Ascenso y caída de Kittyhawk: cómo el fundador de Google destruyó su sueño de crear un coche volador

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El fundador de Google, Larry Page, quería que Kittyhawk fuera la empresa de coches voladores del futuro, pero se convirtió en un estrepitoso fracaso.
El fundador de Google, Larry Page, quería que Kittyhawk fuera la empresa de coches voladores del futuro, pero se convirtió en un estrepitoso fracaso.

Kittyhawk; Insider

  • El multimillonario creador de Google, Larry Page, soñaba con la fabricación de coches voladores y fundó Kittyhawk con ese objetivo, pero acabó destruyendo su propio sueño.
  • La falta de un objetivo claro, las desavenencias entre Page y el CEO de la firma y un conjunto de malas decisiones, llevaron a Kittyhawk a un estrepitoso fracaso.

La cancelación de proyectos era ya una tradición en Kittyhawk, la secreta empresa de coches voladores creada por Larry Page, cofundador de Google. Pero para muchos empleados, esta fue a más dura.

En abril de 2022, su CEO, Sebastian Thrun, reunió al personal para anunciar que la empresa ponía fin oficialmente a su proyecto más prometedor hasta la fecha: un taxi aéreo llamado Heaviside, que el propio Thrun iba a pilotar en su viaje inaugural. Los empleados que se habían volcado en el proyecto estaban consternados. Kittyhawk, en la que Page había invertido cientos de millones de dólares, era la vanguardia de una industria nueva y apasionante que, de repente, se quedó sin timón. 

Thrun dijo a los empleados que la empresa volvería a la investigación y el desarrollo en busca de otro gran avance, pero la moral estaba por los suelos. En su mejor momento, Kittyhawk contaba con 450 trabajadores; en ese momento quedaban poco más de 100. Cuando Thrun ofreció una indemnización voluntaria a quienes no estuvieran satisfechos con el nuevo rumbo de la empresa, casi 30 empleados más se marcharon.

En la misma reunión, Thrun dio una noticia aún más sorprendente: tras varios años de apoyo financiero, Page iba a involucrarse más en la empresa. Algunos empleados, que en su mayoría nunca habían visto ni interactuado con Page, recibieron la buena nueva como una clara señal de que Kittyhawk estaba en peligro. Después, llevaron a cabo una serie de experimentos supervisados por Page, aparentemente destinados a salvar la empresa. Sin embargo, parecían más bien las fantasías de un niño pequeño jugando con maquetas. Imprimir todo el vehículo en 3D! ¿Y si lo hacemos volar con motores baratos? ¿Y si el piloto estuviera de pie en la cabina?". Nada de eso llegó a ninguna parte. Tras 5 meses sin rumbo, Page abandonó Kittyhawk.

En entrevistas con Business Insider, una docena de exempleados de la firma han descrito una empresa que tenía una misión y luchaba por encontrar una dirección clara, por no hablar de un producto comercializable. Las fuentes, que han hablado bajo condición de anonimato por temor a represalias profesionales, comentan que Kittyhawk diseñó prototipos prometedores pero poco prácticos y se encontró dividida entre las visiones contradictorias y las prioridades cambiantes del fundador y su CEO elegido a dedo. Page y sus representantes no han respondido a la solicitud de comentarios. Sebastian Thrun ha declinado conceder una entrevista. 

Al final, el caos interno resultó insostenible: tras más de 10 años tambaleándose, la firma fue víctima de la falta de dirección y de la posibilidad de estar a décadas de lograr su objetivo. Para ser una empresa de uno de los empresarios tecnológicos más ricos y exitosos del mundo, Kittyhawk fue un fracaso estrepitoso. 

"Todos los empleados creían que íbamos a convertirnos en la Ford Motor Company de los coches voladores. Teníamos el apoyo de Larry. Éramos los líderes del sector. Teníamos todos los contactos de Silicon Valley. Nos sentíamos los reyes de la colina y el éxito estaba casi asegurado", afirma un exempleado.

Desde que se retiraron de Google en 2019, Larry Page y Sergey Brin han invertido cientos de millones en nuevos negocios, intereses personales y ocio.

Del campus a los eVTOL urbanos

Larry Page odia el tráfico.

Una década antes de cofundar una de las empresas más valiosas del mundo, Page intentaba acabar con la lacra de los atascos. A principios de los 90, motivado por el sistema de autobuses de la Universidad de Michigan, donde estudiaba ingeniería informática, Page propuso construir un monorraíl que llevara a los pasajeros en vagones biplazas por el campus. (Los administradores de la universidad no aceptaron su idea.) Décadas más tarde, formó un grupo de trabajo secreto en Google llamado Javelin para explorar nuevas y ambiciosas ideas que incluían la mejora de la infraestructura urbana para aliviar la congestión. También ayudó a poner en marcha Waymo, el proyecto de Google para desarrollar coches autónomos.

