Shein es conocida por su atractiva y económica propuesta de moda pero su ofensiva comercial ha cambiado y ahora también puedes adquirir electrodomésticos, artículos para mascotas y artilugios de pesca.

El pasado mes, el gigante chino amplió su mercado más allá de la ropa e introdujo productos tan variopintos como un mini ventilador de mano por menos de 2 euros; una lima electrónica para uñas por algo más de 6 euros o un mini frigorífico portátil con capacidad para 6 latas por 36 euros.

Hasta hace poco, Shein se abastecía de sus propios productos a través de su modelo de fabricación bajo demanda, manteniendo un estricto control sobre su catálogo y los plazos de entrega. Esto ha cambiado.

Pero este viraje comercial implica otra estrategia. Para ampliar su oferta, la empresa ha seguido el ejemplo del marketplace de Amazon y ha abierto su mercado a particulares. Este movimiento, sin embargo, puede agudizar un problema que no es nuevo en el seno del gigante chino de la moda: más falsificación e infracción de los derechos de autor.

"En Shein nadie juzgó mi cuerpo": la legión de desencantadas con la moda tradicional que encuentran en la empresa china un salvavidas al que perdonan sus sombras

Porque Shein, a pesar de sus vanos intentos, es conocida por sus imitaciones o productos muy similares a los de otros diseñadores o firmas. Por ello, decenas de marcas como Stussy, Ralph Lauren, Oakley y Dr. Martens ya han demandado a la empresa por vender artículos que infringían la propiedad intelectual.

Cuando los fanáticos de las zapatillas deportivas descubrieron en Shein pares falsos de las aclamadas Nike Air Jordan por menos de 50 dólares (45 euros), la empresa retiró rápidamente los anuncios.

"Los vendedores particulares deben cumplir las políticas de Shein y certificar que sus productos no infringen la propiedad intelectual", declaró la empresa en un comunicado facilitado previamente a Busines Insider. Temu, otra plataforma china de comercio electrónico de rápido crecimiento, también ha encarado el mismo problema. 

Shein no ha respondido a la solicitud de información de Business Insider para este artículo.

Poner freno a estas acciones resulta complicado. Muchos de los paquetes enviados a través de webs de comercio electrónico son pedidos pequeños y de poco valor. Las agencias gubernamentales les resulta complejo controlar cuántos productos falsificados entran en Estados Unidos. 

No obstante, según lo que remite la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, más del 90% de todas las incautaciones de falsificaciones se producen a través del correo internacional y urgente. 

De acuerdo a los datos remitidos por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, los productos falsificados tienen un coste para la economía mundial de 500.000 millones de dólares al año –casi 460 millones de euros–.

Por qué TikTok es el campo de batalla en la guerra creativa entre Zara y Shein: de la normalización de las falsificaciones a la caída de las barreras informativas

De la problemática tampoco se ha librado el gigante Amazon al convertirse en un lugar de fácil acceso para las empresas de falsificaciones. Se cuentan por miles las quejas de clientes que adquirieron productos copiados creyendo que eran originales.

Tal es la magnitud que en 2020 Amazon creó su Unidad de Delitos de Falsificación, que trabaja con las marcas para identificar y eliminar los productos falsificados. Además lleva a cabo investigaciones y envía denuncias penales. 

No es la primera vez que Amazon ha interpuesto demandas civiles. Recientemente, el gigante de Seattle presentó una demanda conjunta alegando que una red delictiva intentó vender en Amazon dispositivos de masaje Therabody falsificados.

El pasado año, la compañía retiró más de 6 millones de artículos falsificados del mercado y denunció a más de 1.300 personas ante las autoridades de Estados Unidos, Reino Unido, Europa y China, según el informe anual de Amazon sobre protección de marcas. 

Con todo, los problemas de Shein podrían ser aún más difíciles de gestionar a medida que crezca y deje en manos de terceros su oferta comercial.