Qué ocurre si durante una semana comes las mejores comidas para tu cerebro

Llevar un estilo de vida saludable no es tarea fácil. Hacer ejercicio a diario y comer alimentos sanos y de calidad de forma habitual puede convertirse en toda una pesadilla, pues son demasiadas las tentaciones capaces de desviarte de tu objetivo.

Probablemente esto incluso empeore en períodos de estrés, donde la falta de sueño es una de las grandes protagonistas y parece que la única solución que te satisface es tirarte en la cama mientras comes una pizza o una tarrina de helado.

Las dietas también pueden complicar las cosas, pues aunque por regla general te ayuden a adelgazar y estés consiguiendo tus objetivos, pero deberías preguntarte a qué precio.

Da igual que sea una baja en calorías, la cetogénica o la paleo, todas ellas pueden llegar a ser muy pesadas de seguir y tienen muchas restricciones que quizás no se adecúen a tu estilo de vida, por lo que es fácil cansarse de ellas y recaer en la comida basura.

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Pero, ¿y si existiera una dieta cuyo objetivo no fuese bajar de peso, sino mejorar tu función cognitiva, hacer que te sientas mejor? 

La dieta MIND (Intervención Mediterránea para el Retraso Neurodegenerativo) es un híbrido entre la dieta DASH y la mediterránea creada por investigadores del Centro Médico de la Universidad Rush y la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Comenzó como un proyecto para estudiar los patrones de alimentación que reducen el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, descubriendo que los participantes que llevaron a cabo la dieta MIND de forma estricta tenían un 53% menos de riesgo de padecer la enfermedad.

 Ahora se ha convertido en una de las dietas más saludables para el cerebro que consiste en consumir 10 grupos de alimentos que incluyen verduras, frutos secos y pescado y en limitar (no te confundas con prohibir) la mantequilla, el queso, los dulces y las carnes rojas.

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Anisa Purbasari, una periodista freelance que escribe para la sección de Work Life en Fast Company, es una de esas personas que se han lanzado a probar sus efectos.

"Pensé que, dado que la dieta estaba diseñada para optimizar la función cognitiva y prevenir el deterioro cognitivo, seguirla podría beneficiar a mi cerebro y ayudarme a concentrarme más, así que decidí probarla durante una semana", explica Anisa.

Más contención a la hora de picar entre horas, menos apetito durante todo el día, un mejor descanso o una mayor concentración son algunos de los beneficios que dice haber obtenido la joven periodista de 28 años.

Sin embargo, también encontró varios inconvenientes, como la monotonía en las comidas y el encarecimiento de la cesta de la compra, pues muchos de los alimentos recomendados por MIND no son precisamente baratos, como el aceite de oliva virgen extra.

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"Descubrí que comer para mi cerebro es mucho más motivador que comer para mi cuerpo", explica Anisa. "Incluso en la era de la positividad corporal, la salud y el bienestar me resultó extremadamente difícil disociar las dietas de la consecución de un ideal físico, pero de alguna manera, tener una mayor productividad acabó siendo mucho más motivador para mí".

Sin embargo, de momento los expertos no parecen encontrar consenso en cuanto a qué tiene que tener un alimento para que sea saludable, hasta entonces la dieta MIND podría ser una buena opción para mantener tu cerebro en las mejores condiciones.