China está dando a empresas como Apple y Tesla una dolorosa lección de negocios

Hasan Chowdhury,Lina Batarags
| Traducido por: 
Apple in China

HECTOR RETAMAL

  • No es un buen momento para ser CEO de una empresa tecnológica que tiene operaciones en China.
  • Las empresas tecnológicas occidentales se están viendo presionadas por la segunda mayor economía del mundo.
  • El aumento de la fuerte competencia local y la creciente presión de Pekín están suponiendo un reto mayúsculo.

Hubo un tiempo en el que los CEO occidentales veían a China como una tierra de oportunidades. Puede que ese tiempo haya quedado atrás.

Tras años de crecimiento ascendente, algunas de las empresas tecnológicas occidentales más poderosas han empezado a caer en picado en la segunda mayor economía del mundo ante la nueva realidad que supone hacer negocios allí.

Pekín ha respaldado un nacionalismo a ultranza. A su vez, el sentimiento hacia las empresas occidentales se ha agriado. Sobre todo porque las empresas nacionales se han convertido en alternativas viables. Y todo ello ha creado una peligrosa carrera a la baja para ganarse a los consumidores.

Xi Jinping

No es de extrañar que las empresas estadounidenses que en su día apostaron por el "siglo chino" tengan que aprender una lección muy dolorosa sobre cómo hacer negocios en China.

La batalla por la supremacía tecnológica

Basta con mirar al sector tecnológico para darse cuenta de lo mal que lo están pasando las empresas occidentales en China.

Apple ha tenido problemas para llevar los nuevos iPhones a los bolsillos de los consumidores chinos. Los datos de Counterpoint Research muestran que las ventas se desplomaron un 24% en las seis primeras semanas del año.

Apple anunció el iPhone 15 en su evento "Wonderlust" en septiembre.
Apple anunció el iPhone 15 en su evento "Wonderlust" en septiembre.Getty Images

Tesla, por su parte, ha sufrido un enorme desplome en los envíos desde su gigafábrica de Shanghái el mes pasado, con 60.365 vehículos enviados, según informa Bloomberg. Esta cifra es un 16% inferior a la de enero y un 19% inferior a la del mismo mes del año pasado, según datos de la Asociación de Turismos de China.

Puede que esto no provoque un pánico inmediato.

Las ventas netas de Apple en China podrían haber bajado un 13% en los últimos tres meses de 2023 respecto a hace un año, pero a pesar de ello han generado unos ingresos de 20.800 millones de dólares. Y Tesla tampoco ha sido la única empresa de vehículos eléctricos que se ha visto atrapada en una ralentización de las ventas.

Así que es evidente que existen señales de un declive significativo para, al menos, dos de las empresas más grandes de Estados Unidos en China. ¿Qué está pasando entonces?

La ansiedad del iPhone

En el caso de Apple, suceden varias cosas. Gene Munster, socio director de Deepwater Asset Management, explica BI que el declive tiene algo que ver con que "los productos estadounidenses caen en desgracia en China".

Ese ha sido ciertamente el caso. El año pasado, el Gobierno chino prohibió el uso de iPhones a los funcionarios, haciendo menos atractivo tener uno. Los inversores respondieron y cayó 200.000 millones de dólares el valor de Apple.

Esa prohibición coincidió con el lanzamiento del Mate 60 Pro de Huawei, un teléfono inteligente 5G fabricado localmente que muchos vieron como un dispositivo innovador que rivalizaba con las capacidades del iPhone, a pesar de las prohibiciones de exportación que impedían el uso de componentes estadounidenses líderes en la industria.

El Huawei Mate 60 rivaliza con el último iPhone.
El Huawei Mate 60 rivaliza con el último iPhone.Wang Gang/Getty Images

Según la investigación de Counterpoint, las ventas de unidades de teléfonos Huawei han subido un 64% en el mismo periodo en que las ventas de unidades de iPhone han caído casi una cuarta parte. "Tanto Estados Unidos como China se están volviendo más aislacionistas. Eso favorece a las marcas nacionales. Con la IA es probable que esa dinámica se intensifique", afirma Muster.

En el caso de Tesla, la ralentización del mercado de los vehículos eléctricos, que ya se hizo patente el año pasado, se habrá dejado sentir especialmente en febrero, debido a la ralentización general de las ventas durante las festividades del Año Nuevo Lunar.

En términos más generales, sin embargo, la caída de ambos es un signo de que la batalla de China con Estados Unidos por la supremacía tecnológica se está volviendo más seria.

Durante años, las empresas chinas adoptaron una estrategia de imitación en su intento de construir desde cero la electrónica de consumo, los vehículos eléctricos y otras industrias. Eso significaba intentar replicar lo que hacían sus homólogos occidentales, a menudo con un nivel inferior.

Ahora ya no es así. Como demuestra el Mate 60 Pro de Huawei, los consumidores chinos tienen ahora un teléfono de fabricación propia que ofrece una experiencia similar a la del iPhone.

Mientras tanto, los fabricantes locales de vehículos eléctricos, como BYD, disfrutan de un auge, ya que consiguen ganarse a los consumidores con vehículos mucho más baratos que los de Tesla.

En enero, BYD registró un aumento de las ventas del 43%, pero perdió el liderazgo del mercado en favor de Volkswagen, según CarNewsChina. También ha recortado los precios de sus modelos más vendidos, una media del 17%, informa Reuters.

La empresa china de vehículos eléctricos BYD, que fabrica el Atto 3, es uno de los mayores rivales de Tesla.
La empresa china de vehículos eléctricos BYD, que fabrica el Atto 3, es uno de los mayores rivales de Tesla.John Keeble/Getty Images

Se espera que esta batalla por la supremacía reciba también un gran impulso desde Pekín.

Cuando el primer ministro Li Qiang estableció el objetivo de crecimiento anual del 5% para China al comienzo de la Asamblea Popular Nacional de este mes, quedó claro lo vital que sería la tecnología para impulsarlo.

Esto significa que Pekín debe desempeñar un papel más activo para catalizar el crecimiento de su sector tecnológico nacional y presionar a las entidades extranjeras que se interpongan en su camino.

Según The Wall Street Journal, se está intensificando una norma conocida como Documento 79 para expulsar a las empresas occidentales. En él se pediría a las empresas de titularidad pública de diversos sectores, como las finanzas y la energía, que "sustituyan el software extranjero en sus sistemas informáticos para 2027".

Habrá que seguir de cerca la respuesta de las empresas occidentales, ya que China sigue siendo demasiado valiosa como para perderla de vista. Eso quedó claro cuando Suzanne Clark, directora de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, viajó a Pekín a finales de febrero para ayudar a normalizar los lazos comerciales.

Sin embargo, lo "normal" va a ser algo diferente a partir de ahora.

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