún más leves, e incluso podrían reforzar la inmunidad contra las cepas de coronavirus relacionadas. 

Si la vacunación se lleva a cabo con rapidez, informa elNew York Times, el virus podría alcanzar este estado endémico en tan solo seis meses o un año. Anthony Fauci, epidemiólogo jefe de Estados Unidos, estima que la vida podría volver a la normalidad en otoño si entre el 70% y el 85% de los estadounidenses estuvieran vacunados a finales del verano.

Pero basándose en los patrones observados de otros coronavirus humanos, el modelo de los investigadores sugiere que el nuevo coronavirus se convertiría probablemente en endémico en un plazo de 5 a 10 años. En otras palabras, sin una rápida vacunación, los brotes podrían persistir durante algún tiempo.

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Actualizar las vacunas para nuevas variantes

Vacunada en Chicago

Jose M. Osorio/Chicago Tribune via AP

Las vacunas desencadenan la producción de anticuerpos específicos contra el virus, de modo que si las personas se exponen al virus después de haber sido vacunadas, esos mismos anticuerpos reconocerán el virus y lo destruirán antes de que tenga la oportunidad de replicarse ampliamente. 

En un escenario ideal, las vacunas contra el coronavirus protegerían contra todas las cepas del virus durante varios años.

Pero a los científicos les preocupa que las nuevas variantes del coronavirus sean lo suficientemente diferentes del original como para evadir los anticuerpos desarrollados en respuesta a las vacunas. Si esto ocurre, los científicos tendrían que modificar constantemente las instrucciones genéticas de las vacunas para vencer a las nuevas cepas. El proceso no es necesariamente difícil, pero significaría que la gente necesitaría vacunas de refuerzo.

"Si alguna vez tenemos que modificar la vacuna, no es algo muy oneroso", ha dicho Fauci. "Podemos hacerlo, dadas las plataformas que tenemos".

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Pero un escenario en el que las nuevas cepas obliguen a la gente a revacunarse periódicamente —como ya ocurre con las vacunas contra la gripe— es cada vez más probable cuanto más tiempo se tarde en poner en circulación las vacunas actuales.

Pero también es posible que otras capas de inmunidad protejan a las personas de las cepas emergentes. Los glóbulos blancos conocidos como células T y células B también recuerdan a los invasores extraños, a menudo durante más tiempo que los anticuerpos. Un estudio reciente sugiere que los pacientes recuperados del coronavirus mantienen una sólida inmunidad de células T y B durante al menos ocho meses. Un estudio sobre el SARS, causado por un coronavirus genéticamente similar, demostró que los pacientes recuperados tenían inmunidad de células T 17 años después de su infección. 

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Una cepa más mortífera podría hacer que las vacunas contra el coronavirus sean rutinarias

Una doctora prepara una vacuna contra el coronavirus

Kirsty O'Connor/POOL/AFP via Getty Images

Al vacunar a la gente rápidamente, las autoridades de salud pública esperan evitar el peor de los escenarios: la aparición de una cepa de coronavirus más mortal. 

"Tenemos que seguir pendientes de lo que evitaría que esto se convierta en algo muy leve y endémico que no requiera la vacunación, que sería si de alguna manera el virus cambiara de tal manera que las infecciones en la infancia fueran más graves", advierte Lavine.

En ese caso, añadió, todos los jóvenes tendrían que vacunarse antes de pasar su primera infección por coronavirus.

Ya hay indicios de que la cepa de coronavirus de Reino Unido podría ser más mortal que la original. El asesor científico principal de Reino Unido, Patrick Vallance, ha advertido de que la nueva variante podría tener una tasa de mortalidad hasta un 30% mayor entre algunos grupos de edad, aunque las pruebas siguen siendo "inciertas".

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La buena noticia, sin embargo, es que las vacunas contra el coronavirus existentes parecen funcionar contra él.

"Por lo que hemos visto hasta ahora, las variantes descritas no alteran la capacidad de los anticuerpos neutralizantes provocados por la vacunación para neutralizar el virus", aseguró el director médico de Moderna,Tal Zaks, en la Conferencia de Salud de JP Morgan a principios de este mes. 

Pero eso hace que la tarea de vacunar a la gente sea aún más urgente.

"Probablemente todo el mundo se infectará alguna vez", reflexiona Lavine, "hagamos que sea una infección después de la vacunación para que no enfermen".

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