"WhatsAppitis", "text neck", "mente zapping": los efectos nocivos en la salud creados por los móviles

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  •  Las nuevas tecnologías han revolucionado la sociedad aportando muchas mejoras, pero al mismo tiempo han creado patologías de las que puede que ni siquiera seas consciente.
  • Desde la obsesión por querer parecerse a los selfies que te tomas con filtros hasta escuchar constantemente el sonido de las alertas, sin que hayan sonado realmente, estos son algunos de los efectos sobre la salud que está provocando el uso masivo de los móviles.

De la mañana a la noche tu teléfono móvil te acompaña a donde vayas. Es lo primero que miras al despertarte y lo último antes de dormir. Lo haces en el trabajo, mientras caminas y cuando vas al baño. Lo más seguro es que estés leyendo este artículo en él.

El uso de este dispositivo ya roza las 5 horas diarias de media, lo que supone un tercio del tiempo que pasa despierto cada usuario, según cifras de 2021. Un hábito que sin embargo no está exento de riesgos para la salud, tanto física como mental.

Es conocido por todo el mundo como la luz azul que desprende puede estar detrás de muchos de los problemas de insomnio. Los menores pierden cerca de una noche de sueño a la semana por consultar sus notificaciones. Lo que además parece hacerles menos satisfechos con la vida.

Tu cabeza pesa unos 4 kilos. Pero a medida que doblas el cuello hacia delante, mirando hacia abajo  este empieza a aumentar. En un ángulo de 15 grados el peso que soporta tu columna es de 12 kilos. A 60 grados, es como si tuvieran 27 kilos colgando. No es de extrañar que en la era del móvil los problemas de cervicales vayan camino de ser "una pandemia". Es lo que se conoce como Text neck

No es el único término médico que ha nacido al abrigo de esta tecnología. A continuación las nuevas enfermedades físicas y mentales que han apareicido por el uso masivo del móvil.

Dismorfia de Snapchat 

iNSTAGRAM FILTROS

Getty

Labios anchos, nariz recta, una mandibula perfilada. Los filtros de las redes sociales han abocado a muchas personas a querer parecerse a lo que ven en sus retocados selfies, dando lugar a los que desde unos años ha empezado a conocerse como "dismorfia de Snapchat o del selfie.

El término fue acuñado por el médico estético Tijion Esho, fundador de las clínicas Esho de Londres y Newcastle, tras darse cuenta de que sus clientes habían dejado de querer imitar los rasgos perfectos de los famosos ahora llevaban fotos de ellos mismos pero retocadas.

El trastorno dismórfico corporal (TDC) alude a aquellas personas preocupadas por defectos percibidos en su apariencia que para el resto son leves o inexistentes. Como define un trabajo de la Universidad de Oxford la preocupación por la fealdad percibida puede llegar desencadenar emociones negativas como depresión, ansiedad, ansiedad social y vergüenza.

Los filtros digitales parecen contribuir a un aumento en las dismorfias corporales, según señaló en 2018 una investigación de la Universidad de Boston. Una "moda alarmante" pues "difuminan la línea de la realidad y la fantasía para esos pacientes", escribieron los  autores.

Text-neck

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La postura que impone el móvil podría hacer que los humanos del futuro tengan una espalda encorvada, un cuello más corto y en el más extremo de los escenarios un segundo párpado y manos como garras.

Más allá de que los humanos del futuro estén o no avocados al modelo de representación corporal estimado por la compañía de telecomunicaciones TollFreeForwarding.com, mirar hacia abajo como  impone esta pantalla está conduciendo a cambios posturales poco aconsejables.

En 2021 un estudio investigó la influencia de diferentes tareas con el móvil en la postura de la columna vertebral y la posición de la pelvis. Detectó que su uso está provocando cambios significativos de los parámetros sagitales y frontales de esta región.

"Tecleamos mientras estamos de pie, caminando por la calle o haciendo otra cosa al mismo tiempo, como sacar dinero del cajero o pagar en el supermercado, por lo que al final adoptamos posturas muy poco naturales", explica el fisioterapeuta Víctor Lledó. Lo que al final genera lesiones.

Los problemas que acarrea esta postura forzada para el cuello tiene nombre propio: text neck y lleva consigo síntomas que incluyen contracturas, dolores de cabeza, sobrecarga en los hombros y en el cuello, calambres que se irradian hacia las manos. También puede hacerse acompañar de irritabilidad,ansiedad o problemas oculares.

Acuñado en 2008 este síndrome es consecuencia de la pérdida de la curva natural de la columna cervical. Al inclinarse la cabeza hacia delante con respecto a los hombros se incrementa el peso que soportan las articulaciones cervicales. 

