La inflación se mantiene en octubre, pero la tasa subyacente da un frenazo: sube un 5,2%, seis décimas menos que en septiembre

Gasolinera de Repsol
  • La inflación no termina de despegarse de la economía por el encarecimiento de la energía, pero en octubre da un respiro.
  • La buena noticia es que la inflación subyacente se frena desde el 5,8% de septiembre hasta el 5,2%, pero sigue muy por encima de la tasa general.

La inflación no termina de despegarse de la economía, pero en octubre da un respiro. Los precios volvieron a subir en octubre, aunque se mantienen respecto a septiembre, empujados por el encarecimiento del precio de la energía. 

La cesta de la compra subió un 3,5% de precio en octubre, según el último avance del Índice de Precios al Consumo (IPC), publicado hoy por el INE. Con este dato, la inflación se mantiene respecto a septiembre, cuando los precios ya repuntaron un 3,5%, el dato más alto desde abril, por el encarecimiento de los combustibles y la electricidad.

La buena noticia es el frenazo de la inflación subyacente. Si en septiembre subió un 5,8%, ahora lo hace un 5,2%, seis décimas menos. Esta tasa, que no tiene en cuenta los precios energéticos y de los alimentos, es un termómetro que sirve para medir el riesgo de que la inflación se incruste en la economía.

"En este comportamiento destaca la influencia al alza de los precios de la electricidad, que bajan menos que en octubre de 2022", explica Estadística. 

No es para menos, en verano de 2022 todavía regían algunas de las medidas aprobadas por el Gobierno para aliviar el impacto de la inflación en el bolsillo, como el descuento de 20 céntimos por litro de combustible. Ahora que ya no está en vigor, se nota la diferencia.

El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha subrayado que la inflación general se mantuvo estable en el 3,5% en octubre "por el mejor comportamiento de los alimentos y la bajada de los carburantes", que compensaron el efecto base derivado de la fuerte bajada de la electricidad en octubre de 2022.

"España se consolida una de las principales economías de la zona euro con una menor inflación y mayor crecimiento de toda la zona euro. Las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno están favoreciendo la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios", añaden desde Economía.

Pero no todo son malas noticias. La inflación subyacente empieza a dar tregua en octubre. Subió un 5,2%, seis décimas menos que en septiembre, cuando se situaba en el 5,8%.

La inflación subyacente mide cuánto se han encarecido de media los productos sin tener en cuenta la energía y los alimentos no elaborados, es decir, es el equivalente de sacar ambos elementos de la cesta de la compra para calcular cuánto más cuesta consumir cada mes.

Aunque los alimentos ya no dan la lata como antes, hay algunos productos que siguen inflamando la cesta de la compra. Es el caso del aceite de oliva, cuyo precio subió un 67% en septiembre, hace un mes, el azúcar (40,5%) o el arroz (18,5%).

Junio fue el primer mes en que la inflación daba un respiro. Los precios subieron un 1,9%, el mejor dato desde marzo de 2021. Hacía más de 2 años que no estaba en niveles tan bajos. 

Pero no solo eso. El dato de junio sitúa a España como una rara avis en Europa, la primera economía en alcanzar el objetivo de estabilidad monetaria del Banco Central Europeo (BCE), fijado en el 2%. Mientras en los países del euro los precios superaban el 6%, llegando al 6,4% de Alemania, en España la inflación está 3 veces por debajo.

Ilustración economía euro

Pero los economistas ya habían avisado: la inflación volvería a subir. Y lo hizo en julio, un mes después. Los precios crecieron un 2,3% en julio, con lo que volvía a superarse la cifra mágica del 2%. 

Según el INE, el repunte de precios de julio se debió al encarecimiento de la gasolina, pero también a los paquetes turísticos, cuyo precio se disparó, dejando 2023 como el verano más caro de la historia en España.

Hace un año que la invasión de Ucrania por parte de Rusia dinamitó los precios, llevando la inflación al 9,8% en marzo de 2022, la mayor subida desde 1985.

Que la inflación volviera a tocar techo en los últimos meses también era de esperar por un mero efecto estadístico. Marzo del año pasado fue el primer mes en que empezó a notarse el impacto de la guerra en Ucrania sobre precios, y la inflación se disparó ese mes.

Eso es básicamente lo que arguyen desde el Ministerio de Economía, que señalan que estos datos "reflejan el efecto base de los precios de la electricidad y, en menor medida, en los carburantes".

A partir de entonces, el IPC registrado es el resultado de una comparativa respecto a los precios del año pasado, en máximos en mucho tiempo, por lo que es normal que parezca que la inflación toca techo. Es el denominado efecto escalón.

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