La ruleta rusa: ¿habla Putin en serio sobre la guerra nuclear o va de farol?

Jason Corcoran
| Traducido por: 
Vladímir Putin, presidente de Rusia.

Getty Images

  • Putin insiste en que la guerra en Ucrania "sigue según el plan". Pero Rusia se enfrenta a varios problemas y se está quedando sin armas.
  • La doctrina nuclear rusa establece que las armas nucleares deben utilizarse en defensa propia. Sin embargo, algunos altos cargos rusos han afirmado que Moscú se reserva el derecho a utilizar ataques nucleares si existe una amenaza existencial.

El 26 de octubre, el presidente Vladímir Putin apareció en la televisión estatal rusa supervisando un ejercicio de las fuerzas estratégicas de disuasión nuclear de Rusia. 

En el "grom", o ejercicio nuclear de trueno, participaron submarinos nucleares, bombarderos estratégicos y misiles balísticos. Mientras Putin observaba a través de un enlace de vídeo desde una sala de control, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, explicó que el ejercicio simulaba "un ataque nuclear masivo" en represalia contra un posible ataque nuclear a Rusia. 

Los simulacros se realizaron en el mar de Barents, en el Ártico, frente a las costas septentrionales de Noruega y Rusia, y en la península de Kamchatka, en el extremo oriental, que está mucho más cerca de Alaska [EEUU] que de Moscú. 

El 21 de septiembre, Putin advirtió de que utilizaría "todos los medios disponibles para proteger a Rusia y a nuestro pueblo". El "grom" televisado se sumó a la creciente preocupación de Europa de que la guerra en Ucrania haya puesto sobre la mesa la posibilidad de un ataque nuclear

Más tarde, ese mismo día, Putin repitió las afirmaciones, ampliamente desacreditadas, del Kremlin de que es Ucrania la que está preparando una provocación contra Rusia con una "bomba sucia", una munición convencional aderezada con material radiactivo.

Lanzamiento de un misil balístico intercontinental ruso

"El deseo de conseguir armas nucleares ha sido declarado públicamente por las autoridades de Kiev", aseguró Putin en una reunión con los jefes de los servicios especiales del Consejo de Estados Independientes, un grupo de países exsoviéticos y sus vecinos: "También se sabe de los planes de utilizar la llamada 'bomba sucia' como provocación".

Ucrania y sus aliados occidentales han rechazado la afirmación.

Ucrania ha acusado a las fuerzas rusas de estar trabajando en una bomba sucia en la planta nuclear ucraniana capturada de Zaporiyia, y que el lanzamiento de tal arma en tierras ucranianas crearía un pretexto para tomar represalias contra la capital de Ucrania, Kiev. 

Esa noche, en la televisión estatal rusa, el propagandista Vladímir Solovyov —prohibido por YouTube en marzo por abogar por la violencia, incluido el ataque a objetivos civiles en Kiev— se preguntó en voz alta si Rusia todavía tiene capacidad nuclear. 

"Al menos, estamos realizando ejercicios con nuestras armas nucleares estratégicas. Pero espero que realmente las tengamos, y espero que aún seamos capaces de utilizarlas", comentó Solovyov, presentador de Rossiya-1 TV.

El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, a las afueras de Moscú (Rusia): 28 de octubre de 2022.
El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, a las afueras de Moscú (Rusia): 28 de octubre de 2022.

Sputnik/Mikhail Metzel/entrega via Reuters

Si Putin está considerando sinceramente un ataque nuclear u otro tipo de ataque catastrófico en Ucrania o simplemente está jugando un farol elaborado para ganar influencia es todavía una incógnita

La doctrina nuclear rusa establece que las armas nucleares deben utilizarse en defensa propia. Sin embargo, algunos altos cargos rusos han afirmado que Moscú se reserva el derecho a utilizar ataques nucleares si existe una amenaza existencial para el país o si se produce un ataque contra Rusia, incluso si el ataque utiliza únicamente armas convencionales.

