4 errores que cometes en la cocina que la convierten en una zona de riesgo tóxico, según expertos en la materia

Desastre en la cocina
  • La cocina es el corazón de tu casa. Cocinas, comes, limpias allí. Así que es importante garantizar que sea un espacio completamente seguro.
  • Estos expertos hogareños te explican los errores más comunes que se cometen en la cocina y que convierten elementos tan inocentes como el jabón o el agua en fuentes de peligros tóxicos.
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La cocina es el corazón de muchas casas. Dejando de lado los dormitorios, es la habitación en la que más tiempo se pasa, sobre todo cocinando, comiendo y limpiando.

Es por eso que es importante garantizar que has convertido la cocina en un espacio seguro y saludable. Por desgracia, es fácil cometer errores (incluso cuando crees que lo haces bien) y transformar algo aparentemente inocuo como el jabón o el agua en una fuente potencial de peligros tóxicos.

Por suerte, siempre se está a tiempo de descubrir errores, admitirlos y rectificarlos.

Para echarte una mano al respecto, diversos expertos especializados en seguridad en el hogar han comentado al portal mindbodygreencuáles son los errores más comunes que todos cometemos en la cocina. Estas equivocaciones están relacionadas con amenazas tóxicas que seguramente desconocías.

Son solo 4 hábitos que, si rectificas, conseguirás que la seguridad en tu cocina aumente exponencialmente.

1. Usar jabón con componentes químicos peligrosos

Limpiar platos

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Un chorrito de jabón para lavar los platos puede parecer algo inofensivo. No obstante, Caroline Blazovsky, fundadora del blog My Healthy Home, alerta, a través de mindbodygreen, que muchas personas se olvidan de que ciertos jabones contienen componentes químicos que pueden ser peligrosos para el ser humano.

En concreto, debes tener cuidado con aquellos jabones cuyos ingredientes o no hayan sido testeados para confirmar su seguridad o bien están asociados a problemas de intoxicación como irritación respiratoria o alergias cutáneas. Por ejemplo, presta atención a la etanolamina, el bórax o borato de sodio, el triclosán o la dietanolamina de cocamida.

2. Cocinar sin el extractor en marcha

Campana extractora

Cuando el gas se calienta, este puede emitir por el aire partículas de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno o formaldehído. Si se deja que estas partículas se acumulen, pueden ocasionar problemas de salud, especialmente infecciones respiratorias como asma o enfermedades pulmonares crónicas.

Es por eso que Ryan Blaser, biólogo y asesor medioambiental, pide que siempre, siempre, siempre cocines con el extractor en marcha. "Si quieres confirmar si el tuyo funciona bien, cocina bacon, pescado u otro alimento de aroma intenso. Si tienes el extractor en marcha, pero puedes oler el aroma en otra habitación, este no funciona como debería".

Mientras esperas al técnico que te repare el extractor, cocina con las ventanas abiertas o con un ventilador tradicional encendido para que al menos circule el aire. 

3. Usar agua del grifo

Agua del grifo

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A finales de 2019, Orb Media, una organización periodística internacional sin ánimo de lucro, recogió 159 muestras de agua del grifo de los 5 continentes: el 83% de las muestras contenía microplásticos (a través de El Confidencial).

"Si usas el agua del grifo con frecuencia para beber, cocinar... es importante que primero pidas una revisión, y que cada 3 años vuelvas a realizar un chequeo", explica Blazovsky. Recuerda además que hoy en día es fácil conseguir e instalar filtros para el agua, o adquirir recipientes y jarras que filtran este líquido tan esencial.

4. Guardar la comida en plástico

Tupperware

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Es muy tentador y fácil guardar las sobras de la comida en contenedores o recipientes de plástico. Blaser alerta que el problema de esta solución es que este tipo de recipientes filtran componentes disruptores-endocrinos en la comida. Estos son sustancias que pueden alterar el crecimiento del ser humano o causar enfermedades como el cáncer.

La alternativa es almacenar las sobras más calientes en contenedores de cristal, y poner la comida fría en bolsas de silicona reutilizables.

¿Y qué hay de usar papel de aluminio para envolver la comida sobrante? Tampoco es buena idea debido a que este tipo de solución no aísla bien los alimentos del aire, favoreciendo su degradación rápida y posibilitando la aparición de bacterias y gérmenes.

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