Todos los síntomas que ignoré durante un año hasta que con 49 me diagnosticaron cáncer de colon avanzado

Jason Maman empezó a experimentar molestias cuando iba al baño de forma intermitente a finales de 2018. Un año después, le diagnosticaron cáncer colorrectal en estadio III a los 45 años.

En el transcurso de ese tiempo, sus molestias se convirtieron en dolor extremo, y a menudo sangraba al defecar. Pensó que tenía una hernia o una hemorroide y esperó que desapareciera por sí sola. Pero a mediados del verano de 2019, el dolor llegó a ser tan intenso en una ocasión que casi se desmaya.

"Recuerdo que estaba en el trabajo, fui al baño y me dolía mucho. Cuando me puse de pie para salir y miré hacia atrás, todo el inodoro estaba rojo sangre, literalmente", cuenta Maman, ahora de 49 años y supervisor minorista de Detroit.

Incluso después de eso retrasó la revisión de sus síntomas por varias razones, desde no querer sacar tiempo de su ajetreada rutina hasta gastar dinero en pruebas.

Pero en última instancia, no creía que sería cáncer. "No se me ocurrió que ir al baño y sentir ese dolor pudiera estar relacionado con el cáncer", explica Maman.

"Mi monólogo interior era: 'Mañana estarás bien, mañana desaparecerá', y mañana llegaba, y seguía ahí, y era: 'Vale, bueno, quizá al día siguiente desaparezca'".

Sus síntomas siguieron empeorando hasta que no pudo soportar más el dolor y fue a ver a un médico en noviembre de 2019. Le dijeron que tenía un cáncer avanzado y que necesitaría tratamiento urgente y posiblemente una bolsa de colostomía.

Había estado sano la mayor parte de su vida, así que Maman se quedó de piedra. Recuerda el momento en que el médico le comunicó el diagnóstico: "Pensé: 'Esto no puede estar pasando. No puede ser". Sabiendo perfectamente que había dado en el clavo".

Maman lleva 3 años libre de cáncer

Maman recibió 12 rondas de quimioterapia seguidas de 33 rondas de radioterapia. El coste médico total de la atención del cáncer colorrectal en EEUU, donde reside fue de 24.300 millones de dólares en 2020, lo que la convierte en la segunda forma más cara de la enfermedad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Su equipo médico quería reducir el tamaño del tumor, que estaba en la parte baja de su recto, pero necesitaba cirugía, lo que significa que necesitará una bolsa de colostomía de por vida.

La Dra. Claire Peeples, cirujana colorrectal del Hospital Universitario Corewell Health William Beaumont de Michigan, que operó a Maman, cuenta a Business Insider: "Respondió bastante bien, pero todavía tenía enfermedad residual, y por eso tuvimos que proceder con la cirugía."

Sin embargo, después de 3 años de tratamiento, Maman ya no tiene cáncer y, a pesar de sufrir efectos secundarios duraderos de la quimioterapia, como neuropatía en manos y pies, su vida ha vuelto prácticamente a la normalidad.

"Hay vida después de una colostomía permanente. No interfiere con nada. Puedo nadar. No hay nada que no pueda hacer ahora después del cáncer y que no pudiera hacer antes", asegura

Aumento de los casos en jóvenes

El caso de Maman encaja en una tendencia más amplia de aumento de las tasas de este tumor en personas más jóvenes. Los casos de cáncer colorrectal en menores de 50 años han aumentado cada año desde finales de los 90, y las muertes de personas menores de 55 años han aumentado aproximadamente un 1% al año desde mediados de la década de 2000, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS).

"En los dos últimos años he visto que cada vez vienen más jóvenes a los que se les diagnostica cáncer. Es asombroso y muy preocupante para todos nosotros", afirma Peeples.

Alrededor de una de cada 3 personas diagnosticadas de cáncer colorrectal antes de los 50 años tiene antecedentes familiares de la enfermedad o una predisposición genética, según la ACS. Maman no se ha sometido a pruebas genéticas, pero cuenta que a su padre le diagnosticaron cáncer colorrectal cuando tenía 70 años. Ahora está en remisión.

"Recomendamos las pruebas genéticas en alguien tan joven. No habría cambiado lo que hicimos en su caso, pero a veces puede cambiar los resultados para la familia y para sus hijos", aconseja Peeples.

En general, dijo que si la gente nota cualquier cambio en sus hábitos intestinales, como estreñimiento repentino o heces más blandas, siempre es mejor consultar a un médico.

El cáncer colorrectal también puede deberse en parte a factores relacionados con el estilo de vida, como la dieta. "Siempre recomiendo una dieta rica en fibra, y fumar o la obesidad pueden aumentar el riesgo de pólipos", afirma.

El cáncer de colon y recto suele empezar a partir de pólipos, que son grupos de células anormales que pueden convertirse en tumores. Suelen ser asintomáticos, por lo que es importante someterse a las pruebas, ya que cuanto antes se detecten, más fácil será tratarlos.

Maman fue cocinero durante 25 años y estuvo constantemente de pie, lo que significa que llevaba una vida activa, pero dijo que su dieta no era buena y que era fumador.

Compartió su historia para animar a otras personas a hacerse las pruebas. "Me arrepiento mucho de no haberme hecho las pruebas en cuanto empecé a tener molestias. Si lo hubiera detectado antes, habría podido revertir la colostomía", afirma.

"No te quita nada de tiempo pasar una hora o 2 o el tiempo que sea. Con suerte no tienes nada, pero si lo tienes, lo detectas pronto y no tienes que vivir con una bolsa colgando el resto de tu vida", dijo.