Por qué la alergia al polen te afecta más que antes: estos han sido los efectos del confinamiento

Alergia al polen.
  • La exposición brusca en medio del desconfinamiento a los altos niveles de polen que hay en toda España ha agravado los síntomas de muchos alérgicos polínicos. Sobre todo, en zonas de gramínea y olivo. 
  • "Con el confinamiento se creía que iban a estar muy bien, pero lo que ha sucedido es que la exposición brusca al polen ha generado mucha patología", señala la doctora Gema García, jefa de Alergología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja a Business Insider España.
  • Además, la teoría de la higiene y los efectos de la contaminación harán que, para 2030, un tercio de la población en España sea alérgica a los pólenes, apunta a Business Insider España el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC.
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Cintillo especial Coronavirus

Los síntomas de la alergia, el resfriado y la gripe común han sido, durante los meses de confinamiento, motivo de preocupación de contagio con COVID-19

Y, aunque cada año que pasa hay más alérgicos en el mundo, algunos expertos señalan que se ha incremendado más la ansiedad que ha provocado la pandemia que los propios síntomas de alergia durante la cuarentena.

No obstante, ha coincidido que los altos niveles de polen que se registran desde la segunda quincena de marzo hasta junio de gramíneas y olivos han agravado los síntomas de los alérgicos polínicosdebido a un choque no gradual con las concentraciones de polen y la influencia de las lluvias. Es decir, desde que se decretó el estado de alarma hasta la desescalada

"Existe una relación directa entre las concentraciones de pólenes de gramíneas en la atmósfera con algunos factores climatológicos como la lluvia, la temperatura, la humedad y el viento. Las últimas, al favorecer el crecimiento de las gramíneas, han ocasionado una mayor presencia de los pólenes de estas junto con los del olivo en los meses de mayo y junio, coincidiendo con el desconfinamiento y las ganas de salir al campo y parques", apunta el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

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"Con el confinamiento, los polinices pensaban que iban a estar muy bien, pero lo que ha sucedido en la realidad es que la exposición brusca al polen ha generado mucha patología. Nueva en casos que no tenían antecedentes, más aguda en los que ya tenían y más complicada con la aparición de nuevos casos de Asma", explica, a su vez, la doctora Gema García, jefa de Alergología del Hospital Universitario SanitasLa Moraleja a Business Insider España.

Lo cual también influye en el aumento de la prevalencia de alergia al polen en personas mayoresgrupo de riesgo del nuevo coronavirusSARS-CoV-2— según el Centro Europeo de la Fundación para la Investigación de las Alergias (ECARF), que estima que entre el 20% y el 40% de la población mundial tiene algún tipo de alergia y, para 2050, será la mitad de la población.

Según Moral, como consecuencia de la propagación del COVID-19, también la interrupción en las labores de mantenimiento de parques y jardines por parte de los Ayuntamientos: "Lo que ha ocasionando un aumento de las malas hierbas, que ha contribuido a aumentar los síntomas de los pacientes".

Las zonas más afectadas han sido Madrid, Extremadura, Norte de Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León

Los altos niveles de gramíneas, olivo y plantago han sido reportados por la Comunidad de Madrid en numerosas ocasiones durante el mes de mayo. Que también puedes consultar en los Niveles Ambientales de Polen de la SEAIC.

"El otoño e invierno ultimo han sido cálidos con temperaturas por encima de la media y más lluvioso de lo habitual, lo cual ha favorecido el desarrollo de las gramíneas y como consecuencia el aumento de las concentraciones de sus pólenes durante la primavera sobre todo en Extremadura, Norte de Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León", explicita Moral.

Algo que coincide con la experiencia de la doctora Gema García: "En videoconsulta yo he atendido a pacientes andaluces con mucha sintomatología por olivo, además de los de la zona centro afectados sobre todo por gramíneas y este tipo de árbol. Además, ha llovido mucho, hay mucha vegetación y viento. El efecto brusquedad ha sido algo con lo que no contábamos".

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Si bien muchos de estos efectos son puntuales, ambos expertos apuntan que a medida que aumente la contaminación y el cambio climático, los alérgicos serán unos de los más afectados. 

"No cabe duda en el momento actual que la influencia del cambio climático y la contaminación son los causantes del aumento de la incidencia de alergia por pólenes en los últimos años", sostiene Moral.

"Los gases con efecto invernadero y en particular el CO2 actúan como fertilizantes de las plantas y ocasionan un aumento en la producción de los pólenes. Por otro lado el cambio climático con el aumento de las temperaturas ocasiona un adelanto en la época de polinización de las plantas, dando lugar a una mayor duración de la polinización estando expuesto los pacientes durante más tiempo", explicita añadiendo que este proceso, a su vez, afecta a las plantas que generan nuevas proteínas denominadas de stress, que hacen más agresivos los pólenes.

"Esto explicaría porque en las ciudades y en las zonas cercanas a autopistas con mayor contaminación, son más frecuentes las alergias por pólenes que en las zonas rurales".

Alergia al polen.

Sin embargo, también a raíz del confinamiento, los niveles de CO2 en la atmósfera han disminuido en abril de 2020 a un mínimo histórico de los niveles de 2006 —reduciéndose en un 17% respecto al mismo periodo de 2019. Y, en concreto, en España, cayó un 30% superando la media europea del 26%. Algo que no va a durar mucho tiempo. 

