La mejor manera de aliviar la inflamación según una reputada gastroenterólaga

Tu cuerpo utiliza esta respuesta inmunitaria para combatir enfermedades y curar lesiones. Pero si esta reacción natural se excede en el tiempo puede poner en riesgo tu vida. Es lo que se conoce como inflamación crónica cada vez más vinculada a la aparición de afecciones tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes, asma e incluso depresión y demencia.

A medida que la ciencia avanza en su conocimiento, se sabe que algunas cosas pueden favorecer su aparición. Por ejemplo el estrés y la falta de sueño. El tabaco, la contaminación o la ingesta excesiva de alcohol también pueden hacer que el sistema inmunológico se vuelva hiperactivo y ataque los tejidos sanos. Sin embargo, entre los factores que más pueden influir en la inflamación crónica está la dieta de una persona.

"Ahora sabemos que nuestras elecciones dietéticas tienen un impacto enorme en nuestros niveles de inflamación, porque los alimentos que comemos influyen en ellos a través del microbioma intestinal", afirma Shilpa Ravella, gastroenteróloga de Columbia que se especializa en el tratamiento de trastornos inflamatorios raros. "El microbioma es esencialmente un órgano en sí mismo y está estrechamente integrado con el sistema inmunológico", matiza en la revista de la prestigiosa universidad.

Un microbioma diverso

Teniendo esto en mente, una de las mejores formas de combatir la inflamación crónica, según Ravella es comer principalmente alimentos vegetales. 

“Los metanálisis que han analizado los resultados de varios estudios nutricionales importantes han concluido que los alimentos con las puntuaciones antiinflamatorias más altas son las verduras de hoja verdes, las frutas, las verduras, las especias, las hierbas, el té, la soja, los cereales integrales, las legumbres, las semillas, y frutos secos”, resume. 

"Estos alimentos contienen una gran cantidad de sustancias que son esenciales para regular el sistema inmunológico, incluidos polifenoles, carotenoides y otros fitoquímicos, así como grasas insaturadas como los omega-3, que son fundamentales para desactivar las actividades inflamatorias cuando llega el momento".

La mayoría de estos alimentos además sirven para alimentar a la bacterias que tienen en tu intestino, lo cual resulta beneficioso. Cada vez está más claro que una flora intestinal diversa promueve la salud y la longevidad. 

Todos estos alimentos señalados contienen mucha fibra, que sirve para nutrir los microorganismos buenos del cuerpo. Por ello Ravella aconseja asegurarse al menos de alcanzar el mínimo de 25 gramos diarios recomendado.

"Un plato de avena contiene alrededor de cuatro gramos de fibra, al igual que una manzana o una porción de brócoli, y una taza de legumbres cocidas contiene alrededor de 15 gramos", muestra la gastroenteróloga. "Así que puedes ver que se necesita un esfuerzo sostenido para obtener la fibra que tu cuerpo necesita". O dicho de otra manera, comer vegetales de distinto tipo.

Mejor fermentados que suplementos probióticos

Ravella también se pronuncia en Columbia Magazine sobre el boom de los productos probióticos. Pastillas o cualquier otro tipo de suplementos con bacterías vivas que se comercializan para mejorar la flora intestinal.

Pueden ser útiles, pero, explica la especialista, sólo para personas con ciertas condiciones de salud, como trastornos gastrointestinales. "Mientras que los suplementos contienen altas concentraciones de sólo unos pocos tipos de bacterias, los alimentos fermentados proporcionan más especies".

Estos incluyen el kimchi, la kombucha, el chucrut, el yogur o el pan de masa madre, y entre sus beneficios está introducir nuevas bacterias en el cuerpo, algo adecuado para todo el mundo.

Qué debes moderar, según la gastroenteróloga

Igual que hay alimentos que ayudan a evitar esta hiperactividad del sistema inmune, otros parecen contribuir a ella. En este sentido la carne y los productos lácteos es mejor consumirlos con moderación, según Ravella. " Las grasas saturadas de productos animales, además de obstruir las arterias, tienden a dañar el microbioma intestinal y a sobreestimular las células inmunitarias, lo que alimenta la inflamación ", sostiene. 

“Comer cantidades significativas de proteína animal tiene efectos similares". Recomienda que las personas que quieran prevenir la inflamación se limiten a 2 o 3 porciones de pescado o aves, un par de huevos y algunas porciones de yogur natural cada semana.

Igualmente esencial evitar muchos de los alimentos altamente procesados

que abundan en los supermercados, incluidos los cereales para el desayuno, la bollería industrial y el pan blanco. "Estos productos no sólo carecen de la fibra que las bacterias intestinales necesitan, sino que tienden a contener azúcares refinados y cantidades excesivas de sal, además de edulcorantes artificiales, emulsionantes y otros aditivos, todos los cuales pueden ser inflamatorios", dice Ravella.