El conflicto ha reavivado los temores de guerra nuclear de la época de la Guerra Fría en toda la región. A principios de este mes, el vecino occidental de Ucrania, Polonia, ha ordenado un inventario e inspección de sus 62.000 refugios antiaéreos.

Pérdidas crecientes y suministros limitados

Tanto en Rusia como en el extranjero, preocupa que Putin esté cada vez más desesperado por conseguir una victoria rápida, o al menos por aplastar a Ucrania para satisfacción de sus aliados y partidarios.

En los más de 8 meses transcurridos desde el ataque a Ucrania el 24 de febrero, Rusia ha absorbido 4 regiones del este y el sur de Ucrania mediante las anexiones de Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia, y ha creado un puente terrestre hacia Crimea. Pero a medida que el conflicto se alarga, Rusia ha recurrido a la movilización de 300.000 reservistas y a la adquisición de armas y drones a Irán y Corea del Norte.

Se calcula que han muerto 90.000 soldados rusos, según el medio de comunicación independiente ruso iStories. En agosto, un alto cargo ucraniano estimó que habían muerto 9.000 militares ucranianos, aunque otra fuente señaló que la cifra podría ser mucho mayor. La ONU informa de que casi 8 millones de refugiados ucranianos han huido del país desde febrero, y se están llevando a cabo múltiples investigaciones relacionadas con los crímenes de guerra.

Lukas y Tobias, dos voluntarios alemanes, llegan a la ciudad de Leópolis, poco más de una semana después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania.

Mientras tanto, parece que Rusia se está quedando sin armamento, desde misiles hasta cascos y botas.

Andrei Gurulyov, diputado de la Duma y general retirado, estimaba en Rossiya-1 hace 2 semanas que más de la mitad del arsenal ruso se ha agotado, incluido más del 80% de los potentes sistemas Iskander. Ha pedido al Kremlin que no "desperdicie los misiles".

Altos cargos occidentales afirman que la reserva de misiles de crucero del Kremlin se está agotando y que ha tenido que recurrir a los drones "kamikaze" iraníes. En su intervención por videoconferencia en la cumbre del G7 del 10 de octubre, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró que Rusia había utilizado los drones iraníes para atacar decenas de objetivos civiles en toda Ucrania. 

Un grito de guerra de los halcones

Cuando Putin llegó al poder en el año 2000, convirtiéndose en el segundo presidente ruso tras la desaparición de la Unión Soviética, su principal argumento de venta era la promesa de una relativa estabilidad mientras Rusia intentaba recuperar su lugar en la escena mundial. 

Ahora, existe el temor real de que Putin se haya convertido en rehén de los ultranacionalistas y los partidarios de la línea dura. Estas figuras, a las que se les da mucha más libertad para decir lo que piensan que a casi cualquier otra persona en Rusia, aplaudieron la guerra, y desde entonces han presionado al Kremlin para que sea más decisivo y brutal en Ucrania.

La prueba de que la campaña de presión estaba surtiendo efecto pareció llegar a principios de este mes, cuando Putin ordenó bombardear 12 ciudades ucranianas el 10 de octubre con misiles de crucero de 500 kg en venganza por el ataque al puente de Kerch en Crimea 2 días antes. 

La respuesta de la mezcla de generales, personalidades televisivas favorables al Kremlin y ultranacionalistas fue mayoritariamente, aunque con cautela, positiva.

Aleksandr Kots, el corresponsal de guerra pro-Kremlin, se pregunta en su canal de Telegram si los bombardeos son "una acción puntual de represalia" o señalan un cambio en la guerra o un nuevo sistema de guerra. Kots, que tiene 686.0000 seguidores en su canal de Telegram, se muestra partidario del uso de misiles de crucero hasta que "el Estado ucraniano pierda su capacidad de funcionamiento".