Pero la iniciativa que atrajo más la atención y el dinero de Page, fue la búsqueda de un coche volador. Para los entusiastas, los vehículos de la era espacial conocidos como eVTOL, o aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical, representan la panacea para el tráfico de este tipo de vehículos, ya que proporcionan transporte del punto A al punto B sin necesidad de pistas de aterrizaje. Sin embargo, son tecnológicamente difíciles de construir, plantean numerosos problemas de seguridad y son extraordinariamente caros. Page lanzó su primera empresa de coches voladores, Zee Aero, en 2010. 5 años después fundó Kittyhawk, que toma su nombre de la localidad de Carolina del Norte donde los hermanos Wright completaron su legendario primer vuelo en 1903, y acabó integrando Zee Aero en ella.

"Larry apostaba varias veces por llevar los coches al aire como forma de liberar al mundo del tráfico", confiesa un extrabajador. Fiel a la visión de Page, recuerda otro antiguo empleado, el lema oficial en Kittyhawk era "liberar al mundo del tráfico".

Larry Page ha utilizado su dinero de Google para fundar una serie de empresas de coches voladores con un objetivo común: "liberar al mundo del tráfico".
Larry Page ha utilizado su dinero de Google para fundar una serie de empresas de coches voladores con un objetivo común: "liberar al mundo del tráfico".

Jeff Chiu/AP Images

Desde el principio, Page tuvo una exigencia: que su participación en estos proyectos fuera estrictamente secreta. El multimillonario ha hecho todo lo posible por ocultar sus actividades personales a la opinión pública, y sus planes con los coches voladores no han sido distintos. Documentos consultados por Business Insider indican que Page financió Kittyhawk a través de una SL anónima llamada One Aero. La empresa fantasma estaba controlada por Koop, su family office, lo que le permitía ocultar su participación en la compañía. Pero en 2016, Bloomberg reveló que Page estaba detrás de Kittyhawk, dinamitando una explosión de interés en la industria eVTOL. 

"Cuando Bloomberg lo destapó, fue cuando la movilidad aérea urbana se convirtió en algo interesante. En los 2 años siguientes, cientos de equipos se dedicaron a ello. Todo el mundo pensaba: si Larry Page está en este sector, es que aquí hay algo", recuerda un exempleado de Kittyhawk.

Archer Aviation

Una fábrica de la diversión a lo Willy Wonka

Page eligió a Thrun, un tecnólogo alemán que se labró su reputación en robótica e inteligencia artificial, para dirigir Kittyhawk. Thrun era cercano a Page: antes había dirigido Waymo y X, la división interna de Google para proyectos futuristas.

Los empleados de Kittyhawk no dejaban de sentir curiosidad por la relación de ambos hombres: Page, torpe y tímido con los medios, parecía en desacuerdo con Thrun, un empresario carismático al que le encantaba mezclarse con las estrellas de Silicon Valley. Un empleado recordó que Thrun llevó a Elizabeth Holmes a una fiesta de Kittyhawk en sus inicios, mucho antes del desastre de Theranos.

"Trabajar en Kittyhawk era una de las cosas más parecidas a trabajar en Wayne Enterprises", cuenta otro extrabajador, refiriéndose a la empresa de ficción propiedad de Bruce Wayne. "Larry era Batman y Sebastian era Lucius Fox", añade.

Al principio, se veía a Page con frecuencia en las oficinas de Kittyhawk, justo al oeste del campus de Google en Palo Alto; se dejaba caer por allí para trastear en un banco de trabajo durante unas horas. Pero con el paso de los años, su presencia fue disminuyendo. Cuando Kittyhawk cancelaba un proyecto o daba un giro radical a su estrategia, Thrun solía anunciar la noticia, pero los empleados sabían que en realidad se trataba de una orden de Page.

Trabajar en Kittyhawk era lo más parecido a trabajar en Empresas Wayne. Larry era Batman, y Sebastian era Lucius Fox.

One Aero, la empresa fantasma de Page, prestó a Kittyhawk más de 330 millones de dólares, según documentos internos revisados por Business Insider. Los ingresos de Kittyhawk, mientras tanto, eran mínimos. En sus últimos años, la empresa generó una pequeña cantidad de ganancias suministrando datos de vuelo a la Fuerza Aérea de EEUU, según 3 fuentes familiarizadas con la situación financiera de la firma.

