Estar a dieta es igual de odioso o peor que hacer ejercicio, así que suena genial poder perder peso mientras estás tumbado en el sofa haciendo nada. Pero por mucho que te prometa la industria de los suplementos o los trucos de estilo de vida no vas disparar tu quema calorías por tomarte esa cápsula o beber más agua.

No existe un método para impulsar el metabolismo "de una manera duradera o real", sentencia Herman Pontzer, antropólogo evolutivo del Instituto de Salud Global de la Universidad de Duke. Como resume de forma directa en Scientific American, la mayoría de las cosas que prometen impulsar el metabolismo se dividen en 2 categorías. “Hay cosas que son peligrosas e ilegales y cosas que son estupidas, y probablemente deberías evitar ambas”.

El metabolismo refiere al proceso interno mediante el cual tu organismo gasta energía y quema calorías para funcionar. "Funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana para mantener tu cuerpo en movimiento, incluso cuando estás descansando o durmiendo", aclaran desde Harvard.

Y aunque se hable muchas veces de él como si fuera algo que puedes alterar a tu antojo con un producto o cierto hábito saludable, la realidad es que se trata de un proceso complejo aún en parte desconocido para los científicos. Pero si algo tienen claro es que las personas necesitan conocer algunos aspectos clave cuando tratan de acelerar su metabolismo para adelgazar.

La mitad de las calorías que quemas en reposo proviene de los principales órganos del cuerpo

Cuando las personas hablan de acelerar este proceso a lo que realmente se refieren es la tasa metabólica basal o de reposo (TMB). Esta determina la cantidad de energía que tu cuerpo consume en reposo. Supone alrededor del 50 al 70% del total que quema de calorías diaria de una persona. Por lo que juega un papel importante en el peso.

Ahora bien, como deja claro en VOX, Michael Jensen , investigador que estudia la obesidad y el metabolismo en la Clínica Mayo, la mitad de estas calorías que quemas por el mero hecho de estar vivo proviene de los principales órganos del cuerpo  —el cerebro, el hígado, los riñones y el corazón —, mientras que "la grasa, el sistema digestivo y especialmente los músculos del cuerpo representan el resto".

Así que llegado a este punto, intentar acelerar tu metabolismo suena casi tan imposible como proponerte ser más alto o cambiarte el color de ojos.

Puedes hacer pequeños ajustes pero no esperes grandes cambios

Las personas pueden tener un metabolismo rápido, lento o medio. Esto va en función de aspectos como la genética, aunque también puede ralentizarse con la edad. A partir de los 60 años se desacelera en un 20% de forma progresiva.

Otro de los factores que influye es la composición corporal, sobre lo que sí puedes actuar. Aunque no de una forma tan milagrosa como a veces se promete.

La cantidad de músculo magro que tienes afecta a tu tasa metabólica. Esto se debe a que el  músculo usa mucha más energía que la grasa mientras está en reposo.

Puedes favorecer esta ganancia a través del ejercicio, estimulando tu musculatura. A esto cabe sumar que existe cierta evidencia de que la actividad cardiovascular puede acelerar tu metabolismo. Pero este efecto solo dura aproximadamente una hora tras hacerla y generalmente no lo suficiente para causar una pérdida de peso significativa.

También incluyendo más proteínas en tu dieta. Este nutriente ayuda a generar y reparar el músculo tras el ejercicio. Además consume más calorías para ser digerido, en comparación con los hidratos.

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Ganar masa muscular y deshacerte de la grasa es algo que beneficiará a tu salud. Ahora bien, "cambiar la composición corporal puede hacer una pequeña diferencia [en cuanto a la périda de peso], pero no mucha”, según  Susan Roberts, investigadora de nutrición y líder del Equipo de Metabolismo Energético en Jean Mayer.

De todas formas "el metabolismo a menudo juega un papel menor" cuando se trata del contorno de tu cintura. De acuerdo con el Dr. Chih-Hao Lee, profesor de genética y enfermedades complejas en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard: "Los factores más importantes a medida que envejeces suelen ser la mala alimentación y la inactividad".