"El trabajo del futuro": la falsa promesa de la industria de los chips

Jacob Zinkula
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Las empresas de semiconductores se están dando prisa para formar a trabajadores para los empleos del futuro, pero algunas van con retraso.

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  • Estados Unidos se ha gastado 47.500 millones de euros para atraer a los fabricantes de semiconductores al país, pero, ¿dónde están los puestos de trabajo?
  • Después de finalizar su formación como técnicos de semiconductores, muchos aspirantes denuncian que hay muy poca demanda de profesionales. 

Cuando conocí a Collin Gardner en septiembre, estaba harto de trabajar en Taco Bell. Había comenzado en esta franquicia cuando estaba en la universidad para ganar algo de dinero mientras se licenciaba en psicología. Pero, tras graduarse en mayo, le costaba mucho encontrar un empleo de lo suyo porque se suele requerir un máster. Así que Collin, de 22 años, necesitaba un puesto en el que pudiese hacer carrera o, al menos, que estuviese mejor pagado.

Afortunadamente, Gardner se topó con un anuncio en YouTube del programa Quick Start, una asociación entre las principales empresas de semiconductores y tres colegios de Arizona, Estados Unidos, que prometía una formación como técnico de procesamiento de semiconductores. Con ella podría trabajar en primera línea en la fabricación de los chips que hacen funcionar todo tipo de dispositivos, desde iPhones y lavadoras hasta vehículos y equipos militares. Este programa pionero ha sentado las bases de iniciativas similares en todo el país.

La formación duraría 10 días, lo que era perfecto para Gardner: no tendría que mudarse, era corta y parecía un primer paso prometedor hacia una carrera en la industria del futuro de Arizona.

"Lo solicité porque pensé que era una certificación sencilla y barata que me conseguiría un empleo más o menos inmediato en el sector, con la esperanza de que me gustara el trabajo y me pagaran al menos mejor que en Taco Bell", me comentó a mediados de la formación, a finales de septiembre. Pero desde que terminó Quick Start, Gardner se ha dado cuenta de algo preocupante: la oferta de trabajo en el sector de los semiconductores es escasa. 

Tras pasar un tiempo en Arizona, me quedó claro cómo había caído el entusiasmo en torno a los empleos que prometía la industria de los semiconductores. Las condiciones económicas, la ralentización de la construcción y la lentitud en la distribución de los fondos públicos habían contribuido a mermar la confianza de la gente. 

Aunque Quick Start es solo un programa, gracias a sus conexiones con grandes empresas y a su ubicación en Arizona (la futura sede de la industria estadounidense de semiconductores), el futuro de sus estudiantes es un indicador muy útil de la enorme inversión estadounidense en la fabricación de chips.

Sin duda, se espera que los puestos de trabajo se vayan creando en los próximos años. Pero formarse para un trabajo del futuro no sirve de mucho cuando el futuro aún no ha llegado.

Nvidia

 Las cosas no van según lo previsto

Los semiconductores se han convertido en imprescindibles, lo que supone un grave problema para Estados Unidos, ya que solo el 12% se producen en el país y la pandemia demostró que cualquier interrupción de la cadena de suministro puede tener importantes consecuencias para la economía. Si a esto añadimos que el principal fabricante de chips del mundo, la taiwanesa TSMC, está muy cerca de China (un rival geopolítico que que amenaza con invadir la isla), no es de extrañar que Estados Unidos quiera aumentar la fabricación de chips.

La intención se materializó en 2022, cuando el presidente estadounidense Joe Biden promulgó la Ley CHIPS, que incluía 52.000 millones de dólares (unos 47.500 millones de euros) en subvenciones destinadas a atraer más fabricantes de chips. Se espera que gran parte de la financiación se destine a Arizona, que cuenta con una larga tradición en la fabricación de semiconductores.

