El despliegue del 5G es una oportunidad de oro para que Europa se iguale a EEUU y China en la carrera tecnológica, según la exministra Pilar del Castillo

La economía del dato es una realidad, pero Europa se perdió la primera oleada de los datos: la de los datos personales.

En los albores del siglo XXI aparecieron en EEUU grandes tecnológicas que hoy son conocidas en todo el mundo: Google, Apple, Facebook, Amazon. Las 4 marcas reúnen diariamente cientos de miles de datos personales de sus millones de usuarios.

China, entre tanto, alumbró a firmas también tecnológicas que han centrado su negocio en la fabricación de hardware y a día de hoy los móviles chinos dominan varios mercados, entre ellos, el español.

¿Y Europa? Europa no se puede permitir perder la segunda oleada de datos, la de los datos industriales. Lo advirtió hace unas semanas el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, en una charla.

Pero, ¿está preparado el Viejo Continente?

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"Hay evidentemente una zona asiática comandada por China, pero en la que tampoco podemos olvidar a Japón o a Corea del Sur. Y por otro lado está EEUU, sí. Pero Europa tiene muchos activos desde los que competir y desarrollarse".

Esto es lo que opina Pilar del Castillo, exministra de Educación con el Gobierno de José María Aznar y una de las eurodiputadas españolas que más trabajan en el desarrollo de regulaciones y políticas tecnológicas. Es la copresidenta de un Intergrupo Parlamentario de IA y Digitalización en la Eurocámara.

En una reciente entrevista con Business Insider España, Pilar del Castillo ha recordado que "Europa tiene muchos activos desde los que poder competir y desarrollarse".

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Así, ha mencionado "la capacidad competitiva de sectores muy importantes" o "la posición que tiene el continente en áreas como el software o la robótica industrial". "Es verdad que mucho talento, por la falta de condiciones, emigra a otras áreas", ha reconocido. Pero también hay "magníficos centros de investigación".

La eurodiputada también recuerda el mercado único de la UE: "440 millones de personas", algo "fundamental" pero "no solo para el comercio electrónico": también "para el desarrollo de tecnologías que luego permitan desarrollar asistencias de mejor calidad".

El 5G, una oportunidad clave

Así, Del Castillo confía que la llegada del 5G permitirá "un grado de conectividad que hasta ahora no habíamos conseguido en términos de ubicuidad, latencia, seguridad o velocidad", que es lo que "nos permitirá desarrollar plenamente la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, el blockchain, entre otras".

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La dependencia de otras potencias ha lastrado a Europa, que trata de resarcirse implementando una regulación tecnológica que ya es referente en varios puntos del globo, como es el caso de la Regulación General de Protección de Datos.

La Comisión Europea también ha presentado el borrador de las que acabarán convirtiéndose en los nuevos reglamentos de Servicios Digitales y Mercado Digital. Y en los tribunales europeos hay varias trincheras cavadas por activistas de la privacidad como por organizaciones de consumidores.

Esta dependencia se ha acentuado además en tiempos de pandemia, como es el ejemplo de la escasez de chips que ya causa estragos en diversos sectores. Del Castillo es optimista en cuanto al futuro. Y no es solo el 5G la tecnología que igualará esta escalada tecnológica.

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"En Europa las infraestructuras están muy desarrolladas. España tiene buena fibra óptica. Y el 5G es un desarrollo igual en todo el mundo; los estándares de la quinta generación de tecnologías de conectividad inalámbricas todavía no se han fijado en el planeta", recuerda.

Las infraestructuras digitales, una inversión necesaria

Pero también hay "un déficit" en otro tipo de infraestructuras, las digitales. Por eso, Del Castillo ejemplifica con experiencias como GAIA-X, una iniciativa francoalemana que ya se expande por todo el continente con el propósito de crear una nube federada europea.

"En computación en la nube o en supercomputación van por delante tanto China como EEUU, pero para eso se han aprobado junto al programa marco de investigación diversas iniciativas dotadas con casi 7.000 millones de euros para la compra de supercomputadores de última generación", destaca.

"Aunque en Europa se desarrollan supercomputadores importantes", matiza. "Pero hace falta invertir más: la Unión Europea sigue dependiendo de procesadores estadounidenses. Tres empresas norteamericanas dominan el mercado global. Y la infraestructura de la nube está en manos de cinco proveedores no europeos".