El estado de ánimo y la intensidad de Elon Musk en Twitter son "peores" que durante la crisis existencial que vivió en Tesla hace 5 años, según sus propios empleados

Kali Hays
| Traducido por: 
Elon Musk, CEO y dueño de Twitter.
Elon Musk, CEO y dueño de Twitter.
  • Elon Musk ha calificado su etapa anterior en Tesla como la "más difícil" de su carrera.
  • La gente que ha trabajado para él en Tesla y ahora en Twitter cree, sin embargo, que los últimos meses han sido peores.

Hay un nuevo estribillo que se repite entre algunos empleados de Tesla que siguen trabajando para Elon Musk en la sede de Twitter en San Francisco, EEUU: "Peor que 2018".

Se refieren al año que el propio Elon Musk ha definido como el más "insoportable" y "el más difícil y doloroso" de toda su carrera. Tesla estaba al borde de la bancarrota y luchaba por aumentar la producción, y un tuit de Musk sobre sacar a la empresa de la bolsa provocó una investigación de la SEC, el equivalente en EEUU a la CNMV, y una demanda relacionada con el tema que se ha prolongado hasta este mismo año.

La situación y el estado de ánimo en Twitter, por cuya adquisición Musk pagó 44.000 millones de dólares, cantidad de la que ya ha pagado una parte, recuerdan a los tiempos difíciles de Tesla, según 3 personas que conocen de cerca la situación de la empresa. Todas han hablado bajo condición de anonimato porque no están autorizadas a hablar con la prensa, pero sus identidades son conocidas por Business Insider.

"Las personas que trabajaron con él en Tesla dicen que nunca lo han visto tan mal", afirma una de estas fuentes. "Es evidente que está estresado". Aun así, todavía hay "cero conversaciones" dentro de Twitter sobre un posible nuevo CEO que pueda reemplazar a Musk, agrega esta persona. Y eso que este mismo miércoles Musk comentó en la Cumbre Mundial de Gobierno de Dubái que "hacia finales de este año debería ser un buen momento para encontrar a otra persona que dirija la empresa".

Hay algunas similitudes entre el Musk de Tesla de 2018 y el de Twitter de ahora. Duerme a menudo en la sede de Twitter en San Francisco. Ha dejado caer la posibilidad de una bancarrota. Parece estar trabajando durante muchas horas a veces en horarios intempestivos y pide a quienes quieran quedarse en Twitter que haga lo mismo. Muchos ingenieros trabajan constantemente 80 horas a la semana y pasan la noche en vela para mantener el sitio en funcionamiento y cumplir las exigencias de Musk, que tiende a enfadarse con rapidez y despide personal casi igual de rápido, rasgos por los que se ha hecho famoso a lo largo de los años. Incuso ha hablado del "dolor" de sus 3 meses como dueño de Twitter.

La novedad es su obsesión por la lealtad. Musk está despidiendo con verdadera furia a personas que considera que no trabajan lo suficiente o que cuestionan sus exigencias. En Twitter, los trabajadores son despedidos al menor indicio de disidencia política o personal, incluso si esta se basa en una investigación interna, como le ocurrió a un ingeniero la semana pasada, según informó la newsletter Platformer. Dado que ahora la actividad en los canales internos de Slack está limitada, se están usando otros canales para acusar a los empleados de "mala conducta" y despedirlos sin indemnización, dicen fuentes cercanas a la empresa.

Ilustración del logo de Twitter en la pantalla de un smartphone sobre la silueta de Elon Musk.

Se dice que el mantra que Musk repite a los empleados de Twitter es "crítico, excelente y leal", como si ese fuera el único tipo de persona que quiere en la empresa. Esta exigencia de continuidad laboral ha reducido la plantilla de ingenieros de Twitter a unas 500 personas, frente a las 600 que había a finales del año pasado y los varios miles que había antes de la adquisición de la empresa por Musk.

El número de ingenieros principales, un título que suele obtenerse tras años de experiencia en una empresa, ha pasado de al menos 30 a solo uno. El número total de empleados ronda ahora los 2.000 y es probable que siga disminuyendo a medida que se sigan cerrando oficinas y continúen los despidos intermitentes

El sitio se ha vuelto inestable y poco fiable, con una caída importante la semana pasada durante la cual todas las funciones básicas de Twitter dejaron de funcionar durante varias horas.

Cuando Musk se pasea por las oficinas de Twitter, suele preguntar a la gente al azar en qué están trabajando. Es una especie de prueba. "Tienes que averiguar cómo responder a la pregunta de una manera que no haga que te despidan", explica una fuente.

Hace poco un empleado se salvó por los pelos. En una reunión reciente sobre cambios de producto, Musk preguntó por el estado de un cambio propuesto. Un jefe de proyecto empezó a responder solo para ser interrumpido por un Musk muy enfadado que preguntó: "¿Por qué estás hablando?". Entonces prohibió a todos los jefes de producto hablar en las reuniones.

"Lo único que hay que hacer es asumir que cualquier día puede ser el último en la empresa y acostumbrarte a eso", afirma una fuente. 

Una persona que todavía forma parte de Twitter lo resume con más crudeza: "Musk se ha vuelto completamente loco".

Elon Musk

El estado de ánimo general de Musk en Twitter pareció empezar a deteriorarse hacia finales del año pasado, coinciden un par de testimonios. Los problemas con la plataforma, las quejas de los inversores y los costes no han dejado de acumularse.

Musk, dice una fuente, se ha vuelto "interminablemente preocupado por el empeoramiento de la economía", sacando el tema con frecuencia en reuniones y conversaciones.

Durante una reunión de planificación celebrada hace varias semanas, sugirió varias formas de recortar gastos en Twitter que a algunos asistentes les parecieron "una locura", según otra de las personas consultadas. Se plantearon sugerencias como convertir Twitter en un producto de suscripción, vender nombres de usuario o limitar los servicios a los usuarios de EEUU y Japón, donde Twitter es más popular.

Aunque ninguna de estas sugerencias se ha llevado a la práctica, sí se han realizado otros recortes importantes, desde la eliminación de funciones hasta el cierre repentino de un importante centro de datos durante las Navidades. Esta última medida es la que llevó a Behnam Rezaei, que dirigía toda la ingeniería bajo la dirección de Musk, a dimitir a principios de enero, según testimonios cercanos a aquel movimiento.

Los empleados que quedan en Twitter saben que las cosas pueden cambiar en cuestión de horas. En los primeros días tras su toma de posesión, Musk pidió más herramientas para creadores de contenido y un enfoque renovado para vídeo, por lo que la gente se apresuró a presentar novedades en estas áreas y a crear equipos para hacer este trabajo. Ninguna de esas herramientas está ahora en marcha, según una de las personas familiarizadas con el tema.

En su lugar, Musk exige hora cambios que entiende que beneficiarán ostensiblemente a Twitter. Se dice que su última fijación guarda relación con sus propias métricas de participación y el contador de visitas ahora visible en Twitter. Esto se debe en parte a que piensa que mostrar una mayor participación es la forma en que Twitter puede cobrar más por los anuncios. Musk utiliza constantemente su propia cuenta como caso de prueba, e incluso obligó esta semana a sus ingenieros a aumentar artificialmente la visibilidad de sus tuits, según informa Platformer

Hay quien piensa, por otra parte, que estas peticiones responden en realidad a un motivo más prosaico: "En realidad solo quiere que se hable de él", dice un empleado.

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