Luces y sombras de LinkedIn, según emprendedores e inversores españoles

LinkedIn

Reuters

  • LinkedIn cumple 20 años habiéndose integrado en la vida cotidiana de empleados y empresas.
  • Los emprendedores hacen balance de estas dos décadas y subrayan luces y sombras de una red social poco menos que imprescindible en el mundo laboral.

La primera pista que reciben los consumidores de que una empresa ha roto el mercado la suele dar el lenguaje. Uno puede empezar a estar seguro de que está ante algo grande cuando la gente no toma un refresco, sino una cocacola; no se limpia con un pañuelo, sino con un clínex, y definitivamente nadie envuelve nada con papel de plata, sino papel albal.

Un poco más recientemente, en España supimos por ejemplo que Tuenti de verdad se había convertido en una alternativa a Facebook entre los adolescentes de la primera década de los años 2000 cuando se popularizó la expresión "foto-tuenti".

De forma más o menos análoga, en las reuniones entre emprendedores las tarjetas de visitas, los correos electrónicos y los números de teléfono han pasado a mejor vida. Cuando alguien quiere quedarse con el contacto de una persona, se impone una sola pregunta: ¿cuál es tu LinkedIn?

Porque, a estas alturas, carecer en el ámbito laboral de cuenta en esta red social equivale casi a decir que no se cuenta con teléfono móvil o que no se sabe manejar un ordenador: supone gritar que no se vive en este siglo o en este planeta.

Tras ver la luz hace exactamente 20 años, LinkedIn, para bien o para mal, ha cambiado la vida de todos.

Mejorar tu perfil de LinkedIn ayudará a los reclutadores a encontrarte más fácilmente.

Lo sabe bien Pablo Fernández, nadador con varios récords mundiales a sus espaldas, cofundador de startups como Clikalia o Clicars y emprendedor que hoy anda sacando adelante otro proyecto empresarial más: Clidrive. Él conoció LinkedIn hace más o menos 15 años, cuando estaba arrancando sus primeros proyectos empresariales en EEUU. 

Hoy sus proyectos aprovechan la tracción que le dan sus 40.000 seguidores en LinkedIn: "Bien gestionada, es la mejor plataforma para atraer talento. Permite saber si la persona a la que escribes está conectada, por ejemplo. Yo la uso mucho para unir puntos, para saber quién conoce a quién en cada empresa".

Para Fernández, el tiempo que pasa en la plataforma es, desde luego, tiempo bien invertido, y eso que responde cada día un centenar de mensajes que le llegan a través de la plataforma: "Cuesta crear comunidad, pero merece la pena. La gente no le saca todo el potencial. Si le das cariño, puede suponer un gran salto en una carrera profesional". 

"LinkedIn se ha convertido en una herramienta imprescindible en muchos sectores, entre ellos el del emprendimiento y la inversión. El gran logro de la plataforma ha sido dinamizar mucho el mercado laboral y el de las conexiones profesionales, aportando una transparencia y liquidez que no existía anteriormente y que tiene un impacto real en la economía", ahonda José del Barrio, fundador y socio de Samaipata tras triunfar en su día con La Nevera Roja. Hoy acumula casi 10.000 seguidores en LinkedIn.

Carlos Gómez, cofundador y CEO de Vivla, es otro absoluto convencido. Tiene casi 7.000 seguidores.

"La irrupción de LinkedIn en los últimos años como emprendedor ha supuesto para mí una nueva forma de entender el marketing, las ventas, el talento y el storytelling. Además, es una excelente herramienta para crear presencia online. Podría decir que es la única red social que utilizo de forma efectiva, por lo que solo veo ventajas".

Ángel Sáenz de Cenzano, CEO de LinkedIn España y Portugal, subraya para Business Insider España los puntos positivos de LinkedIn en el ámbito del emprendimiento.

"Yo creo que sin duda ha mejorado el debate. Ha propiciado es una exposición positiva de las empresas. Yo creo que ahora mismo todos los profesionales y las personas tenemos acceso, no solo a saber lo que cuentan las empresas, sino a saber cómo lo cuentan, cómo lo viven, qué cuentan sus ejecutivos", explica.

Icono de la app de LinkedIn junto al de otras redes sociales.

