8 técnicas para retener información de forma eficaz respaldadas por la Universidad de Harvard

A veces puedes sentir que el mundo se te echa encima cada vez que te pones a estudiar. Quizás no estés llevando una técnica de aprendizaje adecuada. Y lo peor es que puedes terminar creyendo que el problema está en tu capacidad para retener la información.

Seguro que te has preparado para un examen y, nada más terminarlo, has sentido cómo lo que habías aprendido se empieza a esfumar como humo. Es algo habitual, no te preocupes, aunque no debería ser así. Por eso varios psicólogos han compartido los mejores métodos para estudiar.

El libro en el que reúnen estas técnicas se llama Make it Stick: The Science of Successful Learning (Haz que se Pegue: La Ciencia del Éxito del Aprendizaje en español). Está publicado en la Universidad de Harvard para mejorar los hábitos de estudio. Estos son los trucos que dan.

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Descansar lo suficiente

Dormir el tiempo suficiente es esencial para la mente. Y es que no descansar las horas adecuadas, que son ocho según los expertos, afecta directamente al rendimiento de una persona. Si quieres obtener buenos resultados debes tener un orden en las rutinas de sueño.

“Cuando dormimos, se lleva a cabo un proceso de limpieza en el cerebro”, ha dicho Marie-Pierre St-Onge, profesora de la Universidad de Columbia. “Existe una presión para dormir y, cuando lo hacemos, esa presión se disipa; de esa manera, nos sentimos renovados por la mañana”.

Estimular la mente

La mente hay que ejercitarla como quien entrena también los músculos del cuerpo. Debes acostumbrarla para que adquiera nuevos conocimientos a través de ejercicios que la estimulen para que sea más sencilla la retención de nueva información. Eso te hará más inteligente.

Entre las actividades que puedes realizar para fortalecer tu mente, y prepararla de cara al aprendizaje, están los crucigramas, los retos visuales, los sudoku, los rompecabezas y las sopas de letras. También es una buena práctica leer todos los días durante media hora, realizar alguna actividad artística o intentar aprender nuevas habilidades.

Escribir a mano

Cada vez menos personas se animan a escribir a mano. La comodidad que presentan los dispositivos electrónicos, tales como ordenadores, móviles o tabletas, ha hecho que la gente deje atrás esta práctica milenaria.

Sin embargo, los expertos afirman que escribir a mano retiene la información más fácilmente. La escritura manual es más lenta, más elaborada, por lo que la mente tiene que pensar mejor aquello que desea transmitir la persona. Se escogen con más cuidado las palabras correctas, se hilan las frases, algo de gran utilidad cuando quieres memorizar algo.

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Estudiar en voz alta

Al igual que ocurre cuando uno escribe a mano, es más sencillo memorizar algo cuando se escuchan las palabras en voz alta, sobre todo si es de manera repetida. El hablar mientras uno se escucha es muy eficaz para la memoria a la hora de retener datos, además con un esfuerzo menor, según estudios.

Un claro ejemplo cotidiano en el que se demuestra la efectividad de esta técnica se da al conocer a una persona. Al repetir su nombre durante varias veces durante la primera conversación estás aumentando las posibilidades de no olvidarlo de cara a la siguiente vez que la veas.

No releer continuamente

Uno puede pensar que releer un mismo párrafo cinco veces va a ayudar a que se quede mejor. Lo cierto es que esta creencia es bastante errónea. Llega un momento en el que, de leer tanto las mismas palabras, se deja de prestar atención. Y lo que quieres es memorizar.

Es preferible leer un texto pocas veces pero hacerlo en profundidad, es decir, fijando los conceptos, entendiéndolos y asimilándolos. Los expertos creen que es mejor para la mente hacer el esfuerzo de recordar lo que se ha leído pocas veces. De esta manera se fuerza al cerebro a trabajar. Y te sorprenderás de lo bueno que es en ello.

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Alternar materias

Otra de las cosas que puedes hacer, especialmente si eres estudiante, es alternar materias cuando te toque estudiar. De esta manera te será más fácil no perder la concentración, ya que refuerza la memoria y profundiza el aprendizaje.

Puedes establecerte un calendario con todas las asignaturas que debas estudiar, determinar tiempos según lo que necesites invertir para cada una y ponerte manos a la obra. Si dedicas mucho tiempo, o una tarde entera, en una asignatura que no te gusta nada, te costará mucho más memorizar.

Utilizar la mano no dominante

Quizás este truco para ser más inteligente, o mejorar la capacidad de tu memoria, te puede parecer algo extraño. ¿Para que vas a cambiar de mano a la hora de realizar ciertas tareas? Pues la respuesta que dan los expertos de la Universidad de Harvard es más que sencilla.

Utilizar tu mano no dominante puede ayudar a que tu mente realice diferentes conexiones neuronales. De esta manera tu funcionamiento cerebral será mucho más ágil. Así que puedes probar a comer con la otra mano, empezar a sujetar cosas con la mano izquierda si eres diestro o realizar pequeños entrenamientos.

Incorporar estímulos

El último consejo ha salido a raíz de varios estudios que se han realizado par ver si estímulos externos pueden ayudar a fomentar la capacidad de memoria. Las personas suelen sentir una mayor facilidad a la hora de recordar cosas cuando están ligadas a aromas.

Aunque no solo los olores sirven. También los sonidos son un buen estímulo para retener información. La idea es asociar ese olor, ese color, ese sonido, a una información concreta. No siempre sirve esta técnica, sino que es para ocasiones más puntuales, pero funciona.