Llevar una vida larga y sana no consiste sólo en obligarse a comer brócoli, tomar montañas de suplementos o pasar horas en la cinta de correr. 

Según Dan Buettner, explorador de National Geographic y autor de bestsellers, algunas de las formas más eficaces de alargar la vida son también divertidas. 

Buettner ha sido pionero en la investigación de áreas conocidas como zonas azules, donde la gente tiene una tasa mucho más alta de vivir hasta los 100 años, incluyendo regiones de Japón, Italia y Costa Rica, y comparte sus mejores consejos en un próximo libro y una docuserie de Netflix. 

"Creo que lo que nos enseñan las zonas azules es que la longevidad puede ser alegre. No tiene por qué ser una tarea", afirma en la serie. 

Descubrió que las personas activas y llenas de vida hasta los 80, 90 e incluso más allá de los 100 años tienen hábitos como disfrutar de una copa de vino, tomarse las cosas con calma en el trabajo y salir a bailar, y puede que haya buenas razones para que tú hagas lo mismo. 

Beber vino con moderación puede ser positivo para la salud

A pesar de los esperanzadores titulares que sugieren que el vino tinto puede ser una bebida que potencie el bientesar, una abrumadora cantidad de investigaciones concluye que el alcohol es malo para nuestra salud en general.

Sin embargo, Buettner descubrió que los superancianos de Ikaria (Grecia) toman vino con regularidad y siguen envejeciendo tan bien como su amada bebida. 

Como resultado, Buettner defiende que tanto el contexto como la calidad son importantes a la hora de disfrutar del vino de forma saludable.

Buettner aprendió que producido con métodos tradicionales, sin productos químicos añadidos, contiene trazas de minerales esenciales como el potasio y el hierro. También está repleto de antioxidantes relacionados con un menor riesgo de enfermedades como las cardiopatías. 

"Es casi como beber un suplemento", afirma. 

¿Por qué los supercentenarios viven tanto?

Vale la pena señalar que algunas pruebas indican que ninguna cantidad de alcohol es segura, y muchos expertos han dicho que si no bebes, no deberías empezar a hacerlo por sus beneficios para la salud. 

Sin embargo, si te gusta disfrutar de una copa, es posible que los beneficios de la socialización, el alivio del estrés y el aumento de antioxidantes te ayuden a compensar el riesgo, sobre todo si eliges variedades de vino naturales y de alta calidad. 

"Para mí, esa conexión es suficiente para poder disfrutar de mi copa de vino al final de la noche", comenta Buettner. 

Comer más hidratos, como miel, boniatos y cereales integrales

Los longevos habitantes de Ikaria no sólo beben vino, sino que lo combinan con una buena ración de algunos de los alimentos más sanos del planeta, disfrutando de una copa de vino como parte de una dieta mediterránea. 

Las dietas de las zonas azules están repletas de hidratos de carbono procedentes de cereales integrales, legumbres y verduras.

Incluso hay sitio para el postre cuando se come para la longevidad. Los icarianos disfrutan habitualmente de la miel cruda y sin procesar como parte de su dieta habitual, lo que puede tener beneficios para la salud como la reducción del colesterol. 

Y no sólo Grecia recurre a los hidratos para alimentar una larga vida. Alimentos como el boniato morado son básicos en la dieta de longevidad de la zona azul de Okinawa (Japón).

Bailar es una gran forma de ejercicio 

Otra característica común de los residentes de estos espacios es que hacen mucho ejercicio, pero puede que nunca necesiten un gimnasio. 

Varias zonas azules, como Nicoya (Costa Rica) e Ikaria (Grecia), tienen una fuerte cultura de reuniones periódicas en las que el baile es el acto principal. 

En cuanto a los beneficios para la salud del corazón, bailar está relacionado con un riesgo significativamente menor de padecer enfermedades cardiacas, según Harvard Health. 

¿Por qué bailar podría ser lo mejor que hagas por tu salud? Todos los beneficios de la danza en tu cuerpo y mente

Así pues, los griegos que bailan en las tradicionales panegiris están en lo cierto. 

"Bailan toda la noche. Y uno podría decir 'qué más da, están en una fiesta'", explica Buettner. "En realidad, una hora corriendo o una hora bailando son casi iguales en cuanto a quema de calorías. Pero una hora de baile es una pasada".

La investigación sobre las zonas azules apoya la idea de pisar el freno

Todas las fiestas, los sorbos de vino y la deliciosa comida de la rutina de los que viven tanto pueden parecer mucho esfuerzo, pero no te engañes: también son grandes fans de tomarse las cosas con calma en el trabajo, descubrió Buettner. 

Los superancianos practican una forma de renuncia silenciosa que estimula la longevidad: hacer lo mínimo en el trabajo para tener más tiempo para las cosas que te gustan, como la familia, los amigos e incluso la hora feliz. 

"La gente nunca haría un par de horas extra de trabajo cuando podría estar disfrutando de su familia, o echándose una siesta, o relacionándose con sus amigos", explica Buettner. 

En Cerdeña (Italia), los habitantes suelen terminar su jornada laboral con tiempo de sobra para reunirse con amigos y familiares a tomar una copa de vino en la hora feliz. 

En otras Zonas Azules, como Nicoya (Costa Rica), es habitual concentrarse en el trabajo durante unas horas por la mañana antes de echarse una siesta por la tarde. 

Todo ello forma parte del valor compartido en las zonas azules de bajar el ritmo para disfrutar de la vida, lo que les ayuda a reducir el estrés incluso cuando se mantienen productivos, activos y sociables hasta bien entrada la vejez.