Shein se rearma y aspira a una valoración de 90.000 millones para su definitiva salida a bolsa

Tras unos meses dormido, Shein se rearma. El gigante chino está confiando en alcanzar una valoración de hasta los 90.000 millones de dólares (más de 84.000 millones de euros) para su definitiva salida a bolsa en Estados Unidos.

Según explican fuentes familiarizadas con la operación a Bloomberg, la empresa habría comunicado a los posibles inversores que su objetivo era alcanzar ese valor ante una OPV (Oferta Pública de Venta), una operación habitual antes de su despliegue en bolsa, con el fin de colocar sus acciones en el mercado bursátil y que lleva tiempo dentro de la hoja de ruta del grupo. 

Los tiempos, no obstante, siguen siendo inciertos dada la volatilidad del mercado. 

No es menor tampoco que el gigante chino tampoco parte de un terreno firme. El pasado año, y tras algunos ajustes, la valoración de Shein había caído por debajo de los 66.000 millones de dólares.

Este supuso aceptar la valoración de la empresa muy por debajo de los 100.000 millones de dólares anotados meses antes y que colocaron a Shein como la startup más valiosa del mundo.

Desde entonces, su posición ha caído junto con la de otras startups y empresas tecnológicas, a medida que los inversores desconfiaban de los activos de riesgo en mitad de unas perspectivas económicas inciertas y unos tipos de interés más altos. 

Sin ir más lejos, la valoración de ByteDance, matriz de TikTok, cayó en junio por debajo de los 300.000 millones de dólares (más de 280.000 millones de euros). Se trata de un 25% menos que el año pasado. 

Pese a que la valoración en operaciones privadas no refleja necesariamente una imagen real de la empresa, la diferencia acrecienta la preocupación de los inversores por los retos que debe afrontar Shein y la ambición de esta por cotizar.

Una ambición cargada de sombras que sacudir

Shein, fundada en China, ofrece una enorme variedad de productos —la empresa presenta cada mes una media de más de 15.000 productos, unos 500 al día— y unos precios irrisoriamente baratos que le ha valido para atrapar a toda una generación y posicionarse como una de las startups de más éxito del mundo. 

Shein, que ahora tiene su sede en Singapur, ha registrado un crecimiento explosivo en Occidente, donde su atractiva apuesta comercial le ha colocado como la empresa predilecta entre la generación Z. Sin embargo, toda esta omnipresencia ha dejado más expuesta que nunca su oscurantista modelo.

Su éxito convive con las acusaciones de jornadas de trabajo de 75 horas semanales; el esquivar certificados sobre el impacto social de sus operaciones o las acusaciones de plagio en sus diseños. Tampoco es menor la denuncia de Greenpeace, que ha denunciado que su ropa contiene sustancias químicas que infringen la normativa medioambiental europea.

Este tiempo de atrás, la empresa se encontraba intensificado sus esfuerzos en cuanto a sus criterios ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés). Sin embargo, sigue sin estar claro cómo podrá reformularse para ser "socialmente responsable" sin tumbar su exitoso modelo de negocio.