Según los cardiólogos, las dietas bajas en carbohidratos y ricas en grasas son las peores para un corazón sano, mientras que las dietas flexibles basadas en plantas son las mejores para tu salud cardiovascular.

Una nueva clasificación elaborada por la Asociación Americana del Corazón, basada en el análisis de médicos, dietistas e investigadores en nutrición, pone bajo la lupa varios estilos de alimentación.

El comité examinó las 10 dietas más populares, evaluándolas en función de 9 criterios de una dieta cardiosaludable, como la inclusión de cereales integrales, amplia variedad de verduras, grasas saludables como las que se encuentran en el marisco, el pescado y los frutos secos, y la menor cantidad posible de azúcares añadidos, aceites refinados, sal y alcohol. 

A continuación, las dietas se agruparon en 4 categorías, de mejor a peor puntuación, en clasificaciones publicadas en un artículo científico publicado el 27 de abril en la revista Circulation de la AHA. 

Según Christopher D. Gardner, doctor en Ciencias de la Nutrición, presidente del comité de redacción de la declaración y profesor de Medicina de la Universidad de Stanford, estas clasificaciones pretenden orientar a las personas, incluidos los expertos médicos, a la hora de tomar decisiones alimentarias cardiosaludables, ya que hay información online confusa y a veces contradictoria. 

"En los últimos años, ha proliferado gran cantidad de patrones dietéticos diferentes y populares, y la cantidad de información errónea sobre ellos en las redes sociales ha alcanzado niveles críticos", señala Gardner en un comunicado.

"El público, e incluso muchos profesionales de la salud, pueden estar confundidos acerca de la alimentación saludable para el corazón, y pueden sentir que no tienen el tiempo o la formación para evaluar las diferentes dietas."

Según los médicos, las dietas flexibles y mayoritariamente vegetarianas son las mejores para el corazón

La dieta mejor valorada, con una puntuación perfecta, fue la dieta DASH. Diseñada específicamente para reducir la hipertensión y el riesgo de cardiopatías, la dieta DASH hace hincapié en los cereales integrales, las proteínas magras y los productos agrícolas, al tiempo que reduce la carne roja, la sal y el azúcar. 

La dieta mediterránea, basada en los patrones alimentarios tradicionales de países como Italia y España, y las dietas pescetariana y vegetariana, mayoritariamente vegetales, con algo de pescado, huevos y lácteos, son otras de las dietas mejor valoradas.

Las altas puntuaciones reflejan el hecho de que estas dietas incluyen muchos nutrientes de origen vegetal y una gran variedad de opciones saludables, por lo que es más probable que la gente las siga independientemente de su presupuesto y sus preferencias, afirma Gardner en el comunicado de prensa. 

Las dietas veganas y bajas en grasas pueden ser saludables, pero pueden tener un alto contenido en alimentos procesados

Otros estilos de alimentación basados en plantas, como las dietas veganas y bajas en grasa (o volumétricas), recibieron puntuaciones igualmente altas por incluir muchas verduras y proteínas de origen vegetal.

Sin embargo, las dietas veganas presentan mayores deficiencias de ciertos nutrientes, sobre todo proteínas, aminoácidos y vitaminas del grupo B, y requieren una planificación cuidadosa, señaló el comité. 

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Las dietas veganas y bajas en grasas también corren el riesgo de depender de alimentos muy procesados para ajustarse a esas preferencias dietéticas, que pueden incluir demasiados azúcares, sal o aceites añadidos. 

Por su parte, las dietas muy bajas en grasas ocupan los escalafones más bajos en la lista, ya que también excluyen multitud de alimentos cardiosaludables.

Las dietas keto y paleo pueden carecer de nutrientes clave para la salud del corazón

Las dietas bajas en carbohidratos se situaron en la mitad inferior de la lista: la última posición es para la dieta keto, seguida de la dieta paleo, basada en los hábitos alimentarios de los cazadores-recolectores, previa a la agricultura. 

Estas dietas chocan con las directrices fundamentales de la AHA porque eliminan o restringen drásticamente muchos de los alimentos recomendados, como los cereales integrales, la fruta y las verduras. 

Como resultado, las dietas bajas en carbohidratos a menudo son deficitarias en fibra, un nutriente asociado con innumerables beneficios para la salud, como un menor riesgo de enfermedad, azúcar en sangre saludable y colesterol reducido. 

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Las dietas bajas en carbohidratos y la dieta paleo también tienden a depender en gran medida de los productos animales, y, por lo tanto, incluyen más grasas saturadas y colesterol de lo que la AHA recomienda para una salud óptima del corazón, señaló el comité.  

Según Gardner, aunque las dietas bajas en carbohidratos y paleo pueden reportar beneficios a corto plazo, como pérdida de peso y mejora de la glucemia, con el tiempo pueden resultar ineficaces, en parte porque las personas tienen dificultades para seguirlas. 

"Son muy restrictivas y difíciles de seguir a largo plazo para la mayoría de las personas", indica el comunicado de prensa. "Una dieta que sea eficaz para ayudar a un individuo a mantener los objetivos de pérdida de peso, desde una perspectiva práctica, tiene que ser sostenible".