Hacer ejercicio puede ayudar a las personas que duermen mal a reducir los daños para la salud que conlleva un sueño deficiente, según un estudio

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  • Un reciente estudio ha mostrado un posible vínculo entre actividad física y sueño, encontrado que hacer ejercicio de manera regular puede reducir el riesgo para la salud que conlleva un mal descanso.
  • Dormir mal y no hacer deporte aumentó el riesgo de muerte por cualquier tipo de enfermedad, afección cardiovascular y cáncer. Pero cuando se hacía deporte el riesgo disminuía.
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La falta de sueño puede conllevar consecuencias nefastas para tu salud. Dormir mal de manera generalizada puede alterar tu memoria y aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves. 

Pero a pesar de ello, —como bien saben las personas que tienen problemas de insomnio u otras afecciones que les impiden descansar, no siempre resulta fácil dormir bien.

Para aquellos que están luchando cada día por mejorar su calidad de sueño, puede haber buenas noticias. Al menos en lo relacionado con la salud. 

Según los hallazgos de una investigación a largo plazo publicada recientemente enBritish Journal of Sports Medicine hacer suficiente actividad física (incluyendo salir  correr o ir al gimnasio) puede contrarrestar algunos de los efectos adversos para la salud vinculados a patrones de sueño poco saludables.

Para ello el equipo de investigadores analizó datos relativos a 380.055 adultos de mediana edad perteneciente a la base de datos británica UK Biobank, reclutados entre 2006 y 2010. Los participantes informaron de su nivel de actividad física y de hasta 5 aspectos vinculados a su sueño.

Posteriormente se agrupó a los pacientes según su comportamiento de sueño en saludables, intermedio o pobres. Asimismo se clasificaron los niveles de actividad física de las personas, siguiendo las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las personas que más ejercicio hacían, en función de las directrices del organismo, realizaron 300 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana, o 150 minutos de ejercicio vigoroso, o una combinación de ambos. Aquellos que alcanzaron el límite inferior hicieron 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana, o 75 minutos de ejercicio vigoroso, o una combinación.

Dormir mal y no hacer ejercicio aumentó el riesgo de morir de cáncer o enfermedad cardíaca

Los investigadores llevaron a cabo un seguimiento de los participantes de 11 años, hasta mayo de 2020. Tras ese periodo un total de 15.503 pacientes habían muerto, de los cuales 4.095 murieron por enfermedades cardíacas y 9.064 murieron de cáncer.

Según los hallazgos, las personas que no duermen bien tenían un 23% más de riesgo de muerte prematura, un 39% más de riesgo de morir de enfermedad cardíaca y un 13% más de riesgo de morir de cáncer, en comparación con aquellas que sí duermen bien.

Tras esto, se llevó a cabo una comparación entre calidad de sueño y cantidad de ejercicio.

El estudio encontró que las personas que tenían el mayor riesgo de morir de enfermedad cardíaca y cáncer eran aquellas que dormían mal y no realizaban actividad física. 

Mientras que aquellos que dormían mal pero hicieron suficiente actividad física como para cumplir con las pautas de la OMS no mostraban un riesgo tan alto de morir de enfermedad cardíaca o cáncer, (en comparación con aquellos que dormían mal y no cumplían con las pautas de actividad física).

De manera más concreta, los pacientes que tenían mal sueño y no hacían actividad física mostraban un 45% más de riesgo de morir de cáncer en comparación con aquellos que tenían un sueño saludable y se ejercitaban de manera intensa. Pero, los que cumplían con las pautas de actividad física, a pesar de tener una calidad pobre de sueño, no mostraron un riesgo más alto de morir de cáncer.

"Los niveles de actividad física en o por encima del umbral de la guía de la OMS (600 minutos de tarea equivalente metabólica / semana) eliminaron la mayoría de las asociaciones deletéreas de sueño deficiente con mortalidad", afirman los autores del estudio.

Aún así la investigación tiene limitaciones. 

Como advierten sus principales autores en The Conversationhay que tener en cuenta que se trata de un estudio observacional. Es decir, "muestra una asociación entre la actividad física adecudada y la reducción de los daños causados

por la falta de sueño" , pero no explica el motivo por el cual el ejercicio podría contrarrestar los efectos en la salud de la falta de sueño.

"No se puede decir de manera concluyente que la actividad física adecuada provoque la reducción de los daños causados por la falta de sueño, aunque hay pruebas sólidas de una asociación en la dirección correcta", remarcan los investigadores.

Hacer ejercicio y acabar con el sedentarismo tiene muchos beneficios sobre la salud, así que ponerlo en práctica no es desaconsejado. Es más, incluso puede ayudar a las personas a empezar a dormir mejor.

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