El BCE aleja el final de las subidas de tipos tras elevar su previsión de inflación, pero la amenaza de recesión podría pararle los pies

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

REUTERS/Kai Pfaffenbach

  • Los analistas pronostican que los recortes de tipos no llegarán hasta junio de 2024.
  • El empeoramiento de la inflación justifica nuevas subidas de tipos, pero la amenaza de recesión en Europa podría pararle los pies al BCE.

Parecía que el final de las subidas de tipos de interés estaba a la vuelta de la esquina, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a darse de bruces contra la inflación. Y, mientras no logre doblegarla, seguirá tensando el pulso.

Hace un año que el BCE decidió dar un volantazo histórico en su política monetaria subiendo tipos por primera vez en 11 años, para embridar una inflación galopante que sacudía el Viejo Continente, y hace un año que la inflación alcanza cotas históricas en la eurozona, ajena a los latigazos del BCE.

El organismo presidido por Christine Lagarde sorprendió con una primera subida de tipos del 0,5% en julio del año pasado, un movimiento que ponía fin a una era de tipos en negativo. Once meses después, ya van ocho subidas. El BCE anunció ayer la última de ellas, un nuevo alza de tipos del 0,25% que dejará el precio del dinero en el 4%, su nivel más alto desde antes de la crisis de 2008. 

El objetivo es doblegar la inflación y llevarla al objetivo de estabilidad de precios. Hace 2 años que el BCE se marcó como meta mantener la inflación en niveles cercanos al 2%, pero hace 2 años que la inflación sigue por encima de esa meta. 

Y mientras nada logre parar la inflación, nada parará al BCE. Todo apunta a que, con este empeoramiento de previsiones, el fin de las subidas de tipos está un poco más lejos. "Dada la magnitud del problema y los riesgos asociados, pensamos que ahora no es el momento para la complacencia", señalan los analistas de Ebury, para quienes las subidas de junio y julio "son un mínimo para el BCE".

"Las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles lo suficientemente restrictivos para lograr que la inflación vuelva pronto a situarse en el objetivo del 2% a medio plazo y se mantengan en esos niveles el tiempo que sea necesario", aseguró ayer el organismo

Ilustración de inflación o de escalada de precios

Aunque la inflación se frenó en la eurozona al 6,1% en mayo, su nivel más bajo desde el inicio de la guerra, el dato todavía triplica el objetivo del 2%, lo que aumenta la presión sobre el organismo que dirige Christine Lagarde. De hecho, el BCE empeoró ayer sus previsiones de inflación y crecimiento para la eurozona en los próximos dos años.

Ahora, el BCE prevé que la inflación subirá un 5,4% en 2023 (frente al 5,3% que pronosticaba en marzo), un 3% en 2024 (frente a un 2,9%) y 2,2% en 2025 (2,1% antes). En todos los casos, se trata de una décima de más respecto a las anteriores previsiones de marzo, que el organismo achaca a las subidas salariales aprobadas en los países del euro

En cuanto al crecimiento del PIB, los expertos del BCE han empeorado sus previsiones una décima este año y el que viene, cuando esperan que la economía de la zona euro crezca un 0,9% y un 1,5%, respectivamente.

"Seguimos esperando que el BCE lleve el tipo de depósito al 3,75% en la reunión de julio, con riesgos de que se sitúe en el 4% en septiembre. Los recortes deben esperar hasta junio de 2024", explica Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America.

Una de las grandes misiones del BCE pasa por mantener la estabilidad de precios en la zona euro. Para lograrlo, le toca elaborar una estrategia cada cierto tiempo. La última vez fue cuando, en 2021, flexibilizó la meta del 2% (la anterior revisión fue en 2003). La próxima revisión será en 2025.

No cumplir con la meta del 2% pondría en juego su credibilidad como garante de la estabilidad monetaria, y eso es lo que está en duda ahora mismo. Por eso ni siquiera el último terremoto bancario logró alterar los planes del BCE por doblegar la inflación

La fortaleza del mercado laboral europeo, donde se observan tensiones salariales y de márgenes, tampoco ayudan a relajar precios. "La economía de la zona euro parece resistente, la inflación sigue siendo demasiado alta y el mercado laboral excepcionalmente tenso", resume Konstantin Veit, gestor de carteras en Pimco.

El problema es que, alcanzar esa normalización de la inflación en el objetivo del 2% será a costa de un enfriamiento de la economía y del mercado laboral. Mientras la inflación no termina de dar tregua, las economías europeas muestran cada vez más señales de agotamiento, lastradas también por el golpe de las sucesivas subidas de tipos.

La economía europea, de hecho, ya ha entrado en recesión por el frenazo de la economía alemana y, de alguna forma, esto podría hacer que el BCE se piense dos veces sus próximos movimientos. 

"Para el Banco Central Europeo, la revelación de la recesión, junto con la evidencia de que la inflación está bajando, debería llevar a un tono menos duro en la reunión de política monetaria de esta semana. Sin embargo, dado que la inflación sigue siendo elevada, seguimos esperando nuevas subidas de tipos", considera Azad Zangana, economista y estratega para Europa de Schroders.

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