Los sofocos de la menopausia durante el sueño podrían ser un indicador temprano de alzhéimer

Sofocos menopausia

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  • Una nueva investigación apuntan a que los sofocos de la menopausia durante el sueño están asociados con biomarcadores de mayor riesgo de alzhéimer.
  • Además, cuantos más sofocos tiene una mujer, mayor es el peligro de desarrollar la enfermedad neurodegenerativa.
  • Dos tercios de las personas con demencia son mujeres.

Los sofocos son el síntoma más frecuente de la transición a la menopausia: la Clínica Mayo los define como una sensación repentina de calor en la parte superior del cuerpo, especialmente intensa en cuello, pecho y cara y que puede acompañarse de sudoración, rubor, enrojecimiento y también escalofríos posteriores.

Algunas mujeres padecen también los sofocos durante el sueño, los cuales pueden interrumpir el descanso. Además de ser molestos y lastrar la calidad del sueño, un nuevo estudio de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Illinois acaba de averiguar que podrían ser indicadores tempranos de alzhéimer. 

La investigación, que será presentada en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia en Filadelfia y todavía no se ha publicado en una revista revisada por pares, concluye que las mujeres menopáusicas que experimentan sofocos frecuentes durante el sueño pueden tener un riesgo elevado de desarrollar alzhéimer.

 

Además, y tal y como recoge Medical News Today, el informe también señala que cuantos más sofocos padece una mujer, mayor es el riesgo de desarrollar alzhéimer. El estudio añade más peso a la literatura científica que vincula los sofocos durante el sueño con una peor salud cerebral, peor rendimiento en la memoria y alteraciones en la estructura, función y conectividad del cerebro. 

"Ha habido una convergencia de hallazgos que muestran que los sofocos, particularmente cuando se miden objetivamente y ocurren durante el sueño, se asocian con un peor rendimiento de la memoria, así como con mayores marcadores de riesgo de enfermedad de pequeños vasos en el cerebro, lo que se ha relacionado con demencia futura", indica la autora, la doctora Rebecca Thurston.

Las mujeres tienen el doble de riesgo de desarrollar este tipo de deterioro cognitivo respecto a los hombres: dos tercios de las personas con alzhéimer son del sexo femenino. Una de las hipótesis que se barajan con respecto a la enfermedad es la reducción de los niveles de estrógeno.

Las claves de la investigación

Para determinar la relación entre los sofocos y los biomarcadores de alzhéimer, se monitoreó la temperatura de la piel de 250 mujeres con ayuda de sensores portátiles. A continuación, sus se cruzaron con la aparición de biomarcadores que indicaban un riesgo elevado de alzhéimer entre la población del estudio.

Se halló una asociación entre los sofocos y los sudores nocturnos y el aumento de la hiperintensidad de la materia blanca, un biomarcador de la enfermedad de los vasos pequeños en el cerebro que puede provocar enfermedades como la demencia. Todavía no se conocen los mecanismos subyacentes.

Durante la menopausia, muchas mujeres perciben menor agudeza cognitiva y recuerdan peor las palabras. Mientras que antes se pensaba que dormir mal afectaba a la memoria y que los sofocos eran solamente una molestia, hoy es cada vez más elevada la evidencia de que son un marcador de problemas de salud.

Una investigación sobre la salud de las mujeres en Estados Unidos (SWAN) ha asociado más sofocos con efectos negativos sobre los lípidos, la resistencia a la insulina y otros marcadores de enfermedades cardíacas.

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Aunque el estudio no puede establecer una correlación causal y afirmar que los sudores nocturnos causen demencia, añade conocimiento de que la transición a la menopausia afecta a la salud de las mujeres, pudiendo afectar al desarrollo de enfermedades neurológicas y accidentes cerebrovasculares.

También hay evidencias de que abordar los sofocos con una intervención no hormonal puede ayudar a mejorar la cognición, aunque es precisa mucha más investigación. 


Las mujeres con sofocos deberían considerar los hallazgos del estudio como “una llamada de atención para hacer todo lo posible para cuidar su salud”, señala Rebecca Thurston, haciendo especial hincapié en la dieta saludable, el ejercicio regular, una buena higiene del sueño y abordar los factores de riesgo como la hipertensión arterial y la diabetes.

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