"Ha humanizado la comunicación de las empresas y el conocimiento de las mismas. Hace muchos años no nos planteábamos saber lo que tenía en la cabeza el presidente o el CEO de las mayores compañías del país y ahora ocurre. Entonces, en ese sentido, tienes una democratización de la visibilidad y el conocimiento de esas empresas".

Tanto es así que, para Benoit Menardo, cofundador de Payflow con más de 16.000 seguidores, las identidades entre emprendedor y empresa en LinkedIn llegan a confundirse.

"En mi caso personal, junto a Payflow, LinkedIn nos da marca, visibilidad y clientes, además de ser una excelente plataforma de comunicación en la que compartir (casi) todo no solo como Benoit y Payflow, sino como un conjunto que se mezcla y se alimenta mutuamente".

Hugo Arévalo, cofundador y presidente ejecutivo de ThePower Business School, lo resume todavía más: "LinkedIn ha supuesto una revolución en los últimos años. Hay mucha más información profesional en cualquier ámbito gracias a la plataforma".

Discusiones, discursos vacíos, medias verdades y las otras caras de LinkedIn

Pero no todo son flores para la red social. LinkedIn ha sido acusada con frecuencia, en primer lugar, de fomentar una imagen de sus usuarios que tiene poco de espontánea y auténtica. Al fin y al cabo, nadie olvida que la red es un currículum virtual: no se trata de decir quién es cada uno, sino de proyectar quién se quiere llegar a ser.

En segundo lugar, al igual que en otras redes sociales como Twitter, no es infrecuente toparse en mitad de todo tipo de perfiles con discusiones que rara vez conducen a alguna parte. 

"Una de las primeras cosas que vi es que hay ciertos debates que es mejor no tener. Si publico un post sobre lo mala que es la contaminación y alguien me responde que he fundado empresas relacionadas con los coches, es difícil que esa conversación termine siendo productiva", aconseja Fernández.

Hace unos años, Jaume Barris, especialista en marketing tecnológico de Wolters Kluwer, aprovechó una entrada en su blog para criticar algunas dinámicas que ya estaban dañando la plataforma. Bajo el elocuente título de El lado oscuro de Linkedin (Críticas Crónicas XIX), Barris puso palabras a lo que muchos ya andaban barruntando.

Criticó, entre otras muchas cosas, la vacuidad de ciertas opiniones: "No voy a extenderme, por manido, con todos aquellos que sí publican regularmente, pero no van más allá de reproducir o remedar frases célebres y originales de concienciación o de autoayuda. A mí personalmente ni me sirven, ni me divierten, ni me conciencian más de lo que estoy y ni me ayudan. Está claro que para ser un buen profesional primero tienes que ser una buena persona. Pero, por favor, no intentes demostrármelo a cada momento. Al final todo se devalúa, no por uso sino por abuso".

Y fue más allá. Metió el dedo en la llaga, por ejemplo, en un problema que no ha hecho sino crecer con los años. Barris los llamó los "comerciales old school" de LinkedIn. 

"Los aceptas y en menos de 5 minutos tienes un mensaje ofreciéndote sus productos o servicios y casi exigiendo tener una visita comercial o que les proporciones información de a quién tienen que dirigirse", empezó explicando.

"¿A cuántos de nosotros no nos está pasando esto? A veces tengo la sensación que mi red de contactos se está convirtiendo más en una red de probables proveedores que de profesionales intercambiando información y experiencias. Me recuerda como cuando llego a casa, suena el teléfono y es un teleoperador ofreciéndome cambiar de compañía de Internet".

 

Coincide con parte de esta visión Aitor Chinchetru, un emprendedor con más de 2.500 seguidores que ha sido fundador y co-CEO de Fintonic y hoy es fundador de Gamma Tech School. Sus primeras experiencias en LinkedIn, comenta, se remontan a 2005, cuando la plataforma apenas contaba con unos escuetos 4 millones de usuarios: hoy presume de haber tejido una red infinita de 900 millones de personas registradas.

Chinchetru resume LinkedIn en 8 facetas: territorio de caza, acelerador de rotación, sustituto de tarjetas de visita, marca personal, altavoz global, herramienta comercial, algoritmo y fuente de inspiración.