A pesar de la generosidad de Page, dicen antiguos empleados, la estrategia empresarial de Kittyhawk era un punto de tensión constante. "Sebastian quería ganar dinero. A Larry no le importaba. No tenía ningún incentivo económico", recuerda uno de ellos. Page parecía tan desinteresado en que la empresa obtuviera beneficios que algunos empleados creían que lo que realmente quería era acceso a una "fábrica de Willy Wonka de proyectos", según otra fuente.

Page eligió al tecnólogo alemán Sebastian Thrun como CEO de Kittyhawk, pero no pudo hacer realidad la visión de Page.
Page eligió al tecnólogo alemán Sebastian Thrun como CEO de Kittyhawk, pero no pudo hacer realidad la visión de Page.

Picture Alliance via Getty Images

Thrun y Page se enzarzaron en acaloradas discusiones en las reuniones del consejo sobre cómo debía valorarse la empresa. Thrun insistía en que valía más de lo que Page creía e insistía en la idea de que Kittyhawk debía buscar más inversión externa. 

Las distintas prioridades sembraron la confusión. Page planteaba preguntas que Thrun o sus ingenieros debían traducir a objetivos concretos. Después, el equipo cambiaba radicalmente su enfoque, solo para que Page volviera a pivotar. "Nos rompíamos la cabeza intentando construir algo y luego Larry decía: 'Oh, esto era solo una idea'", recuerda otra exempleado.

Astro Teller, CEO de Google X.

El problema del huevo y la gallina

En julio de 2018, en un acalorado día en el lago Las Vegas, Kittyhawk parecía lista para surcar los cielos. Un grupo de empleados se pasó el día entrenando a 50 personas para pilotar su vehículo insignia, un eVTOL monoplaza llamado Flyer, a través del embalse de 130 hectáreas en Nevada. La Administración Federal de Aviación, que establece las normas para los coches voladores, había clasificado el Flyer como vehículo "ultraligero", lo que significa que puede manejarse sin licencia de piloto. El objetivo de la jornada era demostrar que cualquiera podía pilotar un Flyer con solo una hora de formación.

No teníamos suficiente confianza en que no se caería del aire en cualquier momento

El Flyer, que empezó siendo una tabla de surf y una colección de piezas de drones ensambladas durante un fin de semana, había recorrido un largo camino. Pero seguía teniendo enormes limitaciones: no podía funcionar más de 20 minutos seguidos, solo podía volar sobre el agua a una velocidad máxima de 32 km/h y no tenía ala. ("Sin un ala, no tienes tanta autonomía", explica un extrabajador). Los exempleados declararon a Forbes que el vehículo también tenía una serie de problemas de seguridad, incluyendo que su batería podría causar incendios. "No teníamos suficiente confianza en que no se caería del aire en cualquier momento", sostiene otra fuente a Business Insider.

A pesar de estos problemas, la jornada en el lago de Las Vegas pareció un gran avance. Kittyhawk atrajo la atención de los medios de comunicación, y un grupo de periodistas elogiaron el trabajo de la empresa para hacer de los coches voladores no solo un juguete de ricos, sino un medio de transporte viable para cualquiera. "Es tan fácil de usar como jugar al Minecraft", dijo Thrun a la CNN

Pero también marcó el principio del fin de Flyer. Otra fuente comenta que el equipo de Flyer empezó a pensar que eran una "solución buscando un problema". Incluso si Flyer funcionaba, ¿quién estaría dispuesto a pagar por él? Los directivos de Kittyhawk celebraban sesiones de brainstorming para encontrar ideas con las que llevar la nave al mercado, pero nada parecía cuajar. Tras planear inicialmente vender los vehículos directamente a los clientes (el DJ sueco Avicii y el empresario Carter Reum estaban en lista de espera, según una fuente), el equipo empezó a discutir otros modelos de negocio.

Kittyhawk llegó incluso a construir un área de recepción en un muelle de Redwood Shores, California, donde la gente se reunía antes de dar una vuelta con su vehículo insignia, el Flyer.
Kittyhawk llegó incluso a construir un área de recepción en un muelle de Redwood Shores, California, donde la gente se reunía antes de dar una vuelta con su vehículo insignia, el Flyer.

