3 razones que explican por qué el BCE mantiene el pulso con fuertes subidas de tipos pese al pánico en los mercados y una pregunta: ¿qué pasará después?

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

REUTERS/Heiko Becker

  • Hay 3 razones que explican por qué el BCE ha optado por mantener el pulso de las subidas de tipos: una inflación subyacente desbocada, un mensaje claro ya enviado y un riesgo bajo de contagio.
  • ¿Puede la crisis bancaria alterar la hoja de ruta del BCE? Embridar la inflación continúa siendo el principal objetivo, pero hacerlo a costa de poner en riesgo el sistema financiero europeo sería un roto para un descosido.

Que no panda el cúnico. Así caía el comunicado enviado ayer por el Banco Central Europeo (BCE), después de que se mantuviera firme en su línea agresiva de subidas de tipos de interés, a pesar del pánico reinante en los mercados.

La presidenta del organismo, Christine Lagarde, no se amedrentó ante las voces de alarma que auguraban el riesgo de colapso del sistema bancario europeo tras la crisis de Credit Suisse y siguió adelante con el plan establecido. Hace un mes prometió una nueva subida de tipos del 0,5% en marzo, y así ha sido. Cabeza fría.

La subida del 0,5% aprobada ayer es la sexta desde que el BCE le declaró la guerra a una inflación descabalgada en la eurozona, y deja el precio del dinero en el 3,5%, el nivel más alto desde 2008. Un mensaje con el que Lagarde deja claro que, mientras nada logre parar la inflación, nada parará al BCE.

Lo cierto es que la decisión no parecía fácil. En las últimas horas antes de la reunión, el consenso de los analistas se había dividido entre quienes apostaban por la subida prometida y los que confiaban en que recularía con una subida del 0,25% para calmar las aguas. 

Hacer lo primero (mantener la subida del 0,5%) podría desestabilizar todavía más los mercados y un sistema bancario tocado no sabemos hasta qué punto. Pero ralentizarla enviaría un mensaje a los mercados de que se viene lo peor. 

Hay 3 razones que explican por qué el BCE ha optado por mantener el pulso: una inflación subyacente desbocada, un mensaje claro ya enviado y un riesgo bajo de contagio:

1. Una inflación descabalgada

"Creemos que hacer la vista gorda ante las presiones inflacionistas subyacentes no es una opción para el BCE, sobre todo porque, en cierta medida, esto puede ser consecuencia de la anterior complacencia del banco y del inicio tardío del proceso de endurecimiento", explican los analistas de la fintech Ebury.

La inflación de la eurozona sorprendió al alza en febrero, al moderarse muy poco, al 8,5%, mientras que la tasa subyacente continuó incendiando las economías del euro, alcanzando un nuevo récord del 5,6%, casi el triple del objetivo del 2% al que quiere llevarla el BCE. 

Los expertos del BCE prevén que la inflación cierre 2023 en el 5,3%, para situarse en el 2,9% en 2024 y el 2,1% en 2025, y avisan de que "las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo fuertes".

"La subida de 50 puntos básicos refleja la determinación del banco central de frenar las persistentes presiones inflacionistas en la eurozona. Aunque la inflación general ha empezado a bajar recientemente, la inflación subyacente sigue siendo persistentemente alta", coincide Eiko Sievert, director de calificaciones soberanas de Scope Ratings.

 2. Dar marcha atrás enviaría un mensaje de pánico y dejaría en evidencia al BCE

Pero hay una segunda razón que puede llevar a Lagarde a mantener el pulso, y es que dar marcha atrás ahora podría enviar un mensaje de pánico a los mercados, además de dejar en entredicho la credibilidad de la institución, que faltaría a su palabra.

"No subir tipos era casi imposible porque les va la reputación en ello", avisaba Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico en Natixis, en una entrevista con Business Insider España.

En su última reunión celebrada a principios de febrero, el BCE subió tipos un 0,5% y envió un mensaje claro: en los meses siguientes continuaría en la línea dura de subidas, preparando a los mercados para lo que iba a ocurrir, y dejando caer que haría lo mismo en marzo (pocas veces ha sido el banco tan explícito en su orientación futura). 

