¿La última y nos vamos? El BCE se da un tiempo en verano para decidir si 'subida' o 'pausa' en septiembre

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

REUTERS/Wolfgang Rattay

  • En su reunión de ayer, el BCE se marcó un la última y nos vamos: subió de nuevo los tipos, y se ha dado el verano para decidir qué hará en septiembre.
  • Ahora, la gran pregunta es si, tras la subida anunciada, el BCE le dará un break a la economía, o si todavía habrá un par de rondas más.

Todos hemos estado alguna vez en esa complicada tesitura. Estás tratando un tema importante, pero llevas ya demasiado tiempo encadenando una tras otra y empiezas a tambalearte. No puedes dejarlo ahora, pero tampoco deberías forzar la máquina. Así que optas por la vía salomónica y dices: la última y nos vamos.

La última y nos vamos. Eso es más o menos lo que vino a decir ayer el Banco Central Europeo (BCE), cuando anunció que subiría los tipos otro 0,25%, dejando el precio del dinero en su nivel más alto desde 2001 para tratar de doblegar una inflación que sigue dando la lata. 

Con esa, ya van nueve subidas en un año, y no hay margen para mucho más, a riesgo de que la economía caiga redonda. Pero el problema de la última es que todos sabemos que basta con pedir otra para que se convierta en penúltima. Esa es ahora la gran pregunta: si, tras la subida anunciada ayer, el BCE le dará un break a la economía, o si todavía habrá un par de rondas más.

"Los datos económicos sugieren que el BCE podría haber terminado con las subidas, pero no esperamos ningún anuncio o señal que lo comunique a corto plazo", Claudia Fontanive-Wyss, gestora de carteras en Vontobel.

Hace un año que el BCE dio un volantazo en su política monetaria: el 21 de julio de 2022, en medio de una inflación galopante que sacudía al Viejo Continente, subió los tipos de interés por primera vez en más de una década. Un movimiento con el que esperaba echar un jarro de agua fría sobre la inflación, y que ponía fin a una era de 11 años de tipos en negativo. 

Ilustración de inflación o de escalada de precios

Desde aquel día de verano, el BCE subido tipos 9 veces en 12 meses, fiel a su nuevo dogma: mientras nada logre parar la inflación, nada parará al BCE

Un año después, la inflación ha bajado el ritmo, pero sigue galopando a sus anchas por Europa: hace un mes estaba en el 5,5%, todavía muy por encima del objetivo del 2% al que quiere llevarla el BCE

"La inflación continúa disminuyendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo", explicaba ayer la presidenta del BCE, Christine Lagarde. 

Lagarde ya avisado de que sus decisiones sobre los tipos se basarán en la perspectiva de inflación "teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria".

El problema es que la economía europea ya empieza a notar los efectos de las 8 subidas anteriores (a las que se suma la de ayer). Alemania ha entrado en recesión y la eurozona se ha estancado, y si el BCE se pasa de rosca, podría provocar una recesión o provocar una tormenta bancaria como la sufrida hace unos meses (o peor).

Pero al mismo tiempo, si la inflación no mejora hay riesgo de caer en un peligroso ciclo de bajo crecimiento con subidas de precios (la llamada estanflación). Esta sería la peor pesadilla para el BCE, y para evitarlo podría apretar todavía más las tuercas de los tipos: "si la inflación se mantiene sin cambios, anunciaría otra subida en septiembre", observa Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM. 

En otras palabras, el BCE está en una encrucijada: tiene que subir los tipos lo suficiente como para frenar la inflación, pero no tanto como para cargarse la economía y la estabilidad financiera. Las voces se dividen entre quienes pronosticaban que esta sería la última subida, mientras que otras apuntan a septiembre o incluso más allá. 

"Si para septiembre se acumulan más indicios de que la transmisión monetaria está en plena marcha y de que la presión sobre los precios está remitiendo, entonces el BCE estaría justificado para considerar que se ha hecho lo suficiente e iniciar una pausa. Si, por el contrario, la inflación no aterriza, esto sería una prueba de que aún no se ha alcanzado el grado adecuado de restricción, lo que justificaría otra subida", resume Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM.

Carmen Olds, directora de los servicios de análisis de Natixis IM Solutions para España y América Latina, tiene claro que habrá más subidas: "El BCE seguirá subiendo los tipos durante al menos dos reuniones más, en julio y septiembre".

La mayoría coincide en que, por lo menos, habrá una última: "El enfoque del BCE será cada vez más cauteloso y basado en los datos de aquí en adelante, con una última subida de tipos como resultado más probable", añade Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

Como pasa con las parejas en crisis y tantas otras cuestiones existenciales, Lagarde se ha dado el verano. Un tiempo de reflexión para ver cómo va la cosa antes de tomar una decisión a la vuelta. ¿Y después? Después, como dice Rigoberta Bandini, A ver qué pasa.

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