¿El cilantro te sabe a jabón o te chifla? Según tu respuesta, podrías tener un "superpaladar"

Cilantro

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  • El cilantro no entiende de pasiones a medias: unas personas adoran su sabor cítrico, penetrante y fresco, mientras que a otras les sabe a jabón y desdeñan cualquier plato que lo lleve. 
  • Si lo odias, es probable que pertenezcas a los supertasters, el 20% de la población con más papilas gustativas en la lengua, y un paladar más afinado.

El cilantro pertenece a la familia de las umbelíferas, como la cicuta, y despierta amor y odio a partes iguales por dondequiera que pasa. Esta especia fresca de sabor potente y cítrico es habitual en gastronomías como la mediterránea, la oriental, la caribeña o la latinoamericana, teniendo un especial peso en Venezuela, México y Perú, donde realza guisos, salsas, sopas, carnes o pescados.

Y tú, ¿te mueres por el cilantro o lo detestas porque te sabe a jabón para las manos, a colonia, a cuerno quemado o a detergente para la ropa? Los estudios dicen que los europeos somos menos fans del cilantro, y que la culpa reside en una variación genética. 

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Según The New York Times, una encuesta de la firma especializada en genética 23andMe muestra que entre el 14% y el 21% de las personas de ascendencia asiática oriental, africana y caucásica odian el cilantro, una cifra que se reduce al 7% entre personas del Sudeste asiático, hispanos y habitantes de Oriente Medio, más proclives a apreciar esta hierba aromática.

Diversos estudios apuntan a que hay variantes genéticas responsables: el científico Nicholas Eriksson cree que uno de esos genes es el OR6A2, que regula el comportamiento de varios receptores olfativos y gustativos sensibles a los aldehídos, que forman parte del cilantro. Lili Maner y Ahmed El-Sohemy, de la Universidad de Toronto, también identificaron diferentes variantes.

El lado bueno de que el cilantro te sepa a jabón

Tal y como declara a Well+Good la doctora Inna A. Husain, directora médica de laringología del Community Hospital de Munster en Indiana (Estados Unidos), la aversión por el cilantro podría apuntar a que eres un "superdegustador" o alguien cuyo sentido del gusto es más intenso que la media.

Un antiguo artículo de El País que recoge apuntes científicos del MIT destaca que entre el 20% de las personas son supertasters, o personas con más papilas gustativas en la lengua, que disfrutan con sabores que a otras personas les parecen insípidos y que, en cambio, sienten aversión por los que resultan demasiado intensos.

Si eres un supertaster, es probable que sufras más con el picante, sepas apreciar los aromas sutiles del vino, te molesten ciertas salsas, prefieras la cerveza suave a la amarga, o te empalaguen los postres demasiados dulces.

La clave está en el sabor amargo

Según este artículo, la prueba más empleada para diferenciar supertasters, medium-tasters y non-tasters es depositar sobre la lengua un papel impregnado con una sustancia química llamada propylthiuracil (PROP). Si la amargura genera repulsión inmediata, eres un supertaster. Si notas el amargo, pero lo toleras, eres un medium-taster, lo más habitual entre la población.

Quienes no perciben nada pertenecen al equipo de los non-tasters

Más pistas: a los supertasters no les gustan vegetales como el brócoli, la berenjena o la endibia, rechazan el zumo de pomelo y odian las cervezas amargas. Al tener más cantidad de bulbos gustativos les irrita más el curry, el tabasco, el chile o los pimientos de padrón. Tampoco les gusta ir a restaurantes indios o que usan muchas especias.

Y, por otro lado, los supertasters son más sensibles a las texturas grasas: sus dietas suelen tener menos proporción de este nutriente, emplear menos salsas y aliñar con menos aceite sus ensaladas.

Según varios estudios realizados por la investigadora de la Universidad de Florida Linda Bartoshuk —creadora del concepto supertaster—, existen diferentes variantes de los genes TAS2R asociados a la percepción del sabor amargo, que podría estar asociada a diferente riesgo cardiovascular y prevalencia de cáncer de colon.

"Entre estos receptores gustativos adicionales puede haber algunos para detectar los compuestos feniltiocarbamida (PTC) y propiltiouracilo (PROP), que suelen encontrarse en el brécol, la col rizada y las coles de Bruselas. No sabemos a ciencia cierta si el cilantro los contiene, pero es altamente sospechoso", afirma la doctora Husain a Well+Good.

Diferentes estudios demuestran que ambos compuestos, PTC y PROP, suelen percibirse como insípidos o amargos. Recuerda que si tienes el gen TAS2R38, puedes detectar el amargor más que los demás. En otras palabras, si el cilantro te sabe a jabón, es probable que tu paladar —y olfato— estén fuera de lo común.

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