Es fácil preguntarse por qué alguien se gastaría medio millón de euros en un coche como un Rolls-Royce. Hasta que te pones al volante. Entonces todo tiene sentido. 

El mes pasado pasé un día probando el nuevo Rolls-Royce Spectre 2024, el primer vehículo eléctrico de la marca de ultralujo. Era la primera vez que conducía un Rolls, y me quedé impresionado por el opulento interior de este coupé de 420.000 dólares y su increíble sensación de serenidad al volante.

Déjame que te acompañe y te enseñe todo lo que hay que saber sobre el Spectre. 

Rolls-Royce nos invitó a mí y a otros periodistas a Napa (California, Estados Unidos) para ser de los primeros del mundo en conducir el Spectre.

Descargo de responsabilidad: Rolls-Royce me consiguió una estancia con descuento en un bonito hotel y me dio de comer mientras probaba el coche. 

Había conducido muchos coches eléctricos, incluso algunos bastante caros de marcas de lujo como Mercedes y BMW. Ingenuamente, no pensé que el Spectre sería muy diferente.

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Vaya si me equivoqué.

Desde el exterior, el Spectre tiene una presencia intimidante y pesada. Su elegancia y su diseño monolítico son puro Rolls-Royce.

A primera vista, el coche eléctrico tiene todos los distintivos que han hecho famoso a Rolls-Royce: una llamativa rejilla, una silueta que se curva hacia atrás, embellecedores que muestran de forma prominente el logotipo de Rolls-Royce, con el lado derecho hacia arriba, incluso cuando el coche está en movimiento.

Por supuesto, también está el icónico adorno del capó del espíritu del Éxtasis, que Rolls-Royce ha rediseñado para el Spectre con el fin de hacerlo un poco más aerodinámico.

Después de admirar desde lejos una flota de Spectres pintados prácticamente con todos los colores del arcoíris, estaba impaciente por subirme a uno de ellos.

Lo que me recibió fue, sin duda, el habitáculo más lujoso y confortable en el que he estado nunca.

El asiento de cuero del conductor es mullido y confortable. Al reclinarme en él, me di cuenta de que el reposacabezas era extraordinariamente blando y cómodo.

El volante, al típico estilo Rolls-Royce, es enorme y delgado.

El habitáculo está inundado de exquisitas molduras de madera, cuero deliciosamente suave y centelleantes trozos de metal auténtico.

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Los orificios de ventilación son piezas sólidas de aluminio y cada uno tiene un émbolo fuerte que se puede utilizar para cerrarlos, si así lo deseas.

Incluso las palancas unidas a la columna de dirección están forradas en cuero y tienen las mismas costuras azules que recorren el resto del habitáculo.

Hay un reloj analógico ...

... y quién podría olvidar el característico paraguas de Rolls-Royce en la puerta.

La atención al detalle es extraordinaria.

El techo estrellado de Rolls-Royce —que esparce miles de brillantes "estrellas" por el techo del vehículo—, se ha convertido en un complemento icónico y popular. Para el Spectre, Rolls ha introducido las puertas estelares, que envuelven a los pasajeros en 270 grados de estrellas.

Me lo esperaba un poco artificial, pero la sensación es muy especial, sobre todo de noche.

Cuando terminé de empaparme del interior y de acostumbrarme a dónde estaba cada cosa, llegó el momento de conducir.

Pisé el pedal del freno y la puerta del conductor se cerró electrónicamente. Pulsé un botón entre los asientos delanteros para cerrar la del acompañante.

Solo éramos dos, pero el Spectre tiene capacidad para 4 personas con bastante comodidad.

En la carretera, me sorprendió la tranquilidad y la facilidad de conducción del Spectre. No se parece a nada que hubiera experimentado antes.

En primer lugar, es increíblemente silencioso, casi como ponerse unos auriculares con cancelación de ruido.

Apenas podía oír los coches que pasaban. Todo el ruido del caótico mundo exterior estaba deliciosamente amortiguado mientras atravesaba una vinícola en mi extravagante coche forrado de cuero.

El Spectre flota sin esfuerzo por la carretera, balanceándose suavemente sobre las imperfecciones del asfalto, como un barco que se topa con ondulaciones en un lago de aguas cristalinas.

En un tramo de asfalto especialmente suave, la sensación es divina. Luego, al llegar a un bache, te das cuenta de que el Spectre no es más que un coche y no un aerodeslizador.

Con 2 motores que producen 584 caballos de potencia, es de esperar que el Spectre sea un cohete. Otros coches eléctricos con esas cifras son máquinas de acelerar violentamente.

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Pero eso no sería muy Rolls-Royce, ¿verdad? No, el Spectre es potente y rápido, pero no es escandaloso ni te rompe el cuello.

La deceleración tampoco es demasiado brusca. El Spectre dispone de frenado regenerativo, una función habitual en los coches eléctricos que utiliza los motores para ralentizar el coche y recuperar energía.

La empresa afirma que ha ajustado específicamente el frenado regenerativo para que un pasajero no derrame el champán cuando el Spectre se detenga. Eso es lo que enseña a los chóferes en su programa de formación.

La autonomía estimada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos es de 400 km.

Es decepcionante en comparación con otros vehículos eléctricos de gama alta, pero Rolls-Royce afirma que es suficiente para sus propietarios, que pueden elegir fácilmente otro coche de su flota si alguna vez necesitan viajar más lejos.

Rolls-Royce es sinónimo de refinamiento, confort y artesanía, y creo que el Spectre lo ofrece con creces.

Pero como aprendí más adelante en mi viaje, puede que haya algo mejor que conducir un Rolls-Royce: que te lleven.

Torsten Müller-Ötvös, CEO de la marca, ha confesado a Business Insider que está orgulloso de lo que Rolls-Royce ha conseguido a gran escala: trasplantar el carácter esencial de un Rolls a un vehículo con un sistema de propulsión y una fuente de combustible completamente nuevos.