Pero a pesar esta iniciativa, los líderes del sector lanzaron una advertencia: no hay suficientes trabajadores en Estados Unidos para llenar las fábricas previstas. La fabricación de semiconductores requiere de muchos técnicos, informáticos e ingenieros con formación para producir una tecnología tan delicada. Dado el ritmo al que la gente se incorpora al sector, un estudio realizado en julio por la Asociación de la Industria de Semiconductores en colaboración con Oxford Economics calculaba que Estados Unidos tendría un déficit de casi 70.000 trabajadores de semiconductores en 2030.

Y ahí es donde entran en juego formaciones como el programa de Quick Start.

Con el respaldo de las principales empresas del sector, como TSMC e Intel, Quick Start arrancó en julio de 2022. El programa cuesta poco más de 300 dólares (274 euros), y quienes completan el curso de 10 semanas reciben un título de "preaprendiz de semiconductores", que puede utilizarse para conseguir trabajo en el sector, normalmente en puestos de técnico de semiconductores. Los técnicos principiantes pueden ganar unos 30 dólares la hora (27,40 euros), dependiendo de la experiencia, y hay posibilidades de ascenso.

"Aquí aprendo constantemente y estoy siempre formándome", me dijo el año pasado Lisa Strothers, una graduada de Quick Start 2022 que consiguió un trabajo en Intel.

Los estudiantes de Quick Start pasan 10 días preparándose para empezar su carrera en la industria de los semiconductores.
Los estudiantes de Quick Start pasan 10 días preparándose para empezar su carrera en la industria de los semiconductores.

Jacob Zinkula

Cuando hablé con los responsables del programa, me dijeron que Quick Start había sido un éxito: 3.000 personas han superado la prueba online para entrar, que se cerró temporalmente en marzo por exceso de demanda antes de reabrirse en septiembre. Casi 900 estudiantes se habían matriculado y más de 700 lo habían completado con éxito, con unos 300 en lista de espera. Casi dos tercios de los estudiantes han sido personas de color, y la mitad estudiantes universitarios.

Pero a pesar de este éxito y de la supuesta demanda de empleados del sector, los graduados de Quick Start se enfrentan a un problema cada vez mayor: no hay trabajo para muchos de ellos.

Debido en parte a la ralentización de la demanda de su tecnología, las mismas empresas de semiconductores que han hablado abiertamente de la necesidad de personal han reducido sus contrataciones a corto plazo e incluso han despedido gente. Como consecuencia, las formaciones como la de Quick Start tienen un exceso de titulados con pocas posibilidades de encontrar trabajo.

Se quedaron paralizados cuando les pregunté cuáles eran sus necesidades de contratación para el futuro

De los 240 antiguos alumnos de Quick Start que rellenaron el formulario de empleo a 30 de junio, el 31% consiguió trabajo, mientras que los demás seguían buscando (58%) o no lo buscaban (11%). En cuanto a los otros cientos de estudiantes, incluidos los que han terminado el programa en los últimos meses, Quick Start no sabe qué ha sido de ellos. La falta de datos plantea dudas sobre el éxito del programa.

"Normalmente, las formaciones intentan estar al día con las necesidades de la industria. Lo que hemos hecho, al menos para ese puesto de nivel inicial, es crear un mecanismo que sistematiza la creación de producciones superiores a las que puede soportar la demanda", me explicó a finales de 2023 Leah Palmer, CEO del Arizona Advanced Manufacturing Institute del Mesa Community College.

Cada mes, Palmer y otros representantes de Quick Start se reúnen con unas 30 personas de importantes empresas de semiconductores que forman parte del consejo asesor del programa. En las reuniones comparten información actualizada sobre el estado de la industria y la formación, en concreto sobre el número de alumnos que terminan las clases, las incorporaciones al plan de estudios, las ferias de contratación y las oportunidades de financiación. En una reunión de septiembre, Palmer comentó que las empresas se mostraron reacias a dar muchos detalles sobre sus planes de crecimiento de la plantilla.

"Se quedaron paralizados cuando les pregunté cuáles eran sus necesidades de contratación para el futuro. No podían ni querían hablar de ello. Ni siquiera Intel y TSMC dieron respuesta", me dijo Palmer.

