Mitos que te cuenta tu madre desde siempre pero que son mentira

"Tómate el zumo que se le van las vitaminas, "abrígate que estás sudando y vas a coger frío", "deja de ver la tele tan cerca que te vas a quedar ciego", generaciones de niños han crecido escuchando las mismas frases de sus progenitores. Seguro que te suenan familiares.

Y en muchos casos las cosas que te decían tus padres son ciertas. Si no te pones recto puede que no termines como Quasimodo, pero sí existe riesgo de cifosis o lo que es lo mismo, una espalda arqueada por mala postura. 

"Baja el volumen que te vas quedar sordo", quizá era algo exagerado, pero la exposición continuada a sonidos fuertes puede causarpérdida de audición, sobre todo si se hace con auriculares. Y sí, es recomendable abrigarse después del ejercicio, para evitar choques de temperatura muy fuertes.

Sin embargo, otras frases que te han dicho desde pequeño no tienen base científica alguna. Aquí 11 mitos que te dice tu madre desde siempre que son mentira.

"Tómate el zumo rápido, que se le van a ir las vitaminas”

Es uno de los grandes mitos que tu madre (o tu padre) te contaban. Quizá para librarse de la tediosa tarea de andar detrás de ti para que terminarás de bebértelo. La realidad en cambio es que, como era de esperar, a tu zumo no se le irán las vitaminas si tardas en tomártelo.

La respuesta clara la ofrece un informe en Revista Española de Nutrición Humana y Dietética. En él los autores explican que solo ante condiciones extremas, como calentarlo a 120ºC, se disminuye considerable el aporte vitamínico. De lo contrario, "la vitamina C se conserva perfectamente en el zumo hasta 12 horas", añaden.

No obstante cuando se trata de frutas o verduras enteras algunos procesos de manipulación pueden afectar a los nutrientes, disminuyendo el aporte. Aspectos como tiempos largos de cocción, almacenajes prolongados en la nevera o el contacto con el agua son algunos de ellos, recalca el documento.

"Si te tragas un chicle se te pega en el estómago y te puedes morir"

Puede que cuando eras niño una de las cosas más peligrosas que te parecía estar haciendo era mascar chicle, ante el sinfín de cosas malas que te podría pasar si llegabas a tragarlo.

Sin embargo, aunque las leyendas urbanas o más bien tu madre, amenazasen con el ahogamiento, quedarse pegado en las paredes de tu estómago para la eternidad o la muerte en la amenaza más extrema, en realidad tragarse el chicle es algo inocuo salvo que lo hagas de forma exagerada. 

Puede que el material del que está hecho no esté pensado para ingerirse, pero una vez dentro de tu cuerpo pasará por tu sistema digestivo hasta ser expulsado casi intacto. "Solo en muy raras ocasiones, grandes cantidades de chicle junto con estreñimiento han bloqueado los intestinos en los niños", indican desde Mayo Clinic.

"Si tomases más vitamina C no te resfriabas"

La creencia de que la vitamina C puede ayudar a evitar un resfriado es una idea muy extendida, que sin embargo no se corresponde con la realidad.

El mito surgió en los años 70, cuando el premio Nobel, el Dr. Linus Pauling afirmó que altas dosis de este antioxidante "previenen el resfriado común. Para ello se basó en un estudio sobre niños de los Alpes suizos que después amplió a toda la población. Y desde entonces la idea ha circulado creándose la leyenda, tal y como explicó en Business Insider el médico de familia Mike Sevilla.

Sin embargo como recoge una revisión de estudios para la Biblioteca Cochrane, publicada en 2013, no hay evidencia suficiente que respalde esto. Ahora bien, algunos ensayos han señalado en camnios que la vitamina C podría ayudar a que el resfriado fuera menor.

"No puedes bañarte hasta que termines de hacer la digestión", lo que por regla general suponía esperar 2 o 3 horas

Te pasaste los veranos de la infancia esperando a que pasaran 2 horas tras comer para poder meterte en el agua. Las indicaciones eran claras,nada de baños hasta hacer la digestión. Lo contrario era exponerse a interrumpir este proceso que entre otros síntomas podría dejarte sin conocimiento en el agua.

Sin embargo se trata de otra leyenda urbana con poca base científica, ya que estos riesgos, que también incluyen vómitos, náuseas o mareos, tiene más que ver con el cambio de temperatura que con el proceso digestivo.

Durante la fase de digestión buena parte de la sangre va hacia el estómago para el proceso digestivo, matiza en Newtral el presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, Ricardo Gómez Huelgas. "Si se somete al organismo a un estrés añadido como es un cambio de temperatura, puede haber esta reacción de bajada de presión arterial u otros síntomas".

Es decir que el riesgo está realmente en tirarte al agua fría tras comer, sobre todo si se trata de una comida copiosa o se ha ingerido alcohol. De hecho, 2 horas es lo que tarda el estómago en vaciarse, pero la digestión sigue produciéndose.

Por lo que más bien te tendrían que haber pedido que te metieras poco a poco en el agua, para evitar los riesgos.

