Los gigantes textiles perpetúan el rol de la dependienta 'low cost': así es el auténtico Black Friday, a turnos y con salarios bajos a pesar de las conquistas laborales

Huelga HM

CGT

  • Este viernes se celebra el Black Friday, una gran fiesta consumista de la que casi nadie escapa: el 84% de los españoles comprará durante la campaña, con un gasto medio de 200 euros por persona. La moda es uno de los principales reclamos.
  • La fiebre de las compras elevará la carga de trabajo dentro de gigantes textiles como Zara o Mango, y muy especialmente entre unas dependientas que en muchos casos están atrapadas en una compleja espiral: trabajo a turnos y salarios bajos.

La fiebre del Black Friday llega un año más a las tiendas españolas, y de nuevo promete una participación masiva: el 84% de los españoles no podrán resistirse a comprar en la campaña, con un gasto medio de 237 euros por persona y una gran parte de ese dinero destinado a la moda.

Esos datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) dejan caer el gran negocio que representa la campaña para los grandes gigantes de la industria. Pero hay otra realidad para quienes hacen posible esta jornada a pie de calle: los dependientes de tienda.

"Llevo dos décadas trabajando con una jornada parcial de 24 horas. Tras varios años logré subir a 27 horas y, desde entonces, cada semana intento hacer horas: con el salario actual y dos hijos es sencillamente inviable", explica Lorena Martínez, dependienta de una tienda Zara, pero que bien podría ser Elena, compañera suya en una coyuntura similar.

A pesar de que hace un año las dependientas en bloque del gigante Inditex empujaron un cambio a nivel estatal para mejorar sus condiciones laborales, la conquista tanto en la empresa en manos de Marta Ortega como en el resto de la industria ha sido solo parcial

Las conquistas laborales entre el personal de tienda, en su mayoría feminizado, es innegable, pero no ha servido para vehicular otro cambio: romper con la noria laboral que perpetúa el papel de la mujer en tienda, casi siempre a tiempo parcial y cobrando en la práctica menos que los hombres, que tienden a tener una mayor proporción de contratos a tiempo completo

Parcialidad y brecha salarial: los puntos calientes de H&M y Mango

En términos generales, la industria emplea a más de 165.000 trabajadores en España. Dos de cada tres empleados trabajan en grandes grupos o cadenas comerciales, y se trata de una industria altamente feminizada. 

Los tres principales actores de la industria —H&M, Inditex, Mango— emplearon el año pasado en suelo español a más de 55.000 trabajadores, un 33% de la fuerza laboral del sector en nuestro país. Así lo revelan las cuentas anuales de dichas compañías en 2022, un ejercicio en el que todas revalidaron su posición de mercado.

En lo que respecta a la operativa de H&M en España, la mujer tiene un papel indiscutible y representó el 89% de su fuerza laboral, pero de qué forma lo hizo requiere un análisis más profundo. Sus trabajadoras asumieron la mayor proporción de contratos indefinidos (2.592 frente a los 621 de los hombres), pero mayoritariamente a tiempo parcial, aglutinando el 87% de esta tipología de contrato.

Eso, en la práctica, empuja a que sean más de 2.300 euros los que separan la remuneración media entre hombres (23.208 euros) y mujeres (20.824 euros). Como resultado, en 2022 la desigualdad salarial había aumentado en H&M en más de un 10%. 

En Mango se repite la dicotomía, con la salvedad de que el grupo catalán solo desgranan datos a nivel mundial. Así, la mitad de su plantilla global —formada por unas 13.000 personas— trabaja a jornada parcial, y vuelve a ser la mujer la que asume el 80% de estos contratos: unas 5.200 empleadas de tienda lo hacen bajo esta tipología laboral. 

La catalana es la que más tarea pendiente tiene respecto a las remuneraciones: 7.200 euros separan  el salario promedio de los hombres (32.057 euros) frente al de las mujeres. Así, Mango sufre, pese a los intentos por repararlo, una brecha salarial del 1,82% —un año antes era del 2,7%—.

La letra pequeña de la parcialidad que practica Inditex

Mismo retrato laboral existe en el seno de Inditex, el principal operador de moda del mundo. La plantilla global del gigante gallego se elevó a casi 165.000 personas en 2022, su mejor año, y de esa fuerza laboral, un 86% brinda servicio a su extensa red de tiendas –5.700 puntos por todo el mundo–.

Así, el análisis, pese a ser global, es definitorio: el 59% de su fuerza laboral trabaja a tiempo parcial, unas 97.800 personas. Y una vez más, es la mujer la que asume este rol, al representar el 62% de esta tipología de contrato: se trata de la mayor proporción desde 2019. 

