He probado el primer bacon impreso en 3D 'made in Spain' y este es mi veredicto

Bacon vegano

BI España

  • La innovación alimentaria ha logrado que llegue al supermercado el primer bacon vegetal desarrollado con bioimpresión 3D.
  • Está creado por las compañías navarras Foodys y Cocuus y se comercializa a nivel nacional en Carrefour. Lo he cocinado de diferentes formas para analizar su sabor y textura: este es mi veredicto.

Es una suerte para una vegetariana —y cocinillas— vivir en estos tiempos: cada vez hay más opciones en las tiendas especializadas y en los lineales de los supermercados para experimentar con proteínas basadas en plantas, ingredientes que hace años eran difíciles de encontrar —como el jackfruit, el tempeh, el kimchi o la soja texturizada—, análogos de la carne e incluso falso pescado. 

En mi caso, jamás pierdo ocasión de probar todo lo que llega a mis manos: solo poner algunos ejemplos, en los últimos meses he saboreado el jamón york de Heura, los embutidos plant-based de Good&Green, el foie-gras vegano, el atún vegano de marcas como Vuna o los deliciosos cachopos vegetales de La Cuchara Verde.

Me hizo mucha ilusión ver que Cocuus, una startup navarra que entrevisté hace tres años —y que es capaz de imprimir en 3D chuletones a partir de células madre, restos cárnicos o proteína vegetal— había lanzado junto con la compañía Foodys el primer bacon vegetal impreso en 3D del mercado. Todo un hito en la industria alimentaria. ¿Cómo iba a resistirme a prepararlo?

Como puedes apreciar, el aspecto está bastante logrado, reproduciendo la textura cárnica y las vetas blancas de grasa del bacon tradicional.
Como puedes apreciar, el aspecto está bastante logrado, reproduciendo la textura cárnica y las vetas blancas de grasa del bacon tradicional.

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Este embutido desarrollado por bioimpresión 3D —y finalista de los premios V-Label internacional dentro de la categoría de innovación— está disponible en Carrefour a nivel nacional y según explican sus creadores, "cuenta con todo el sabor y textura de su análogo, tiene la mitad de grasa y es libre de soja, conservantes y azúcares". 

Se vende en bandejas refrigeradas de 120 gramos y cuesta 3,40 euros. 

Lo primero que me llamó la atención fue su aspecto, bastante logrado. Se distinguen perfectamente la parte magra, las vetas blancas de grasa emulando el bacon tradicional, y su propia corteza. El olor que despide en crudo está marcado por el aroma de humo, muy presente en gran parte de los embutidos vegetales. 

Eso sí, el bacon de toda la vida tiene un 30% de grasa saturada, y este, menos de un 10% de grasa vegetal, por lo que aunque sea un alimento indulgente consumido de forma ocasional, es más saludable que su contraparte cárnica.

¿A qué sabe el bacon vegano de Foodys?

Mi veredicto es que se trata de un producto muy rico, gustoso y versátil para introducir en aquellos platos en los que una persona vegetariana —o curiosa— eche más de menos el toque salado, adictivo y ligeramente chamuscado de este embutido de cerdo. Pero en versión vegana, claro. 

Uno de los experimentos que hice fue incorporarlo como ingrediente a una pizza casera —la receta de la masa de mi abuela eleva al cielo cualquier producto—. Y lo cierto es que el resultado fue delicioso: no quedó ni gota.

Pizza con bacon vegano

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Al no estar pasado previamente por la sartén, el bacon en el horno —y fundido con el queso— queda más suave y blandito, con una textura y un sabor similar a la salchicha. Ideal para darle un toque especial a una pizza para ver una peli un viernes por la noche, o como fue mi caso, hacer una comida para mis amigas.

También probé el bacon de otras dos maneras: haciendo un arroz caldoso con setas y "panceta" —sustituyendo este ingrediente con el bacon de Foodys, lo que le dio un toque realmente original y umami al plato— y probando a hacer un sándwich de toda la vida.

Así lucía el bacon en la sartén: el chisporroteo, el olor y el aspecto final eran tremendamente parecidos al procesado de toda la vida —del que no era una gran fan, por lo que en este caso podría afirmar que me gusta más su alternativa vegana—.

Me rugieron las tripas al oler el bacon chisporroteando.
Me rugieron las tripas al oler el bacon chisporroteando.

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En bocadillo, el claro ganador

Sin duda, mi opción favorita para saborear el bacon fue en formato sándwich. 

Creo que el resultado final del bacon vegetal impreso en 3D es todavía mejor si lo fríes hasta dejarlo bien dorado: su consistencia está realmente lograda y le puede aportar a cualquier bocata o aperitivo una textura crunchy y un sabor cárnico y ahumado que nada tiene que envidiarle al embutido de siempre.

Espóiler: el sándwich no duro en el plato ni un minuto.

Sándwich con bacon vegano

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La buena noticia es que el bacon 100% vegetal producido por impresión 3D será el primero de muchos análogos vegetales desarrollados por Cocuus y Foodys: también han lanzado un foie para chuparse los dedos y han anunciado que replicarán atún, gambas o salmón para satisfacer los paladares de los consumidores. Aquí tienen una seguidora.

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