Las amenazas nucleares de Putin hacen temer un escenario de pesadilla: qué hay en su arsenal y qué podría pasar si ordena lo impensable

El 13 de octubre, el experto militar ruso Alexander Sharkovsky apareció en un panel de NTV instando a Putin a utilizar "bombardeos de alfombra desde el aire" nucleares para borrar franjas de Ucrania y recuperar la delantera en la invasión.

Sharkovsky se hizo eco de la preocupación de otros comentaristas de línea dura de que los líderes del Partido Demócrata en EEUU podrían estar presionando para obtener una gran victoria estratégica en Ucrania como muestra de fuerza antes de las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre. Estados Unidos se ha comprometido a enviar casi 18.000 millones de dólares (similar cantidad en euros, al cambio actual) en armas y otros equipos a Ucrania desde el 24 de febrero, según Associated Press, incluyendo otros 275 millones anunciados el 28 de octubre. 

En el canal Rossiya-1, Gurulyov ha realizado un llamamiento a los militares para que sigan atacando las centrales eléctricas de Ucrania y la red de distribución, y destruyan la red eléctrica ucraniana por completo. 

"Cortaremos toda la electricidad en Ucrania y todo se paralizará, incluidos los ferrocarriles y el transporte. Esas multitudes de refugiados que empezarán a fluir pueden atascar las carreteras", expone.

 

"Podría ponerse muy interesante si las alcantarillas se bloquean durante una semana, ya que comenzarán las epidemias. Aparecerá la disentería y otras cosas desagradables", añade. 

Zelenski ha estimado anteriormente que el 30% de las centrales eléctricas de Ucrania han sido dañadas o destruidas, aunque ahora es probable que la cifra sea mayor.

Una figura que se ha callado en los últimos días es Igor Girkin, un destacado ultranacionalista que lideró a los separatistas prorrusos en 2014 tratando de arrancar la región del Donbás del control de Kiev, y que ahora cuenta con 750.000 seguidores en Telegram. Según una declaración de su esposa en Instagram, Girkin se ha ido al frente.

Igor Girkin, ultranacionalista ruso, en la ciudad de Donetsk, en el este de Ucrania, el 11 de julio de 2014.
Igor Girkin, ultranacionalista ruso, en la ciudad de Donetsk, en el este de Ucrania, el 11 de julio de 2014.

Dmitry LovetskyAP Photo

Ucrania ha respondido poniendo una recompensa de 100.000 dólares por la cabeza de Girkin. 

El Kremlin también parece estar perdiendo la paciencia con Girkin y otros populares blogueros ultranacionalistas. A mediados de octubre, varios medios de comunicación rusos han informado de que las fuerzas del orden estaban revisando Telegram en busca de mensajes que desacreditaran al ejército y otras "noticias falsas".

Mientras tanto, la oposición interna a la guerra parece estar creciendo. Desde que se anunció la movilización, se calcula que unos 700.000 rusos han huido del país. En Moscú, donde los jóvenes estaban siendo acorralados en el metro, el alcalde Sergei Sobyanin anunció repentinamente el 17 de octubre que el reclutamiento había terminado. Otras regiones con menos influencia pueden tener que suplir la carencia.

En la República de Bashkortostán —una región rica en petróleo y predominantemente musulmana del centro de Rusia— los activistas han afirmado que el plan es buscar la independencia en lugar de luchar y morir por "un mundo ruso". Según las noticias, están organizando una resistencia armada.

Kadyrov y Prigozhin

Aunque Putin se ha negado públicamente a reconocer cualquier crítica a la guerra, The Washington Post ha informado de que Evgeny Prigozhin, el multimillonario fundador del grupo de mercenarios Wagner, conocido como "el chef de Putin", se ha enfrentado a él por los fallos de su ejército.

Prigozhin, que ha recorrido personalmente las cárceles rusas para reclutar a 1.000 convictos, le habría dicho a Putin que su Ministerio de Defensa se apoya demasiado en Wagner y no les da suficiente apoyo. 