"La disminución de la contaminación ambiental que se ha producido en los últimos meses a raíz de la pandemia por COVID-19, debido a la restricción en la movilidad de vehículos y a la reducción de la actividad industrial, debería mantenerse durante un periodo de tiempo más largo para poder apreciar su influencia en la reducción cuantitativa y cualitativa sobre las alergias por pólenes", dice Moral.

Lo mismo que apoyan los autores del estudio publicado por Nature Climate Change, que prevén que, según el histórico, en época de crisis a la disminución moderada (como el 4% o 7% esperado para finales de 2020) le sigue con un repunte incluso por encima de la media.

"Ha tenido que llegar una pandemia en 2020 para que se haya normalizado utilizar mascarilla por la calle"

Para los alérgicos al polen lo "bueno" que ha traído la pandemia ha sido la ruptura con el estigma social de llevar mascarillas por la calle

"Ha tenido que llegar una pandemia en 2020, para que se haya normalizado utilizar mascarilla por las calles. Dicen que 'no hay mal que por bien no venga', y como consecuencia de la utilización de mascarillas para evitar el contagio por el coronavirus, los alérgicos esta primavera van a presentar menos síntomas al disminuir la exposición", aspira Moral. 

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Aunque no todas las mascarillas valen. Las quirúrgicas de papel solo son útiles para impedir que los pacientes infectados con COVID-19 no propaguen las gotitas respiratorias —principal vía de transmisión del coronavirus. Sin embargo, sí protegen de la exposición a polen en la atmósfera las mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y sobre todo FFP3 porque atrapan las partículas con tamaño mayor a 0,3 micras.

Sin embargo, la doctora García insiste en que el efecto de bruquedad de la exposición al polen al salir por primera vez de casa tras el confinamiento, era algo con lo que no se contaba en un principio y está afectando a los síntomas de la misma. 

Los alérgicos no tienen más probabilidades de infección, pero sí de desarrollar síntomas graves de COVID-19

Tanto para las personas que tienen enfermedades subyacentes, como para embarazadas o niños, si hay o no más riesgo de infección ha sido una pregunta recurrente a medida que se ha propagado la pandemia por todo el mundo afectando a más de 215 países. 

"Los datos de los que disponemos actualmente sobre la infección por coronavirus no parece indicar que ser alérgico conlleve mayor riesgo de contraer la infección", recalca el doctor Moral.

Pero sí que implica serias complicaciones en la infección de COVID-19 dado que sus vías respiratorias podrían ser más susceptibles a las infecciones respiratorias, especialmente las víricas.

"Esto ocurre porque las infecciones víricas suelen generar mayor inflamación bronquial en la persona asmática que en la no asmática, induciendo hiperreactividad bronquial. En estos casos el coronavirus tiene una especial predilección especial por los pulmones y se podría inducir una mayor inflamación en las vías respiratorias y mayor gravedad de la infección por el COVID-19".

Niña oliendo flores.

"Es importante que los asmáticos estén bien controlados, no tienen más riesgo de infectarse que el resto, pero si se infectan, teóricamente podrían ir peor. Aunque también se ha publicado que asmáticos bien controlados con su medicación acaban estando más estables por el efecto antiinflamatorio de los corticoides", añade la doctora García.

Además, fruto de la incertidumbre y los parecidos sintomatológicos, estima que ha aumentado especialmente la ansiedad entre sus pacientes.

"Desde mi punto de vista, en lo que ha influido mucho en general es en la ansiedad que ha provocado la pandemia. Hay pacientes con cuadros clarísimos de alergia que consultan pensando que tiene COVID o pacientes a los que ahora ya pides un estudio y, aunque les insistas en que pueden ir al Hospital, no quieren salir de casa".

Para 2030, en España, se espera que un tercio de la población sea alérgica al polen

Además del reverso de los efectos de la disminución de CO2 como apuntaba la investigación anterior, ambos expertos señalan que la contaminación y la hipótesis higiénica aumentarán los casos de alergia en el país

"Con la vuelta a la normalidad, tras la pandemia de COVID-19, mientras no se restrinja el tráfico de vehículos contaminantes, y la contaminación por calefacciones y actividad industrial, habrá cada vez más pólenes, con un periodo de polinización más largo y con mayor agresividad, no siendo extraño el aumento de las alergias por pólenes", agrega Morales.

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Asimismo, según la teoría de la higiene o hipótesis higiénica, se indica que el tipo de vida occidental con mejora en las condiciones de vida, la utilización de vacunas y antibióticos implicaría que el sistema inmunológico, al no tener que estar involucrado en protegernos de infecciones, se dedicaría a atacar substancias a las que estamos expuestos como sería el caso de los pólenes, favoreciendo también las enfermedades alérgicas por pólenes.

"Se estima que para el año 2030 un tercio de la población en España sea alérgica a los pólenes", sostiene el presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC.

"Y algo muy de moda en los últimos años", concluye García, "La influencia de la microbiota ya desde el embarazo y el papel de los antibióticos en los primeros años de vida. Sin contar la llamada "marcha atópica", que significa que el que es alérgico cada vez lo es más; no siempre se cumple, pero sí en la mayoría de los casos".

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