Insider

Se pensó en el transporte público: ¿Podría Kittyhawk ganar dinero transportando gente entre Manhattan y Ellis Island? ¿De San Francisco a Alcatraz? Page llegó incluso a plantear la idea de utilizar los vehículos para transportar gente por las Islas Vírgenes Británicas (incluida la que él poseía). La empresa estudió la posibilidad de vender flotas de sus coches voladores a Arabia Saudí y Omán, y Thrun y otros directivos viajaron a la península arábiga para estrechar manos e intentar cerrar acuerdos. Ninguno tuvo éxito.

Al final, Kittyhawk se decantó por la idea de vender viajes experienciales, dejando que la gente pagara por dar una vuelta en el Flyer. La empresa llegó incluso a construir una zona de recepción en un muelle de Redwood Shores, California, pero el COVID-19 acabó echando por tierra el plan. El impacto financiero, las limitadas capacidades del Flyer y el afán de Page por pasar a la siguiente idea llevaron a Kittyhawk a cerrar el proyecto y despedir a todo el equipo de 70 personas a principios de 2020.

¿Quién hace qué?

Con la muerte del Flyer, la atención de Kittyhawk se dividió. Thrun había aislado a los equipos de la empresa; cada uno trabajaba en sus propios proyectos y rara vez interactuaba con los demás. En 2016, Kittyhawk creó un equipo conocido como División de Desarrollo Avanzado dirigido por un físico llamado Damon Vander Lind.

La división ideó el Heaviside, un vehículo más silencioso y con mayor autonomía que el Flyer. El aparato estaba equipado con un ala montada en el morro llamada canard, 8 motores eléctricos y una gran ala inclinada hacia delante que le permitía planear por el aire. Thrun y Page decidieron que el Heaviside fuera totalmente autónomo. Otro equipo, Cora, pasó varios años construyendo un taxi volador autónomo que se convirtió en una asociación conjunta con Boeing en 2019.

Kittyhawk estaba jugando con diseños para otra versión del Heaviside, incluyendo uno con 2 asientos.
Kittyhawk estaba jugando con diseños para otra versión del Heaviside, incluyendo uno con 2 asientos.

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Ese año, Kittyhawk puso en marcha un misterioso laboratorio de I+D encargado de explorar las ideas más radicales de Page. Conocido como Feather, el primer objetivo del equipo era encontrar formas de hacer que los coches voladores fueran más silenciosos, según fuentes. Entre sus proyectos más extravagantes, Feather intentaba desarrollar un sistema de relés que permitiera a un coche volador que se quedara sin energía cambiar su cabina de pasajeros en pleno vuelo a otro vehículo volador completamente cargado, repitiendo el cambio de cabina hasta que el pasajero llegara a su destino. La idea, como era de esperar, no llegó muy lejos en las pruebas.

Page se reunía con el equipo de Feather con más frecuencia que con otras divisiones de Kittyhawk, y los empleados bromeaban en privado diciendo que se había puesto en marcha para evitar que Page distrajera al personal con sus extrañas peticiones. 

Mientras Kittyhawk avanzaba a trompicones, el sector se calentaba. Otras empresas de eVTOL, como Joby Aviation y Archer Aviation, competían por captar talento y mostraban vehículos que podían volar mucho más lejos que los de Kittyhawk. Además, llegó otro rival inesperado: Opener.

Fundada por un ingeniero canadiense jubilado llamado Marcus Leng, Opener estaba justo al final de la calle de Kittyhawk y desde 2014 también la financiaba Page. Pero las 2 empresas rara vez interactuaban.

"Creo que había mala sangre", comenta un exempleado de Kittyhawk. Los rumores giraban en torno a las tensiones entre Thrun y Leng. "Los empleados de Opener siempre me decían que se mantenían a distancia porque su CEO no quería tener nada que ver con ninguna organización de la que Sebastian formara parte", recuerda otra fuente. 

En los primeros días de Kittyhawk, Page había coordinado una reunión entre Thrun y Leng, cuya empresa tenía entonces su sede en Canadá, con la esperanza de combinar sus operaciones, pero cuando Thrun sugirió que la empresa de Leng se integrara como una subdivisión de Kittyhawk, Leng se ofendió e insistió en dirigir Opener como una entidad separada, según 2 personas familiarizadas con lo sucedido.

Los empleados lamentaron el aislamiento tanto dentro de Kittyhawk como entre su empresa y Opener, y se quejaron en privado de que era una oportunidad perdida. Opener, que sigue en activo, afirma haber recorrido unos 66.000 km en más de 5.000 vuelos. En su web afirma que venderá sus primeros vehículos a los "Participantes en el Programa de Acceso Anticipado" en los "próximos meses". No está claro si cumplirá esa promesa: Opener prometió anteriormente vender 25 vehículos en otoño de 2021. 

