El salmón es un pescado graso que presenta las propiedades típicas de los pescados azules: es fuente de proteínas, vitaminas D y los beneficiosos ácidos omega 3 entre otros nutrientes. 

Las primeras son fundamentales para mantener tu masa muscular, entre muchas otras funciones. La vitama D además de absorber el calcio se ha relacionado con efectos protectores frente al cáncer o las enfermedades autoinmunes. Mientras que consumir omega 3 es bueno para tu salud cardiovascular y función cognitiva.

Por ello, las recomendaciones nutricionales aconsejan tomar entre una y 4 raciones de pescado a la semana. El salmón es uno de los más populares. Es versátil, y en todas sus versiones, desde el sushi al horneado queda delicioso. También está la opción en ahumado, ¿pero es una forma sana de comer este pescado?

Cómo se hace el salmón ahumado

El filete limpio de grasa y espinas, es salado con sal gorda, colocando más sal en la parte de la cabeza y lomo que en la cola.  Así se mantiene en una sala a 3ºC durante 24 horas, para garantizar penetración dentro del pescado. Después el filete es limpiado con agua y se elimina toda la sal que quede por encima.

A continuación, se introduce en el interior de la ahumadora en donde estará entre 9 y 12 horas a 24ºC y a una humedad del 75%. Una vez ahumado se coloca en la sala de maduración durante al menos 24 horas más antes de estar listo para ser envasado. 

Este proceso marca algunas diferencias que le hace menos recomendable que el salmón natural. 

Ahumado Vs fresco

"En general, el principal inconveniente de su consumo habitual son los compuestos generados por el humo, y  y por otro lado, también los aditivos que simulan el ahumado", explica la nutricionista Andrea Calderón, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).

De ahí que, sea ahumado natural o artificial, debe reducirse su ingesta debe limitarse a un consumo ocasional, afirma en una entrevista con Infosalus. Por tal debe entenderse " una vez cada 3-4 semanas, en momentos concretos", puntualiza.

El salmón ahumado, respecto al salmón fresco, presenta un contenido algo mayor de proteínas (25,4 g respecto a 18,4 g por 100 g de porción comestible) y menor de grasas (4,5 g frente a 12 g), informa la Fundación Española de Nutrición (FEN). Por lo que el contenido de omega 3 será menor.

Debido a su elevado aporte de sal, la FEN advierte además que "el consumo de este producto debe ser muy moderado en quienes siguen dietas con control de sodio".

Totalmente prohibido está para embarazadas.  "Es muy dañino porque está crudo y puede provocar enfermedades de transmisión alimentaria potencialmente graves en embarazadas", destacaron los especialistas previamente, enfatizando el riesgo de la presencia de Listeria y Anisakis.