Un portavoz de TSMC dijo a finales del año pasado que ya había contratado a más de 2.000 trabajadores en su fábrica de Arizona y que tenía previsto llegar a tener unos 4.500 empleados. Un representante de Intel declaró a Business Insider que la empresa estaba contratando activamente, señalando sus ofertas de empleo en todo Estados Unidos. Gary Burley, profesor del programa Quick Start que ha trabajado en Intel durante casi 20 años, dijo que no le sorprendía la caída de la contratación, debido a que esta industria pasa por ciclos al igual que las demás.

Andy Jassy

"La historia de la industria de semiconductores es contratar mucho y luego... Ha caído la demanda, así que deben frenar las contrataciones", explicó.

Pero el precedente no sirve de consuelo a los muchos graduados del programa Quick Start que se han quedado en el limbo, es decir, con formación y sin trabajo.

Promesas incumplidas

La gente se inscribe en el programa Quick Start con la esperanza de acceder a un empleo en alguna empresa de semiconductores; de hecho, la web solía prometerlo, aunque ya no es así. A principios del año pasado, se celebraban ferias de empleo en el sector cada mes, en las que los candidatos tenían la oportunidad de informarse sobre las oportunidades profesionales y establecer contacto con las empresas. Pero la última feria de empleo fue en junio, y no se han programado más.

Algunos estudiantes de Quick Start han tenido dificultades para encontrar trabajo en la industria de los semiconductores después del programa.
Algunos estudiantes de Quick Start han tenido dificultades para encontrar trabajo en la industria de los semiconductores después del programa.

Jacob Zinkula

Sin embargo, hasta los estudiantes que han tenido la suerte de poder asistir, se han sentido decepcionados. Un antiguo alumno de Quick Start me comentó que la feria a la que fue en abril dejaba mucho que desear. Esta persona ha preferido hablar bajo condición de anonimato para evitar repercusiones profesionales, pero Business Insider conoce su identidad.

"La feria consistió en tres horas y media de PowerPoints, y networking los últimos 30 minutos. Pero había un millón de personas, así que había que hacer cola para hablar con quien querías. Fue un poco chapucero", comentaba la fuente.

A aquellos que lograron una entrevista con una importante empresa de semiconductores el año pasado, les dijeron que la congelación de las contrataciones les impediría avanzar en el proceso en el corto plazo; desde entonces les han dicho que ya no les tienen en cuenta para el puesto.

"Prometían ayudarnos a conseguir un trabajo bien pagado si finalizábamos la formación, pero no es tan sencillo. Las empresas no parecen muy desesperadas por encontrar talento", dicen en referencia a las empresas de semiconductores. 

Aunque finalmente muchos alumnos sí lograron encontrar trabajo el año pasado con un intermediario, no eran optimistas sobre sus posibilidades. "Ha sido un proceso larguísimo y ahora tengo dudas sobre si voy a aguantar hasta el final", dicen.

Además de dejar de prometer entrevistas con empresas de semiconductores, Quick Start ha tomado otras medidas para moderar las expectativas de los candidatos. Su web dice ahora que la contratación con sus socios del programa se ha "ralentizado" y que no "sabe cuándo se reanudará". Los responsables de la formación esperan saber más sobre los planes de contratación de la industria en la próxima reunión del consejo asesor, en febrero.

Otro problema del programa Quick Start (y quizá uno de los factores que contribuyen a los problemas de contratación) es lo corta que es la formación. En un entorno de contratación más difícil, algunos de los fabricantes de chips (incluidos los que ayudaron a crear el programa) han empezado a preguntarse si lo que se enseña es suficiente para desempeñar un trabajo en la industria. Gabriela Cruz Thompson, directora de colaboración en investigación universitaria de Intel, dijo a finales de 2023 que la empresa estaba evaluando si los titulados de Quick Start estaban preparados.

