El cortisol, la dopamina o los estrégenos. Todas ellas son hormonas. Mensajeros químicos que transmiten información de una parte del cuerpo a otra moviéndose a través del torrente sanguíneo. Se segregan en distintas partes del cuerpo, las conocidas como glándulas endocrinas. El páncreas, la tiroides, el timo o la pituitaria, son algunas de ellas. También los ovarios en las mujeres y los testículos en los hombres.

Las hormonas intervienen en cientos de funciones corporales cotidianas, desde regular el metabolismo y controlar los patrones de sueño, al estado de ánimo o la reproducción. 

Un desequilibrio hormonal ocurre por tanto cuando hay demasiada o muy poca cantidad de una o más hormonas. Si eres mujer te harás una idea de lo que eso puede conllevar. El embarazo, la menopausia o las distintas fases de tu ciclo menstrual acarrean cambios de niveles de estrógenos. 

Estas sustancias son muy potentes por lo que solo una pequeña variación puede tener efectos notables. "Puede provocar cambios importantes en el cuerpo y provocar ciertas afecciones que requieren tratamiento", informa la Cleveland Clinic.

Reglas irregulares, infertilidad, obesidad, diabetes, acné o problemas de tiroides son algunas enfermedades que pueden estar detrás de un desajusto hormonal.

5 signos de desequilibrio hormonal

Las alteraciones en los niveles hormonales pueden manifestarse de muchas formas, dada la amplia gama de funciones que tienen estas sustancias químicas.

Las alteraciones en la cantidad de estrógeno puede conducir a dolores de cabeza. El cansancio o el aumento de peso se relaciona con una producción suficiente de la hormona tiroidea. La depresión, las diarreas frecuentes o una sed constante son otros efectos que puede tener un desequilibrio hormonal.

La Dra. Louise Newson , médico de cabecera y especialista en menopausia ha señalado en Stylist 5 cambios corporales relacionados con un desequilibrio hormonal que toda mujer debería conocer.

 Hormigueo o entumecimiento en las manos

Según explica la especialista niveles fluctuantes de estrógeno podrían ser la culpable de esa sensación de hormigueo, cosquilleo o entumecimiento en el cuerpo. "Es un síntoma común durante la perimenopausia", matiza.

Hinchazón

“La hinchazón, por ejemplo, puede estar relacionada con el predominio de estrógenos", que puede influir en el equilibrio de líquidos en el cuerpo, provocar retención de líquidos, que puede manifestarse como esa sensación de volumen.

Una mala digestión o acumulación de gases o una intolerancia podrían ser otras posibles causas.

Piel seca y tirante

Si bien el desequilibrio hormonal puede llevar a un exceso de grasa en la piel, también puede conllevar lo contrario.

“Esta sensación de sequedad se debe a cambios en las glándulas sebáceas de nuestra epidermis. Producen sebo, una sustancia aceitosa que ayuda a hidratar y proteger la piel”, sosyiene Newson. "Cualquier cambio en los niveles de estrógeno o andrógenos puede reducir la producción de nuestro tan importante sebo, lo que significa que se pierde esa humedad natural que mantiene la piel flexible".

Infecciones urinarias frecuentes

"Si eres una mujer que lucha contra cistitis recurrente o infecciones del tracto urinario, es casi obligatorio que pienses en tus hormonas", subraya la doctora.

“Nuestras hormonas funcionan en todo el cuerpo, incluida la vejiga, el suelo pélvico y la uretra (el tubo por el que las mujeres orinan). Cuando no tenemos el equilibrio adecuado de hormonas en el cuerpo, podemos sufrir un adelgazamiento de los tejidos y más inflamación alrededor de la uretra, así como una incapacidad para combatir las infecciones”.

Mareos

Newson también añade que las fluctuaciones en los niveles hormonales pueden "alterar funciones corporales esenciales como la regulación de la presión arterial y el equilibrio de líquidos", lo que provoca sucesos inesperados de inestabilidad y aturdimiento.

Tratar cualquier posible desequilibrio hormonal es impotante, ya que en algunos casos puede conducir a síntomas más graves o generar diabetes, osteoporosis y dificultades de fertilidad. No obstante estos síntomas aquí reflejados no son un diagnóstico. Si tienes dudas lo mejor es consultarlo con un médico.