"Te vas a quedar ciego de ver la tele tan cerca"

Como indican desde la clínica oftalmologica Vistaláser los niños son capaces de ver nítido a menor distancia, que los adultos. "Por eso no tienen problema en ponerse más cerca de la televisión y ver bien". Sin embargo este hábito siempre parecer ir acompañado de la misma advertencia de los adultos: "de seguir así terminarás ciego".

Hoy en día nada de esto ocurrirá. Pero hubo un tiempo en el que está amenaza tenía algo de sentido. Quizá dando pie al posterior mito.

En 1967, General Electric informó que muchos de sus televisores a color emitían un exceso de rayos X debido a un “error de fábrica”. Los organismos de salud en estimaron este entre 10 y 100.000 veces mayor que la tasa considerada aceptable. A consecuencia de ello recomendaron no verla durante más de una hora a corta distancia para evitar lesiones oculares.

La compañía retiró los modelos defectuosos y hoy en día ver la televisión es un hábito seguro sin importar mucho la distancia. "No hay evidencia de que la radiación de los televisores haya resultado en lesiones humanas", enfatiza la FDA.

Si bien concentrarse en una pantalla durante horas no causa ceguera, puede provocar vista cansada. Lo que no es un daño permanente y puede evitarse entre otras cosas con una correcta iluminación.

"Si no te curas ese catarro vas a terminar con gripe"

Los catarros y la gripe son afecciones distintas, provocadas por virus diferentes. Los síntomas aunque similares también difieren, ya que por lo general la segunda es más severa.

Además un resfriado es una patología que nunca estará “mal curada”, enfatizan desde Cigna Salud."Si pasa un tiempo y los síntomas persisten es que realmente hay otra enfermedad de por medio, como una neumonía, una bronquitis o la gripe", afirman.

Por regla general, la mayoría de los resfriados duran de 3 a 7 días, mientras que la gripe es más duradera. Con síntomas como la fatiga que pueden perdurar incluso semanas.

"No vayas con el pelo mojado que te vas a poner malo"

Salir con el pelo mojado no te provocará un resfriado, ya que esto solo lo generan los virus. Ahora bien, la frase no estaba del todo equivocada, ya que sí puede crear el escenario perfecto para que estos ingresen en tu cuerpo.

El pelo mojado, o en general la humedad, hará que descienda la temperatura corporal. Lo que resta efectividad a las defensas de zonas como las fosas nasales o la garganta, principales vías de entrada de virus, como apunta un estudio en PNAS.

Realizado por investigadores de la Universidad de Yale, se infectaron ratones con el virus del resfriado común para analizar la respuesta de su sistema inmunitario a distintas temperaturas. Las células en la nariz de los ratones fueron menos efectivas ante el frío.

"La bebida del tiempo que si no te van a salir anginas"

Nada de pasarte con los helados o ponerle mucho hielo a la Coca Cola, pues según tu madre todo eso terminaría en anginas.

Sin embargo, no es así, pues la amigdalitis es una enfermedad infecciosa causada por virus o bacterias. Los cuales producen en tu cuerpo inflamación de las amígdalas, dolor de garganta y fiebre.

Se transmite por "un contagio al toser, estornudar o simplemente al hablar”, explica el doctor Francisco Javier Cervera Paz, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra. Así que nada tiene que ver con tomar comidas o bebidas heladas.

"Te voy a rapar el pelo para que te crezca más fuerte"

Puede que cuando le preguntaras a tu madre por ese rapado de cabeza que te hizo de pequeño, respondiera que era para que el pelo te creciera más fuerte ni más grueso. Sin embargo, es un mito más de tu infancia. 

Como señalan los expertos, rasurar tu pelo, sea de la zona que sea, no influirá en su crecimiento. Sucede que de pueda percibirse así porque la zona inferior del vello es más gruesa y es la primera que emerge de tras ser afeitado, dando la apariencia de que el pelo es más fuerte. Sin embargo a medida que crece se va erosionando de forma natural hasta adoptar una forma más fina.

"Si te pones bizco te puedes quedar así"

Si de pequeño probaste si podías ponerte bizco es más que posible que algún adulto te animara a dejar de hacerlo por riesgo de  "terminar quedándote así".

Pero el estrabismo, termino médico para referir a los ojos cruzados, no es algo que suceda así como así. Los músculos que rodean el ojo (6 en total) trabajan en conjunto,  y cuando no ocurre se puede producir esa diferencia de alineación.

Afecciones como la diabetes, enfermedad de tiroides, tumores cerebrales o un derrame pueden ocasionarlo de adulto, según la Academia Estadounidense de Oftalmología. Mientras que nacer de manera prematura, con parálisis cerebral, hidrocefalia o síndrome de Down pueden provocarlo desde la infancia.

"Bebe leche o no vas a crecer"

El calcio es fundamental durante la etapa de crecimiento ya que asegura huesos fuertes en el futuro. Una carencia severa, junto con la de vitamina D, puede generar en niños y bebés raquitismo. Afección que ablanda los huesos causando piernas arqueadas, retraso del crecimiento y debilidad muscular.

La leche y los lácteos en general son las mejores fuentes de este nutriente. Pero no son las únicas. Por lo que tu madre también podría haber recurrido, además de yogures y quesos,  a higos secos, brócoli, almendras, espinacas o ciertos pescados que también pueden aportar una gran cantidad de calcio.