"Nos estamos preguntando y preguntamos a los gerentes de esas personas que fueron contratadas si esta capacitación es suficiente, si es injusto para ellos contratarlos y que luego no rindan", dijo. Si la formación se considera insuficiente, el condado de Maricopa, Arizona, podría plantearse ampliarla a un año, igual que otra formación que Intel está poniendo en marcha en Ohio.

Ha sido un proceso larguísimo, y ahora tengo dudas de si voy a aguantar hasta el final

La ralentización de la contratación y las dudas sobre si la formación es insuficiente han llevado a Quick Start a plantearse reducir el número de matriculaciones, aun cuando persiste la demanda de formación. "Vamos a tener que ralentizar nuestro proceso para no dar salida a más personas sin ninguna posibilidad de empleo", afirma Palmer.

A menos que las circunstancias cambien pronto, Palmer cree que es probable que el programa reduzca el número de clases, que esta primavera serán 14 en las tres facultades.

Abundan los obstáculos

Más allá de la economía, Palmer cree que hay dos razones por las que las empresas de semiconductores están tardando en contratar. En primer lugar, están esperando a ver cómo se reparten los fondos de la Ley CHIPS. En diciembre, casi un año y medio después de la promulgación de la ley, se anunció la primera subvención. Esta espera ha retrasado los planes de empresas como TSMC, a la espera de las subvenciones.

"No saben cuánto dinero van a recibir ni cuándo lo harán", señalaba Palmer refiriéndose a las empresas de semiconductores, y añadía: "La industria nos dice que cuando llegue el dinero, se reanudarán las contrataciones". Si Biden pierde la presidencia este año la incertidumbre sobre la financiación podría reducir aún más la contratación, según Palmer.

En segundo lugar, aunque se están construyendo muchas fábricas de chips en todo EEUU, no pueden empezar a contratar hasta estar terminadas, y los retrasos en la construcción no han ayudado. Samsung y TSMC, por ejemplo, han pospuesto la producción de chips de 2024 a 2025; esta última ha declarado que se debe en parte a la escasez de trabajadores cualificados para la construcción en Estados Unidos.

Me apunté a esta formación pensando que me garantizaría un puesto de trabajo, así que estoy un poco decepcionado en ese sentido

Por otra parte, hay más factores que podrían retrasar la construcción. En diciembre, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, declaró que los requisitos de revisión medioambiental podrían obligar a paralizar la construcción de algunos proyectos, incluso durante años. Los esfuerzos del Congreso para eximir a las empresas de chips de algunas de estas revisiones se han estancado, según Bloomberg.

A pesar de todo, dadas las expectativas del sector a largo plazo, muchos alumnos de la clase que visité parecían ver Quick Start como una valiosa oportunidad. En los próximos años, el auge de la inteligencia artificial podría impulsar aún más la demanda de chips y crear más puestos de trabajo en el sector de los semiconductores. Pero a aquellos que están ansiosos por encontrar empleo ahora, las promesas futuras no les tranquilizan.

Este mes de enero, me he puesto en contacto con Gardner, el trabajador de Taco Bell que recurrió a Quick Start, para saber cómo iba su búsqueda de empleo. Me cuenta que ha intentado buscar trabajo pero que, más de dos meses después, aún no ha conseguido nada. También afirma que le resulta difícil determinar para qué puestos está cualificado.

"Seguiré buscando, pero parece que tendría que obtener un título de ingeniería eléctrica o algo similar para tener más posibilidades. Me apunté a esta formación pensando que me garantizaría un puesto de trabajo, así que estoy un poco decepcionado en ese sentido", reconoce.

Mientras tanto, sigue trabajando en Taco Bell, pero es optimista sobre su futuro profesional. Está a punto de empezar a trabajar como conserje en un instituto local en las próximas semanas. Si todo va bien, dice, este será su principal trabajo en el corto plazo. "Durante mi entrevista, me dijeron que había movilidad en el trabajo de conserje. Así que tengo fe en que estaré bien si veo que no puedo hacer la transición a la fabricación de semiconductores", añade.

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