Sobre la identidad y la marca personal, por ejemplo, lo tiene claro: "Hoy cada uno es lo que su perfil de LinkedIn dice que es. Al menos, siempre que alguien se lo crea".

La definición tiene que ver con el que es a ojos de los expertos otro de los problemas de la plataforma: el modo en que fomenta que se inflen los cargos, las responsabilidades y los méritos. Convertida muchas veces en una competición infantil sobre quién tiene más medallas, la experiencia de cada uno termina perdiendo valor a fuerza de dejar de ser verdad.

"También son conocidos como 'los robabombillas'. Generalmente están muy relacionados con los del postureo e incluso se confunden, aunque aquí hay de todo, creyentes y no creyentes, practicantes y menos practicantes. Me refiero a todos aquellos que cuando lees su curriculum profesional lo primero que piensas es que tú necesitas tres vidas para conseguir los logros que ellos ostentan", se quejaba también Barris.

Sobre la dimensión comercial de LinkedIn, Chichetru coincide también con el análisis que hacía el experto hace 5 años.

"Desgraciadamente, en los últimos tiempos muchas personas han decidido usar LinkedIn como su herramienta comercial. Durante algunas épocas, he llegado a recibir varios mensajes diarios con propuestas comerciales, provenientes de personas o empresas con las que no tengo ningún contacto".

El veredicto del emprendedor es claro: es una práctica a desterrar.

"Personalmente, creo que es una gran pérdida de tiempo. Roza el spam. Salvo muy raras excepciones, nunca contesto a estas propuestas. Entiendo que a los emisores de estos mensajes les da igual, porque siguen machaconamente insistiendo. Su juego se basa en contactar a miles de posibles clientes, aunque los porcentajes de respuesta sean ínfimos".

Pero no todo son malas noticias. Chinchetru subraya también el valor de LinkedIn como inspiración, una facultad de esta red social que no siempre ha sido convenientemente ponderada.

"Una de las mayores virtudes de LinkedIn es su capacidad de difundir contenido profesional de calidad, en muchas ocasiones generado por líderes de opinión. Son mensajes concretos sobre temas como el liderazgo que son fuente habitual de inspiración para directivos y emprendedores". 

Para Pablo Fernández se trata de una manera muy interesante de usar la plataforma: "Si vas a publicar algo, procura que no sea siempre sobre ti y tu empresa. Intenta ser útil a la gente", aconseja.

 

¿Y qué hay de ellas?

"La irrupción de LinkedIn en los últimos años para mí ha sido muy importante como emprendedora, ya que esta plataforma ofrece una serie de oportunidades y herramientas que me ayudan a establecer y hacer crecer mi negocio, una de las más importantes es el networking", explica Soraya Cadalso, cofundadora del metaverso español Uttopion.

"Otro de los puntos fuertes que me aporta LinkedIn es la posibilidad de potenciar el branding personal y construir así una reputación sólida en tu sector", subraya la especialista tecnológica, que tiene claro que LinkedIn ha de ser poco menos que una obligación semanal para todo aquel que quiera darse a conocer.

No obstante, ¿lo tienen hombres y mujeres igual de fácil a la hora de darse a conocer?

Cadalso lo tiene claro: no, aunque tampoco hay igualdad en otras plataformas.

"Lamentablemente, existe una brecha de género que va más allá de LinkedIn. Las mujeres a menudo enfrentan desafíos adicionales para prosperar y ser escuchadas. Estos desafíos pueden incluir actitudes más agresivas por parte de otros usuarios y una mayor probabilidad de recibir comentarios negativos o acoso en línea", detalla Cadalso.

Ante esto, aconseja, en primer lugar, aprender habilidades de comunicación efectiva para poder expresar ideas de manera clara y persuasiva. También establecer límites claros en cuanto a lo que es y no es aceptable en los intercambios en diferentes plataformas. Esto incluye, por supuesto, perder el miedo de bloquear o denunciar a quienes cruzan ciertas líneas.

Por último, no es mala idea buscar aliados que ayuden a defender ciertas ideas y mantener los debates en términos adecuados.

"En general, es importante recordar que plataformas como LinkedIn pueden ser difíciles para todos los usuarios, independientemente del género, y que se necesitan esfuerzos continuos para crear comunidades seguras y respetuosas", resume Cadalso.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.