"Si no lo hubieran dicho, a lo mejor se planteaban una subida de 25 puntos básicos", afirma Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA y director de BBVA Research.

"Una subida de 25 puntos básicos podría haber suscitado dudas sobre la credibilidad del BCE, habida cuenta de las recientes orientaciones del banco", coinciden desde Ebury.

Personas en la calle con bolsas de la compra

 3. Bajo riesgo de contagio en la banca

La cuestión es que, por lo pronto, se descarta el riesgo de contagio para el sistema financiero europeo. "En nuestra opinión, estos riesgos son relativamente mínimos", pronostican desde Ebury.

A ello se suma la posición del sistema bancario europeo, que se mantiene sólida a ojos del BCE: "El sector bancario de la zona del euro tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y de liquidez sólidas", dijo ayer, añadiendo que cuenta con todos los instrumentos de política monetaria necesarios para suministrar liquidez si fuera necesario.

Lo que ha ocurrido con el SVB no ha sido un problema de falta de solvencia, sino de falta de liquidez: "no había ningún agujero en el balance del SVB debido a pérdidas crediticias en su cartera de activos, sino solo el impacto mecánico de unos tipos de interés más altos en una cartera de bonos de muy alta calidad", aclara Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer.

En otras palabras: la subida de tipos llevó a muchos clientes del SVB a sacar dinero, pero el banco tenía invertido ese dinero en bonos de largo plazo, y fue esa falta de liquidez haciendo frente a las peticiones de los clientes la que le arrastró a la quiebra.

Pero el pánico es incontrolable, y "las retiradas de depósitos pueden generar problemas en el sistema aunque sea solvente", matiza Sicilia. 

Ese es un riesgo al que sí se enfrentan ahora los bancos, y es precisamente la amenaza que pesaba sobre Credit Suisse, antes de que el Banco Nacional Suizo asegurara que ayudará a la entidad con una inyección de hasta 50.000 millones de francos (unos 50.750 millones de euros).

"Haciéndose eco de la declaración del Banco Nacional de Suiza sobre Credit Suisse, el BCE también tranquilizó sobre la resistencia del sector bancario de la eurozona y sobre su disposición a actuar como prestamista de última instancia "en caso necesario"', confirma Sievert.

Supermercado vacío por el confinamiento

 ¿Qué pasará a partir de ahora?

Después de la quiebra de 3 bancos en Estados Unidos y la crisis de uno europeo, es difícil hacer como si nada hubiera pasado. Recular después de haber sido tan explícito con sus próximos pasos podría sumir a los mercados en la incertidumbre. Pero hacer oídos sordos a posibles desequilibrios financieros sería pegarse un tiro en el pie.

La gran pregunta, ahora, es ¿hasta qué punto lo sucedido en los últimos días puede alterar la hoja de ruta de la política monetaria? Embridar la inflación continúa siendo el principal objetivo del BCE, pero hacerlo a costa de poner en riesgo la estabilidad bancaria europea sería un roto para un descosido.

"Las turbulencias en los mercados financieros que estamos presenciando a partir del colapso del SVB podrían llevar a una mayor prudencia por parte de los bancos centrales, empezando por EEUU, con incrementos de tipos más reducidos o una pausa de tipos que podría trasladarse en cierta medida a Europa", apunta Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas.

Algunos analistas opinan que podría tratarse de la última gran subida del organismo: 

"Es probable que el alza de tipos de hoy del BCE sea su última gran subida, ya que prevén una inflación mucho más baja y también estarán pensando en cómo las actuales preocupaciones del sector financiero ralentizarán aún más la economía y la inflación", afirma Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.

Para Sicilia, lo normal "es que dejen de prometer nuevas subidas y, en su lugar, analizar los datos conforme vayan saliendo". Eso es, precisamente, lo que deslizó ayer Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión: "No es posible en este momento determinar en este punto cuál será la senda", subrayó ayer al ser cuestionada sobre las posibles subidas de los tipos en las próximas reuniones.

Pero si las entidades europeas tienen problemas de liquidez, el sistema bancario europeo puede encontrarse con un auténtico problema. "El BCE puede decir misa con las subidas. Ahora lo que está en riesgo es el sector bancario europeo", avisa García-Herrero.

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