Emergencia climática: febrero es el mes más cálido a nivel mundial desde que hay registros

Estación de esquí de Hautacam en Beaucens, Altos Pirineos, suroeste de Francia, cerrada por falta de nieve el 21 de febrero de 2024.
Estación de esquí de Hautacam en Beaucens, Altos Pirineos, suroeste de Francia, cerrada por falta de nieve el 21 de febrero de 2024.

REUTERS/Stephane Mahe

  • Tal y como informe el Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus, este febrero de 2024 ha sido el mes más cálido a nivel mundial desde que existen registros.
  • Además, es el noveno mes consecutivo en el que se supera el récord anterior registrado para dicho mes.

Tras un enero espeluznante en lo que a la crisis climática se refiere, febrero no ha traído noticias mejores: a nivel global se trata del febrero más cálido registrado a nivel mundial y el noveno mes consecutivo con temperaturas récord para la época del año, tal y como informa el Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus.

Las temperaturas globales de la superficie del mar también son las más altas jamás registradas.

Los datos de Coperrnicus muestran que febrero de 2024 fue el febrero más cálido registrado a nivel mundial, con una temperatura media del aire en superficie de 13,54 °C, 0,81 °C por encima del promedio de febrero de 1991-2020 y 0,12 °C por encima de la temperatura del febrero más cálido anterior, en 2016.

Además, el pasado mes fue 1,77 °C más cálido que una estimación del promedio de febrero para 1850-1900, el período de referencia preindustrial designado. Es decir, que sitúa al mundo temporalmente por encima del umbral de 1,5 °C, más allá del cual, a largo plazo, se esperan los peores impactos del cambio climático.

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Por otro lado, la temperatura promedio mundial de los últimos doce meses (marzo de 2023 a febrero de 2024) es la más alta registrada, 0,68 °C por encima del promedio de 1991-2020 y 1,56 °C por encima del promedio preindustrial de 1850-1900

Febrero tuvo una temperatura diaria mundial excepcionalmente alta durante su primera quincena: en los cuatro días que van del 8 al 1, la temperatura de la Tierra se situó por encima de 2° C de diferencia con la media preindustrial. 

Europa es quien más paga el pato de la crisis climática: las temperaturas del Viejo Continente se situaron 3,30 °C por encima del promedio de febrero de 1991-2020, mientras que en Europa central y oriental se experimentaron temperaturas muy superiores al promedio.

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Y para muestra, un botón: tras un caluroso enero, el Pirineo comenzó febrero sin apenas nieve. Como recogía Público, las cumbres de Navarra, Huesca y Lleida acumulaban en dicha fecha entre la mitad y un tercio de las reservas de nieve habituales en las dos últimas décadas, en un fenómeno que enlaza la sequía de Mediterráneo con la del Cantábrico.

Según Copernicus, fuera de Europa, las temperaturas estuvieron por encima del promedio en el norte de Siberia, el centro y noroeste de América del Norte, la mayor parte de América del Sur, África y el oeste de Australia.

Aunque El Niño ha seguido debilitándose en el Pacífico ecuatorial —sus coletazos llegarán hasta mayo, cuando se augura la llegada de La Niña—, las temperaturas de la superficie del mar siguen siendo absolutamente devastadoras, quebrando todos los registros hasta la fecha.

La temperatura media global de la superficie del mar (SST) para febrero de 2024 fue de 21,06°C, la más alta para cualquier mes del conjunto de datos, por encima del récord anterior de agosto de 2023 (20,98°C).

El invierno boreal de 2023/2024 (diciembre-enero-febrero) también fue el invierno más cálido a nivel global desde que hay registros, con una temperatura 0,78 °C por encima del promedio de 1991-2020. La temperatura del invierno europeo fue la segunda más cálida registrada, después del invierno de 2019/2020, 1,44°C por encima de la media de 1991-2020.

En general, febrero de 2024, mostró un clima más húmedo que el promedio europeo en una amplia franja desde la Península Ibérica hasta el oeste de Rusia, y en el Reino Unido e Irlanda, el sur de Escandinavia y los Alpes. Las precipitaciones también estuvieron por encima de la media en gran parte de Italia. 

En otros lugares fue más seco que la media: en la mayoría de los países mediterráneos, partes de los Balcanes, gran parte de Türkiye, regiones de Islandia y el norte de Escandinavia, así como en gran parte del oeste de Rusia.

Febrero fue húmedo en el oeste y el noreste de América del Norte, en una gran región desde Eurasia hasta Asia central, en partes de China y Japón, en el sureste de Brasil, partes del sur de África y norte de Australia; y más seco que la media en América del Norte, el Cuerno de África, la Península Arábiga, el centro sur de Asia, la mayor parte del sur de África, América del Sur y Australia.

El invierno boreal 2023/2024 registró precipitaciones y humedad del suelo superiores a la media en una franja desde el suroeste de Europa hasta el Cáucaso y el suroeste de Rusia. Se detectaron condiciones persistentemente más secas que la media en el sur y este de España, sur de Francia, Sicilia y el Magreb, gran parte de Escandinavia, noroeste de Rusia y las regiones al oeste del Mar Negro. 

El período comprendido entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 fue más húmedo que el promedio en partes del oeste de América del Norte, en Eurasia y Asia central, así como en China, Japón, Pakistán, el norte de la India, el norte y el este de Australia y el sur de Brasil.

 

Al contrario, el invierno fue seco en el norte de México, el sur y el este del Mar Caspio, partes de Asia Central y el interior de China. También sobre el cuerno de África, la mayor parte del sur de África y América del Sur también fue más seca que el promedio.

La extensión del hielo marino del Ártico estuvo un 2% por debajo del promedio, no tan baja como en los años más recientes: el récord de extensión mínima se registró en febrero de 2018 (6% por debajo del promedio). Sin embargo, la de este año está muy por debajo de los valores observados en los años 1980 y 1990.

Las concentraciones de hielo marino estuvieron notablemente por debajo del promedio en el norte del Mar de Barents, y por encima del promedio en el cercano Mar de Groenlandia, una característica persistente desde octubre. 

Y malas noticias para el hielo marino antártico: llegó a la extensión mensual mínima anual, la tercera más baja en el registro de datos satelitales, un 28% por debajo del promedio, no muy lejos del mínimo histórico de febrero del año pasado (-33%).

"Miles de millones de mediciones realizadas desde estaciones meteorológicas, satélites, barcos y aviones señalan el hecho básico de que nuestro planeta se está calentando a un ritmo peligroso", señala a The Guardian la doctora Friederike Otto, profesora titular de ciencia climática en el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente del Imperial College de Londres.

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