Esto es lo que el agotamiento navideño le hace a tu cuerpo y cómo protegerte contra él

Nandini Maharaj
| Traducido por: 
Burnout navideño

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  • La gente relaciona el burnout con el trabajo, pero las vacaciones también pueden provocar este síndrome.
  • Las tareas sencillas de las navidades pueden resultar abrumadoras y es posible que no quiera abordar todos los asuntos pendientes. 
  • Intenta no comprometerte en exceso y establece límites con antelación.

No hace falta ser el Grinch: aunque te encante celebrar las navidades, esta época del año puede resultar verdaderamente estresante. La presión por crear recuerdos especiales y vivir unos días memorables puede implicar retrasos en los vuelos, hacerte comprar regalos por encima de tu capacidad económica o pasar tiempo rodeado de gente que preferiría evitar.

Tal vez esté familiarizado con la idea del burnout o síndrome del trabajador quemado en el plano laboral. El burnout navideño es un término que describe "el agotamiento mental, físico y emocional que alguien puede experimentar durante o después de las fiestas", explica a Business Insider Michelle Felder, fundadora y directora general de Parenting Pathfinders.

Con el agotamiento, las tareas más sencillas pueden parecer abrumadoras. Es posible que te sientas inquieto o desmotivado mientras intentas hacer frente a tu lista de tareas pendientes.

Es importante ser proactivo, ya que el agotamiento puede provocar cambios duraderos en la forma en que el cuerpo responde al estrés. A modo de consejo, he preguntado a algunos terapeutas cuáles son los síntomas del agotamiento navideño y qué puedes hacer para evitar que arruine las fiestas.

Te sientes más fatigado que festivo

Cuando estás estresado, excitado o una combinación de ambos, tu cuerpo tiende a reaccionar activando la respuesta de lucha o huida. Al activarse el sistema nervioso, se produce una reacción química en el cerebro que incluye la liberación de hormonas que "te preparan para huir a un lugar seguro o enfrentarte a la amenaza que tienes delante", explica Felder. Son la adrenalina o el cortisol.

Entre estos síntomas están la respiración superficial, el aumento del ritmo cardíaco, la tensión muscular y el sudor en las palmas de las manos. "Para el cerebro, el estrés es estrés. Por tanto, se activan los mismos mecanismos fisiológicos, independientemente del contexto", explica Felder.

 

Con una exposición repetida y prolongada al estrés, al cuerpo le cuesta más recuperarse de la respuesta de lucha o huida. Los signos físicos del agotamiento incluyen dolores de cabeza y de estómago y trastornos del sueño.

Aunque la cena  de Nochebuena sea solamente un día al año, las celebraciones pueden hacerte vulnerable o propenso a "sentirte físicamente agotado, posiblemente debido a las exigencias de los preparativos de las fiestas, los viajes o el acto de trasnochar", explica a Business Insider Daryl Appleton, terapeuta de Nueva York y coach de ejecutivos de Fortune 500.

Tu estado de ánimo puede fluctuar con facilidad

Además de los síntomas físicos, los preparativos para las fiestas pueden provocar agotamiento emocional, explica Appleton. Puede que te sientas más irritable en un atasco en el coche o que discutas con tus seres queridos.

Las dinámicas polémicas pueden surgir a la hora de decidir a quién le toca ser el anfitrión o qué temas están prohibidos en la mesa. A algunas personas les resulta más fácil evitar por completo las interacciones sociales, lo que puede aumentar la sensación de aislamiento.

Pasar tiempo con familiares con los que se tienen relaciones complejas o difíciles puede contribuir al agotamiento. "Si percibes que formar parte de la celebración es más una obligación que un deseo, esto puede aumentar el estrés y la ansiedad", afirma Felder.

Cuando se está constantemente apurado, puede ser un desafío "disfrutar de las actividades y eventos festivos que solía esperar con ansias", anota Appleton. Tener que dar prioridad a las necesidades de otras personas puede eclipsar tus rutinas de cuidado personal, como hacer ejercicio y dormir la suficiente cantidad de horas.

Te sientes limitado y escaso en una época de abundancia

Una fuente común de agotamiento es sentirte limitado en navidades, ya sea por falta de tiempo, dinero o energía. "Las vacaciones exigen un poco más de todo, así que para mucha gente supone una presión sobre los puntos de dolor preexistentes", explica Appleton.

Por ejemplo, si el dinero ya escaseaba antes de las vacaciones, la Navidad amplificará este frecuente factor de estrés. Lo mismo puede decirse de la dinámica familiar.

"Para algunas personas, las vacaciones son una época de reuniones familiares forzadas y otros momentos incómodos", afirma Appleton. A veces nuestras expectativas no se ajustan a la realidad, y esforzarnos por alcanzar la perfección puede hacernos sentir peor.

Esperar hasta después de las fiestas para descansar y recuperarse no es lo ideal. Afortunadamente, hay cosas que puedes hacer para evitar el agotamiento o reducir sus efectos.

Presta atención a tus necesidades y establece límites saludables

Sé consciente de no comprometerte en exceso con tu tiempo, energía y dinero. Recuérdate a ti mismo que puedes decir que no sin tener que dar largas y enrevesadas explicaciones, según Appleton.

Si ya has experimentado el burnout navideño, es una buena idea que te controles periódicamente para asegurarte de que estás atendiendo a tus necesidades, dice Felder. Siempre puedes ajustar tus expectativas si empiezas a sentirte abrumado o fatigado.

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Incluso cuando las cosas no salen según lo planeado, "no significa que haya sido un fracaso", afirma Appleton. "Tómate tu tiempo para recargarte y reagruparte como parte de tu proceso diario".

Buscar el consejo de un amigo de confianza o miembro de la familia también ayuda a reconocer los cambios físicos o emocionales que estás experimentando durante las vacaciones, dijo Felder. Su consejo es encontrar un equilibrio que te haga sentir bien y que sea sostenible.

Priorizar "la conexión y la unión, en lugar de las decoraciones y las cosas materiales, puede ser útil para mantener la concentración en lo que más importa durante las fiestas", según Felder. "Ser consciente de lo que haces y de con quién pasas el tiempo puede ayudarte a sentirte emocionalmente satisfecho en lugar de agotado, añade.

Crear salvaguardias y planes de salida para las interacciones difíciles

A veces, nuestros compromisos navideños implican atravesar relaciones difíciles. Antes de asistir a una reunión, piense cuánto tiempo quiere pasar en determinados lugares o realizando actividades específicas y "expresa estos límites de antemano", dice Felder.

Por ejemplo, puedes comunicar a tus amigos que irás a una fiesta, pero solo a primera hora. O decirle a un familiar que dispone de 10 minutos para una llamada telefónica antes de salir para una cita.

Otra forma de establecer límites es decidir de qué temas de conversación no queremos hablar, dice Felder. De este modo, cuando surjan, tendremos un plan para retirarnos de la situación o hacer saber a los demás que no queremos participar en ese diálogo. 

"Recuerda que las fiestas no son para que sacrifiques tu paz en un intento de hacer felices a los demás", dice Felder. "Si anticipas que una ocasión o evento será difícil, puede ser útil reservar ese tiempo proporcionándote el autocuidado previo y posterior".

Sugiere dedicar unos minutos antes y después de un acontecimiento estresante a hacer algo relajante, como dar un paseo, leer un libro, meditar, tomar una taza de té, escuchar música o hablar con un amigo que desprenda energía positiva

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