Algo más de 3.400 euros separan la retribución media global de los hombres frente a las mujeres (25.387 euros anuales brutos). No obstante, la distancia se explica en "una mayor proporción de trabajadoras en un importante número de mercados donde la conversión de la moneda local da una cifra más baja en euros".

Por ello, Inditex se vale del análisis de la brecha salarial, que revela que, a nivel global, las mujeres han cobrado en 2022 un 0,4% más que los hombres. Sin embargo, si se atiende al mercado patrio, la cosa varía ligeramente: sus trabajadoras percibieron un 1,1% menos que sus compañeros.

De vuelta a la parcialidad, y pese a que Inditex no entra a señalar cuántas personas bajo esta forma de contrato trabajan en tienda, sí señala que esta tipología es típica del sector del comercio, donde se intensifica la fuerza laboral en picos de venta. Además, apuntan al perfil de persona que estudia y trabaja. 

Sin embargo, hay quien destierra esta idea: "No es la realidad actual", sostiene Carmiña Naveiro, dependienta y de presidenta del comité de Zara en la provincia de La Coruña, quien explica que hace más de una década, el 80% de su plantilla sí trabajaba a forma parcial porque estaba estudiando, pero las plantillas, sostiene, fueron "cumpliendo años en la empresa y es ella la que perpetúa este tipo de jornada".

"La empresa vende que solo los estudiantes tienen contratos de muy pocas horas, cuando no es así. Hay gente que llevamos 20 años en una situación muy precaria", denuncia Lorena Martínez. En este sentido, menciona el caso de su tienda Zara de Narón, en La Coruña, en la que de 54 empleadas, 15 están a media jornada. 

Todas de ellas hacen más horas en el marco de una bolsa interna de trabado creada para cubrir huecos cuando las necesidades de tienda lo requiere: "Yo misma hago una media de 4 de 5 horas más encima de mi jornada para engordar un poco mi salario". 

Más particular es aún la situación laboral de Elena, dependienta también en Zara, donde comenzó hace 14 años con una jornada de 8 horas, ahora ha logrado estar a 19, con la singularidad de casi todas las semanas llega a 40 horas por este procedimiento: "Vivo expuesta a las necesidades de la empresa", sostiene.

A pesar de que sus "niñas" agitaron como nunca sus cimientos 

Dependientas de Zara en huelga

CIG

No se puede trazar la imagen del empleo en el textil sin hacer hincapié en el año que cambió todo y, que se inició con una primavera sindical gestada en La Coruña, cuartel de la multinacional textil. 

Allí, las niñas de Inditex —como se conoce en el seno del grupo textil a sus dependientas— entraron en guerra con el gigante gallego. "Fuimos capaces de salir a la calle para mejorar nuestras condiciones laborales", recuerda Carmiña Naveiro, impulsora de un movimiento sin precedentes.

Hasta ese momento, toda protesta se reducía a las fábricas, divisiones, en su mayoría, formadas por hombres, pero todo eso cambió: tras tres meses de conflicto —incluida la primera huelga masiva del grupo— se logró, vía acuerdo provincial, firmar la paz en el corazón de la multinacional. Esto, a su vez, marcó el camino para un pacto histórico a nivel estatal que se materializaba en un salario mínimo Inditex

Sin embargo, la subida salarial conquistada —que implica que la remuneración base de sus dependientas parta desde los 18.000 euros en la categoría más baja hasta los 24.500 euros para la más alta— tenía su letra pequeña: la parcialidad que impera en el grupo textil.

El acuerdo, explican sus trabajadoras, premiaba al rango más alto de una tienda —encargados o jefes de sección—, que disponen de jornadas a 40 horas. Sin embargo, las jornadas parciales, las "más abundantes y precarias" según explican, fueron las menos beneficiadas. 

"Hay trabajadoras que llevan media vida en Inditex con un salario que, en el mejor de los casos, se eleva tras la subida a 800 euros, todo ello sumado al hecho de que la naturaleza del trabajo —con turnos de trabajo largos y conociéndolos, incluso, de un día para otro— no facilita compatibilizarlo con nada más", denuncia Naveiro.

La subida fue "importante y total", reconocen sus protagonistas, lo que no obvia otra realidad: "El acuerdo estatal se hizo para una inmensa minoría". 

El calado del movimiento abría paso a nuevas batallas laborales, esta vez en H&M o Primark, pero aún con varios fuegos laborales extinguidos, la lucha, insisten las trabajadoras de Inditex, tiene motivos y la obligación de seguir.


Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.