Además de Prigozhin, otro pez gordo con cierta inmunidad para criticar el esfuerzo bélico de Rusia es el líder checheno Ramzan Kadyrov. El día del discurso de Putin en Valdai, Kadyrov escribió en un post de Telegram que Prigozhin era un "guerrero nato" al que había que escuchar con atención. 

"Como señaló correctamente Yevgeny Prigozhin, se necesitan cambios tácticos y de personal. Ahora, no mañana", recogía el post de Kadyrov.

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En el mismo post, también criticaba duramente al general Alexander Lapin, comandante del Distrito Militar Central. Según Kadyrov, Lapin había estado incomunicado durante los "últimos días" después de que las fuerzas ucranianas hubieran irrumpido y tomado las ciudades de Terny, Torskoye y Yamplovka en la región de Donetsk.

"Si por mí fuera, degradaría a Lapin a soldado raso, le privaría de sus condecoraciones y, con una ametralladora en las manos, le enviaría al frente para lavar la vergüenza con sangre", publica Kadyrov, que afirma que sus 3 hijos menores de edad están luchando ahora en el frente. 

En los últimos meses, Kadyrov y Prigozhin han entablado un bromance muy público destinado a socavar la posición de Shoigu y crear una estructura de poder que rivalice con las Fuerzas Armadas de Rusia. 

Los conflictos entre diferentes centros de poder son un patrón familiar para los Kremlinólogos. Putin emplea con frecuencia una vieja táctica de la KGB consistente en alentar a las facciones de poder que compiten entre sí y permitir las disputas entre los distintos bandos. La lógica sugeriría que es mejor que los clanes luchen entre sí que tratar de derrocarlo.

Sin embargo, una cosa es que estas maquinaciones se produzcan en tiempos de paz; lo que está en juego es mucho más importante en tiempos de guerra.

¿Una carrera hacia el cielo?

Este jueves 27 de octubre —el día después de supervisar las maniobras militares— Putin ha insistido en que la "operación militar especial" en Ucrania "seguía adelante según el plan"

En su comparecencia en la conferencia anual de Valdai, un centro de estudios respaldado por el Kremlin, el presidente ruso ha restado importancia a las conversaciones sobre una escalada nuclear en Ucrania, insistiendo en que la doctrina militar rusa era defensiva y que no deseaba estar en el lugar de Nikita Jruschov, el líder soviético cuyas maniobras de riesgo con el presidente estadounidense John F. Kennedy llevaron al mundo al precipicio de una guerra nuclear en 1962. 

"No lo vemos necesario. No tiene sentido, ni político ni militar", ha compartido Putin a los delegados.

Fyodor Lukyanov, director de investigación de Valdai y moderador de la sesión, recordó a Putin sus comentarios en el mismo foro en 2018. 

En aquel entonces, Lukyanov había preguntado a Putin sobre su afirmación: "Para qué necesitamos un mundo si Rusia no está en él". En una amplia respuesta, Putin había ofrecido, casi como un aparte, que las víctimas rusas de la guerra nuclear "irían al cielo como mártires" mientras que los ciudadanos occidentales perecerían sin tener "tiempo para arrepentirse".

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Retomando esos comentarios, Lukyanov ha apuntado: "Mucha gente se puso ligeramente nerviosa al recordar lo que usted dijo en esta misma plataforma, en nuestro evento de hace 4 años, de que todos iríamos al cielo. Pero no tenemos prisa, ¿verdad?" 

Los expertos en política exterior reunidos en la sala se rieron nerviosamente. Putin frunció los labios y guardó silencio durante unos casi interminables 4 o 5 segundos. Lukyankov intervino: era "algo alarmante" que Putin estuviera tan perdido en sus pensamientos, señaló. 

"Me quedé absorto en mis pensamientos con un propósito, molestaros a todos", respondió finalmente Putin, ante más risas nerviosas. Luego añadió en voz baja: "El objetivo se ha cumplido".

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