WhatsAppitis

Móvil con la app de WhatsApp

Getty Images

Una paciente presentaba un dolor bilateral en la muñeca repentino al despertarse una mañana. No tenía antecedentes de traumatismo y no había realizado ninguna actividad física excesiva. Lo que sí había hecho el día anterior fue responder sus mensajes de Navidad. Sujetó el teléfono móvil, que pesaba 130 gramos, durante al menos 6 h. El diagnóstico del dolor bilateral de muñeca no fue otro que WhatsAppitis. 

Este caso de estudio fue presentado en The Lancet en 2014. El término alude a una tendinitis del pulgar por un exceso de uso.

En 2019 un estudio preliminar en el que colaboraron la Universidad de Málaga, la Fondazione Don Carlo Gnocchi (Milán, Italia) y la Gannon University (Pensilvania, EEUU) concluyó que el cambio en la actividad de este dedo por los movimientos repetidos del móvil, sobre todo entre los jóvenes, podría provocar la aparición de patologías y dolor en la base del dedo pulgar que no eran propias en edades tan tempranas.

Los videojuegos, las pantallas táctiles sumado a menos horas de escribir o realizar actividades de destreza con la mano podría asimismo contribuir a ello, según un artículo en The Converation.

Nomofobia

Pareja de hombres usando los móviles

Los móviles se han convertido en una parte omnipresente de la vida moderna que para los españoles perder su teléfono se coloca como el tercer miedo más común, solo por debajo del generado por las alturas y los insectos.

El término nomofobia describe ese temor a quedarse sin teléfono. Esto incluye no sólo perderlo, también olvidarlo, romperlo, quedarse sin batería o sin cobertura. Lo que puede hacer sentir estrés y ansiedad o incluso pánico, según un documento informativo de la Comisión Europea.

Una patología del siglo XXI que hace imposible para la persona apagar el móvil o no consultar sus notificaciones sistemáticamente, lo que se vincula a un uso adictivo del dispositivo.Trastornos como la fobia social, la ansiedad social, y el trastorno de pánico pueden precipitar esos síntomas.

Aunque la nomofobia no es un diagnóstico clínico por el momento, algunos de los síntomas que suelen identificarse como relacionados con este miedo incluyen, comprobar constantemente si se han perdido mensajes, correos electrónicos o llamadas, cargar la batería incluso cuando el teléfono está casi completamente cargado, llevar el teléfono a todas partes o miedo a quedarse sin datos o Wifi.

Síndrome del teléfono fantasma

Mujer enfadada con su móvil.

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¿Tienes la percepción de que el móvil vibra o suena cuando en realidad no es así? Entonces podrías estar sufriendo el síndrome del teléfono fantasma, conocido en inglés como Phantom Phone Vibrations.

Una encuesta de 2012 sobre estudiantes encontró que un 89% de ellos afirmaba experimentarlo aproximadamente una vez cada 2 semanas, por término medio. La cifra fue igual de alta en otra realizada a trabajadores de hospitales, que afirmaron sentir vibraciones fantasma semanal o mensualmente. Por lo que si te pasa no estás solo.

"Hay algo en el cerebro que se activa de forma distinta a como se hacía hace unos pocos años", afirma en NPR Larry Rosen, psicólogo que estudia cómo afecta la tecnología a la mente.

"Si me preguntaras hace 10 años, o quizá incluso hace cinco, si sentía un picor debajo del bolsillo de mis vaqueros, y me preguntaras qué haría, me agacharía y me rascaría", afirma y reconoce que ahora eso le hace coger el teléfono.

La ciencia ha demostrado que las alarmas de apps de tu móvil generan la liberación de dopamina, neurotransmisor que controla el placer, lleva a repetir conductas y puede vincularse a las adicciones.

"Estamos viendo mucho de lo que parece un comportamiento compulsivo, obsesivo. Las personas que cogen constantemente el teléfono parecen tener una obsesión. No parecen muy diferentes de alguien que se lava las manos constantemente. No digo que sea una obsesión, pero sí que podría convertirse en una muy fácilmente", afirma Rosen.

La mente zapping y el efecto Google

La cantidad abrumadora de información y estímulos a los que expone el móvil parece estar teniendo también repercusiones a nivel cognitivo.

"La recepción de información tan desbordante a la que estamos expuestos niños y adultos nos impide empezar a procesar una noticia cuando ya nos llega otra. Eso provoca que la emoción que nos pueda generar ese estímulo se quede colgando. Es como una indigestión de información que nos lleva a un estado constante de alarma, de vigilancia, y nuestro cerebro se activa para defendernos», aclara en ABC Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos Madrid. 

"Cuando esto ocurre, se enciende la ansiedad e inmediatamente se apaga la zona prefrontal izquierda del cerebro, que es la responsable del razonamiento, la planificación y la concentración". Como consecuencia esa falta de concentración creciente que parece derivarse de lo que algunos especialistas comienzan a llamar mente zapping.

El efecto Google hace alusión al mecanismo adaptativo que impide a tu cerebro almacenar "información innecesaria". Lo que puede llevar a que te cueste más recordar datos, números, fechas de cumpleaños, etc. que antes memorizabas sin problemas.

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