No hay guiso que se precie sin el exquisito sabor que aportan las hojas de laurel, una de las especias más distinguidas de la dieta mediterránea. Con propiedades medicinales atribuidas desde hace siglos, el laurel se machaca para preparar adobos o sus hojas enteras se incorporan a platos de cuchara, potajes, carnes y pescados. 

El tomillo, por su parte, también aromatiza caldos y está presente en platos de cocción lenta, recetas de caza o quesos en conserva. Está cargado de beneficios y propiedades alucinantes: puede ayudarte a combatir el acné, bajar la presión arterial, aliviar la tos o mejorar tu sistema inmune.

Hoy, descubrirás todo el potencial de dos de las especias más ilustres de la gastronomía española.

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El laurel es una hierba aromática que se obtiene de un pequeño árbol de hoja perenne, también llamado laurel, originario del Mediterráneo. La hoja mide entre cinco y siete centímetros de largo, tiene forma de almendra y es de color verde. Su sabor es una fiesta: el laurel tiene matices picantes, florales, dulces y salados, y ligeramente amargos, con un toque a madera. 

Por su lado, el tomillo —que ya usaban egipcios y griegos— es un pequeño arbusto de la familia de las labiadas que puede alcanzar hasta 50 centímetros de altura, con tallos leñosos y fuertemente ramificados, hojas alargadas y flores que nacen entre abril y septiembre. 

Su sabor es intenso, con matices picantes y notas de clavo de olor, menta y alcanfor. Realza el sabor a bosque de cualquier plato, evoca el aroma a sierra mediterránea y potencia mucho el sabor de la carne o de los pistos de verdura.

Ambas hierbas comparten la alta concentración de un nutriente esencial para prevenir la anemia y la ferropenia: el hierro.

Tomillo, la especia con casi 9 veces más hierro que la morcilla

El tomillo seco contiene 123,6 miligramos de hierro por cada 100 gramos de porción comestible. 

De esta manera, aporta casi 9 veces más hierro que una morcilla de Burgos, ya que este embutido elaborado básicamente con sangre cocida de cerdo y condimentado con diversas especias aportau unos 15 miligramos de hierro por cada 100 gramos.

—aunque, lógicamente, sea más habitual comer 100 gramos de esta preparación cárnica que 100 gramos de tomillo, cuyo consumo es más residual en cada plato—.

Según Vegaffinity, el laurel aporta 43 miligramos de hierro por cada 100 gramos de la especia, lo que equivaldría al 537,5% de la cantidad diaria recomendada. Obviamente, no te las vas a comer a puñados, pero ambas suponen un aliciente para aportar hierro no hemo y sabor a tus recetas.

Además, el laurel tiene otros beneficios avalados por la ciencia: mejora la digestión, aumenta la absorción de nutrientes, es diurético y contribuye a la salud renal, sus compuestos mejoran la salud del corazón, ayuda a controlar la diabetes y a reducir los niveles de azúcar en sangre, proporciona antioxidantes como vitamina C, E y carotenoides y alivia las afecciones respiratorias.

Otros estudios destacan que las hojas de laurel tienen propiedades anticancerígenas y microbianas, reducen la inflamación y mejoran la cicatrización de heridas. Su aceite esencial y vapores se han empleado para aliviar el estrés y la ansiedad, mejorar la salud capilar, inducir el sueño, repeler insectos o producir ambientadores naturales.

Por su parte, el tomillo es ideal para mejorar el estado de ánimo —gracias a un principio activo llamado carvacrol—, es un remedio natural para la tos, reduce la presión arterial, contribuye a combatir el acné y a cuidar de la piel, y ayuda a prevenir intoxicaciones alimentarias.

Cuánto hierro necesitas al día

Esta es la cantidad de hierro que necesitas al día, según tu edad:

• Bebés hasta los 6 meses de edad: 0,27 mg
• Bebés de 7 a 12 meses de edad: 11 mg
• Niños de 1 a 3 años de edad: 7 mg
• Niños de 4 a 8 años de edad:10 mg
• Niños de 9 a 13 años de edad: 8 mg
• Adolescentes (varones) de 14 a 18 años de edad: 11 mg
• Adolescentes (niñas) de 14 a 18 años de edad: 15 mg
• Hombres adultos de 19 a 50 años de edad: 8 mg
• Mujeres adultas de 19 a 50 años de edad: 18 mg
• Adultos de 51 o más años de edad: 8 mg
• Mujeres embarazadas: 27 mg
• Mujeres en período de lactancia:10 mg