Ni siquiera Tesla puede esquivar el frenazo de las ventas de coches eléctricos

Tesla acaba de confirmar que el mercado de coches eléctricos se está ralentizando.

Elon Musk advirtió de que se avecinaba una ralentización del crecimiento de las ventas cuando Tesla presentó sus resultados el pasado miércoles. O, como el fabricante de vehículos eléctricos intentó disfrazarlo ante los inversores, la empresa se encuentra ahora "entre dos grandes olas de crecimiento".

Tesla presentó algunos datos positivos, ya que fabricó casi 500.000 vehículos entre septiembre y diciembre. Las entregas de vehículos el año pasado aumentaron un 38%, hasta 1,81 millones.

Pero eso no bastó para frenar las advertencias.

El crecimiento de los ingresos se ralentizó, un 3% hasta 25.200 millones de dólares, tras años de expansión vertiginosa.

Ahora, las perspectivas parecen más sombrías en medio de una demanda tambaleante. Tesla se embarcó en una agresiva estrategia de recorte de precios en 2023 que redujo los precios de todo, desde el Model 3 hasta el popular Model Y, en más de un 25% para estimular el interés.

A los inversores no les gustó lo que Tesla tenía que decir, lo que hizo que el precio de sus acciones cayera más de un 10% el jueves, eliminando más de 50.000 millones de dólares de su valor.

Pero en un contexto de fuerte subida de la inflación y los tipos de interés, la atención se ha centrado cada vez más en un vehículo eléctrico de Tesla más barato para el mercado de masas. Un problema: no es probable que llegue pronto.

El vehículo de "próxima generación" por debajo de los 25.000 dólares entrará en producción en la segunda mitad de 2025, según Musk. Eso es varios años después de que se anunciara por primera vez, y recuerda a la brecha de cuatro años entre el anuncio del Cybertruck y su entrega real.

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Mientras tanto, la competencia de la china BYD se ha convertido en una gran amenaza. El fabricante de vehículos eléctricos respaldado por Warren Buffett, que vende sus vehículos en más de 60 países y recientemente superó a Tesla en ventas mundiales de vehículos eléctricos, se centró desde el principio en modelos asequibles como el Seagull de 10.000 dólares.

Los fabricantes de automóviles chinos suponen tal amenaza que podrían "demoler prácticamente a la mayoría de las demás empresas automovilísticas del mundo", afirmó Musk, "si no se establecen barreras comerciales".

En conjunto, esto explica por qué Tesla señaló explícitamente que el crecimiento de las ventas sería "notablemente inferior" este año, lo que la convierte en el último fabricante de automóviles que se enfrenta a la desaceleración generalizada en el mundo desarrollado.

Aunque el año pasado se vendieron en EEUU la cifra récord de 1,2 millones de coches eléctricos, según datos de la empresa de investigación del sector Kelley Blue Book, la ralentización más allá de Tesla es muy real.

Las ventas de vehículos eléctricos aumentaron un 40% interanual en los tres últimos meses de 2023, un resultado "fuerte se mire por donde se mire", como señala el estudio. Sin embargo, es inferior al aumento del 49% registrado en el tercer trimestre y al 52% de los tres últimos meses de 2022.

Aran Waid, analista senior de Benchmark Mineral Intelligence, afirmó que el crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos en todo el mundo continuaba, pero que "no había alcanzado las expectativas de los fabricantes de automóviles".

"La elevada inflación y los tipos de interés también han afectado a las ventas el año pasado, sobre todo en Europa, mientras que los distintos países también han ido reduciendo los incentivos financieros", indicó.

El crecimiento se está produciendo, pero a un ritmo cada vez más lento, un fenómeno que está afectando tanto a las empresas de vehículos eléctricos como Tesla, como a los fabricantes de automóviles tradicionales.

Ford, por ejemplo, anunció este mes que reducirá la producción de su camión F-150 Lighting debido a las bajas ventas.

General Motors, por su parte, anunció en octubre que abandonaba su objetivo de producir 400.000 vehículos eléctricos para mediados de 2024. La consejera delegada Mary Barra declaró que la empresa estaba "ajustándose a la ralentización del crecimiento a corto plazo".

Quizás la señal más clara se produjo cuando la empresa de alquiler de coches Hertz anunció que estaba vendiendo unos 20.000 coches eléctricos, citando como problema el aumento de los costes de reparación.

Tesla tiene algunas ventajas en la desaceleración. Puede permitirse seguir bajando los precios gracias al ahorro de costes que obtiene de la fabricación.

También hay muchos mercados a los que Tesla puede aspirar a un rápido crecimiento en el futuro, como Japón. "Al menos deberíamos tener una cuota de mercado proporcional, por ejemplo, a la de otros fabricantes de coches no japoneses como Mercedes o BMW, algo que no tenemos actualmente", aseguró Musk el miércoles.

Vender más coches en un país como Japón no será fácil. Según Musk, parte del reto reside en el "desconocimiento" de Tesla en un país muy bien atendido por sus propios fabricantes de automóviles, como Toyota, Honda, Suzuki y Nissan.

Mientras tanto, el reto de poner en circulación sus vehículos para el mercado de masas el año que viene será probablemente monumental. Como señaló Musk: "Realmente necesitamos que los ingenieros vivan al límite".