Qué supone la comparecencia de Zuckerberg y otros CEO de grandes tecnológicas ante los reguladores estadounidenses

Katie Notopoulos
| Traducido por: 
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, se dirige directamente a las víctimas de acoso en redes durante una audiencia de la Comisión Judicial del Senado estadounidense.
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, se dirige directamente a las víctimas de acoso en redes durante una audiencia de la Comisión Judicial del Senado estadounidense.

Brendan Smialowski/Getty

  • Los consejeros delegados de Discord, Meta (Facebook, Instagram, Threads, WhatsApp), Snap (Snapchat), TikTok y X (Twitter) han testificado ante el Senado de Estados Unidos acerca del daño que ejercen sus plataformas a los menores.
  • Algunos de ellos, como Mark Zuckerberg, se han visto varias veces en esta misma tesitura, pero no ha servido para que se produzcan grandes cambios. 
  • Esta vez, existe una legislación real en marcha y un impulso político lo suficientemente amplio como para hacer cambios reales.

El senador estadounidense del partido republicano Josh Hawley ha adoptado algunas posturas extremas, fuera incluso de las corrientes conservadoras de su partido, convirtiéndose en una figura controvertida en el Senado de Estados Unidos. 

Aun así, sus críticas constantes a algunos de los problemas reales que representan las grandes empresas tecnológicas recuerdan a veces a aquel famoso titular de Clickhole: "Desgarrador: la peor persona que conoces acaba de hacer una magnífica reflexión".

Este miércoles, durante una audiencia en el Senado estadounidense sobre abuso infantil en redes sociales, Hawley ha vuelto a protagonizar uno de esos momentos: ha presionado al CEO de Meta, Mark Zuckerberg, para que se ponga de pie y se gire hacia la sala llena de padres sosteniendo fotos de sus hijos adolescentes que han muerto por suicidio o han sufrido otros daños tras ser acosados en internet y le ha obligado a disculparse.

Ha sido un momento un poco melodramático, sin duda, pero también realmente impactante.

Por qué esta vez podría ser diferente

Ya ha habido varias audiencias de este tipo en el Congreso de EEUU, en las que estos CEO se quitan la sudadera con capucha y se ponen el traje y la corbata para sentarse delante de los dirigentes políticos, que aprovechan la oportunidad para hacer un gran espectáculo tratando de despellejar vivos a los CEO por cualquiera que sea el escándalo del momento: los archivos de Twitter, la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses o el supuesto sesgo anticonservador de las redes.

En cambio, los reguladores de Estados Unidos rara vez asestan golpes de verdad contra estas compañías. 

A menudo estas audiencias acaban siendo un despropósito, en el que los legisladores se avergüenzan a sí mismos acerca de lo poco que saben sobre la tecnología, como aquella vez en la que un congresista le preguntó a Sundar Pichai por qué había aparecido en su iPhone un artículo poco halagador sobre él, a lo que el CEO de Google le respondió: "Congresista, el iPhone está hecho por una empresa diferente".

El mejor ejemplo lo dio el propio Zuckerberg en 2018, cuando estaba siendo interrogado sobre las prácticas de recopilación de datos de Facebook. Orrin Hatch, senador de Utah que entonces tenía 84 años, le preguntó al cofundador de Facebook cómo podía la red social ser gratis para los usuarios. Zuckerberg parpadeó y respondió: "Senador, nosotros ponemos anuncios".

Esta vez, las cosas eran diferentes.

La creciente presión en torno al abuso infantil y los perjuicios para el bienestar de los adolescentes viene de lejos, salpicada por el bombazo que supuso la publicación del Wall Street Journal de que Meta había ignorado deliberadamente sus investigaciones internas sobre los efectos de Instagram en las adolescentes.

Mark Zuckerberg, CEO of Meta, speaks directly to victims and their family members during a Senate Judiciary Committee hearing.

En 2023, 33 de los 50 estados de EEUU se unieron para demandar a Meta acusando a sus redes sociales de tener efectos perjudiciales para los adolescentes. Algunos territorios, como Florida, están trabajando para aprobar leyes que restrinjan el acceso de los adolescentes a estas plataformas.

Las historias de sextorsión —jóvenes a los que se les engaña para que compartan imágenes explícitas de sí mismos y luego se les extorsiona para obtener dinero, a menudo llevadas a cabo por actores extranjeros— no han dejado de ser noticia recientemente. Prueba de ello es que los padres de algunos menores que han sido víctimas de esta práctica abarrotaron la audiencia de este miércoles.

La Ley de Seguridad Infantil en Internet en Estados Unidos cuenta con el apoyo de demócratas y republicanos

Existe un impulso real en Estados Unidos para intentar aprobar una legislación sobre esta cuestión o para crear —por fin— un organismo federal de regulación específico para las redes sociales. Y, a diferencia de otras audiencias con directivos de tecnológicas que han derivado en discusiones sobre la parcialidad política de la moderación de contenidos, este es un tema ampliamente bipartidista: todo el mundo quiere acabar con el abuso infantil.

El problema es que la posible legislación que se está debatiendo en EEUU no es precisamente perfecta. La propuesta de Ley de Seguridad Infantil en Internet —KOSA, por sus siglas en inglés— daría a los padres más control sobre las cuentas de sus hijos y exigiría a las plataformas una configuración de privacidad más estricta para los adolescentes. 

Esto suena muy bien, pero también obligaría a las redes sociales a impedir que los adolescentes accedan a contenidos considerados perjudiciales para ellos.

Rubén Pérez Correa, secretario de Estado de Juventud e Infancia.

Organizaciones como la ACLU y la Electronic Frontier Foundation (EFF) se oponen porque dicen que la KOSA podría ir demasiado lejos

Por ejemplo, podría interpretarse que obliga a las plataformas a impedir que los niños vean contenidos sobre cuestiones trans o incluso que hablen de racismo. La EFF señala que la senadora republicana por Tennessee Marsha Blackburn, una de las coautoras del proyecto de ley, ha asegurado en alguna ocasión que la teoría crítica de la raza es perjudicial para los niños.

En la audiencia del miércoles también se escuchó con insistencia el deseo de desmantelar o reformar la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones estadounidense.

Esta norma protege a las plataformas de internet de tener que responsabilizarse por los contenidos que se publican en ellas. La Sección 230 es polémica y se ha convertido en el foco de atención para algunos reguladores conservadores, que creen que permite a las grandes tecnológicas esconderse de las críticas por no ser justas con todas las partes.

Sin embargo, y a diferencia de críticas anteriores a la ley, las menciones de este miércoles a su derogación han apelado sobre todo a la fibra sensible: deshacerse de ella podría permitir a los huérfilos demandar a las compañías tecnológicas para obtener una indemnización por la muerte de sus hijos adolescentes o para compensar a los niños que han sido víctimas de abuso en redes.

No obstante, la seguridad de los niños en internet es un tema complicado

La explotación y el daño a los niños no es algo fácil de resolver. Está claro que estas grandes plataformas tecnológicas no lo han conseguido, a veces motivadas por un montón de factores internos, entre ellos el beneficio económico.

Si existiese una solución maravillosa para acabar con el abuso infantil, es probable que estas empresas ya la hubiesen utilizado. Nadie sabe si los planes de los legisladores para regular y solucionar este problema van a funcionar.

Pero parece que ahora hay suficiente movimiento como para que algo suceda.

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