La deuda mundial no deja de crecer, y en 2022 amenaza con alcanzar niveles colosales.

En 2022, la deuda pública de todos los países del mundo se disparará hasta alcanzar un récord de 71,6 billones de dólares (65,4 billones de euros), según la última edición del Janus Henderson Sovereign Debt Index.

La pandemia, primero, y las consecuencias de la guerra en Ucrania y la hiperinflación, después, están inflando la burbuja de la deuda hasta máximos históricos. Si en 2021 el pasivo mundial estaba en el 81% del PIB total, en 2022 rozará el 85% de la economía. 

Este aumento de la deuda en relación al PIB se ha producido a pesar de que la economía mundial está en plena fase de recuperación. Es decir, que ni siquiera el crecimiento del PIB mundial (del 5,9% en 2021) ha podido mitigar el peso de la deuda sobre PIB.

Durante la pandemia, los países de todo el mundo sacaron la artillería pesada para amortiguar el impacto del COVID-19 en las economías. Ahora, ese desembolso de gasto público está pasando factura en forma de una deuda colosal que arrastrar durante generaciones.

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"La pandemia ha tenido un enorme impacto en la deuda pública y los efectos secundarios se seguirán notando aún un tiempo", señala Bethany Payne, gestora de carteras del equipo de renta fija de Janus Henderson.

La deuda pública mundial se ha incrementado en más de un 25%, desde los 52,2 billones de dólares de enero de 2020 hasta su nivel récord actual. Estados Unidos, Japón y China son los principales responsables de este aumento, según el informe.

La deuda de China fue la que creció a mayor ritmo y cuantía en términos de efectivo, con un aumento del 20%, o 650.000 millones de dólares (593.699 millones de euros), mientras que entre las grandes economías desarrolladas, Alemania registró el mayor incremento porcentual, con una subida del endeudamiento del 14,7%, casi el doble que la media mundial.

En España, la deuda española aumentó en 81.000 millones de euros y alcanzó los 1,43 billones de euros, hasta el 118,7% del PIB.

La losa de la deuda no dejará de crecer

Y cuando se creía que la etapa de recuperación ayudaría a quitarle peso a la losa de la deuda... Llegó la crisis de Ucrania. Payne avisa que la guerra también ejercerá presión sobre los gobiernos occidentales para pedir más dinero prestado con el que financiar el creciente gasto en defensa.

Esto, sumado a las presiones inflacionistas y a las medidas de los gobiernos para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, continuará inflando la deuda pública.

Un cambio drástico en el coste de la deuda

Hasta ahora, los países podían hacer frente al aumento de gasto público gracias al bajo coste de la deuda. En 2021 el tipo de interés efectivo sobre la totalidad de la deuda pública mundial fue de tan solo el 1,6%, por debajo del 1,8% de 2020.

Sin embargo, Janus Henderson advierte de que en 2022 "los costes de servicio de la deuda crecerán de manera significativa". Espera que la carga por intereses a nivel mundial se incremente un 14,5% a unos tipos de cambio constantes, hasta 1,16 billones de dólares (1,05 billones de euros).

"El prisma del largo plazo muestra un cambio drástico", alerta la gestora, recordando que, en las dos últimas décadas, la deuda pública casi se ha triplicado a escala mundial, pero gracias a la reducción en los tipos de interés que acompañó primero a la crisis financiera mundial y después a la pandemia "ha provocado que los costes de intereses se hayan ampliado únicamente en un 33%".