Opener no ha respondido a la solicitud de comentarios.

Coches eléctricos

El último suspiro 

En febrero de 2022, Page hizo una rara aparición en Kittyhawk. Con el pelo canoso, inesperadamente largo y desgreñado, se paseó por uno de los edificios de la empresa en San Antonio Road, en Palo Alto, con un cortavientos de neón y Thrun como acompañante. Los empleados recibieron instrucciones estrictas de no mirar. "Cuando Larry entre, actuad con normalidad", advierte un trabajador. Un alto cargo ordenó a su equipo que no saludaran nunca a Page a menos que él lo hiciera primero. Pero los empleados no pudieron evitar quedarse boquiabiertos.

Page apenas se había dejado ver por la empresa en 5 años, reuniéndose solo con equipos selectos en proyectos que le interesaban. Desde que se retiró de Alphabet a finales de 2019, se había convertido en el recluso más famoso de la industria tecnológica. Su aparición parecía un presagio para Kittyhawk.

El primer indicio real de que la empresa podría estar en peligro, según comentaban algunas fuentes, llegó a finales de 2021. En ese momento, Kittyhawk estaba trabajando en una tercera versión de su vehículo Heaviside. Entonces Page lanzó una de sus famosas "grandes preguntas" al equipo directivo: ¿Por qué los coches voladores tienen que costar cientos de miles de dólares? ¿Por qué no construirlos totalmente de aluminio, o encontrar otra forma de fabricarlos baratos y cambiar radicalmente la industria?

Un concepto interno para el K1, un coche volador que podría haber sido el sucesor de Heaviside.
Un concepto interno para el K1, un coche volador que podría haber sido el sucesor de Heaviside.

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El repentino cambio del trabajo práctico a tener que volver al diseño con el Heaviside preocupó a muchos empleados, que lo vieron como un paso en la dirección equivocada para una empresa que ya había desechado varios proyectos. "Había un montón de gente con el corazón roto que puso su corazón y su alma en el Heaviside, solo para verlo aplastado ante sus ojos", afirma otra fuente. 

El verano de 2022, después de terminar el trabajo en el Heaviside, Page se puso manos a la obra en un intento de salvar la empresa. Se presentaba ocasionalmente en persona, enviando con antelación instrucciones estrictas de que todos los empleados debían llevar mascarilla. Cuando llegaba, presionaba al equipo para que construyera con materiales más baratos, incluyendo motores de aficionado y piezas impresas en 3D de su propio garaje. De repente, Page empezó a utilizar su dirección de correo electrónico de Kittyhawk (algo que divertía a varios empleados) y a enviar comentarios e ideas a través de Google Docs. Cuando los trabajadores expresaban su frustración y confusión, el mensaje de Page era que no había que darle demasiadas vueltas, simplemente había que hacerlo.

Durante el verano de 2022, Larry Page pidió a los empleados que estudiaran su idea de un tailsitter, que despegaría verticalmente pero giraría hasta una posición horizontal en el aire.
Durante el verano de 2022, Larry Page pidió a los empleados que estudiaran su idea de un tailsitter, que despegaría verticalmente pero giraría hasta una posición horizontal en el aire.

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Uno de los proyectos más avanzados dirigidos por Page estaba sacado directamente del cerebro de Nikola Tesla: un avión tailsitter que despegaría y aterrizaría sobre su cola, pero se inclinaría horizontalmente para volar hacia delante. Un empleado la describe como la "nave Boba Fett al revés", en referencia a la nave espacial del legendario villano de Star Wars.

Al final, Kittyhawk fue la prueba de que ni siquiera una larga pista de aterrizaje, una ambición del tamaño de Silicon Valley y financiación sustituyen a un modelo de negocio claro y una buena gestión. "Larry tenía muchas ideas pero no parecía contratar a gente que pudiera hacerlas realidad", opina un exempleado. Las personas que Page contrató eran "brillantes y tal vez disruptivas", según la misma persona, pero todas fueron incapaces de cumplir el deseo de Page de construir no solo un coche volador comercializable, sino de cambiar radicalmente la industria.

A medida que Page seguía dando órdenes, el ambiente se iba caldeando. A finales de septiembre, cuando llegó a la bandeja de entrada de todos una invitación sorpresa a una reunión de todos los trabajadores, incluso los más optimistas podían adivinar lo que significaba. El miércoles 21 de septiembre, Thrun volvió a reunir a la plantilla en Google Meet y dio la noticia: Kittyhawk cerraba. 

Larry Page no asistió a la reunión.

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