¿Quieres saber cómo prepararte para la llegada de la inteligencia artificial? Mira al pasado

Jacob Zinkula
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El robot humanoide Ameca (en primer plano), junto a Will Jackson (primero por la izquierda), CEO y fundador del fabricante británico Engineered Arts.
El robot humanoide Ameca (en primer plano), junto a Will Jackson (primero por la izquierda), CEO y fundador del fabricante británico Engineered Arts.

Johannes Simon/Getty

  • Los expertos recomiendan mirar al pasado en busca de pistas para averiguar lo que podría suponer el auge de la inteligencia artificial para el futuro del trabajo.
  • Existe una fina línea entre incrementar la productividad y hacer que algunos trabajos sean reemplazables: la IA generativa no se parece a ninguna tecnología anterior, por lo que el futuro podría deparar alguna sorpresa.

Se suele decir que el que no conoce su historia está condenado a repetirla. Quizá sea por eso que los mejores investigadores están mirando al pasado para intentar comprender cómo podría afectar la inteligencia artificial generativa al trabajo de las personas en los próximos años o incluso décadas. 

Business Insider les ha pedido a cuatro de esos expertos que expliquen cómo han afectado en el pasado las nuevas tecnologías y la IA anterior a ChatGPT a los puestos de trabajo, qué significará esto para los trabajadores del futuro y cómo se pueden preparar estos para el auge de la inteligencia artificial.

Históricamente, la automatización impulsada por la tecnología ha reemplazado algunos puestos de trabajo, pero también ha generado otros mejores y ha aumentado el volumen de empleos a largo plazo, explica Ethan Mollick, profesor de Iniciativa Empresarial e Innovación de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) que obliga a sus alumnos a utilizar ChatGPT en sus trabajos de clase.

La gran pregunta es si la nueva era de la IA va a tener una historia similar. 

"Es posible que al final consigamos mejores puestos de trabajo, pero a corto plazo va a haber muchos desajustes", afirma Mollick. "No tenemos un modelo muy claro. Se trata de la tecnología de uso general que más rápidamente se ha adoptado y, en última instancia, no sabemos cuáles son sus capacidades".

En lo que todo el mundo parece estar de acuerdo es en que la inteligencia artificial va a aumentar la productividad general de los empleados. 

Despidos grandes tecnológicas

Se espera que, en el futuro, esto ayude a impulsar la economía, pero Carl Benedikt Frey, economista de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y coautor de un artículo que aseguraba en 2013 que el 47% de los empleos estadounidenses corrían el riesgo de ser automatizados en la década de 2020, cree que existe una línea muy fina entre que la IA ayude a los trabajadores y que los perjudique.

"La historia nos dice que la simplificación a menudo simplemente es un paso hacia la automatización", apunta Frey, que añade que, por ejemplo, "los asistentes de inteligencia artificial que analizan las llamadas de los teleoperadores y les dan recomendaciones están siendo entrenados con el objetivo último de reemplazarlos".

Como referencia histórica, el economista de Oxford señala a la profesión de los faroleros, los empleados del siglo XIX que llevaban antorchas y escaleras para encender las lámparas de gas que iluminaban las calles por la noche. 

Cuando el alumbrado eléctrico empezó a imponerse a finales de 1800, las farolas aún tenían interruptores que debían ser accionados por personas, explica Frey, pero con el tiempo las centrales eléctricas empezaron a controlar esos interruptores, automatizando a gran escala el trabajo de los faroleros.

Una mayor productividad suele significar más puestos de trabajo

Lindsey Raymond, doctoranda de la Sloan School of Management del MIT (EEUU) y economista de la Casa Blanca, sugiere a Business Insider que otro ejemplo histórico podría ser el de la invención de la desmotadora de algodón a finales del siglo XVIII.

"La desmotadora de algodón hizo mucho más productiva a la gente que fabricaba ropa o algodón para la ropa", argumenta Raymond. "Pero el precio bajó tanto que se produjo un cambio masivo en la demanda de algodón, así que el empleo se disparó".

Aunque es un ejemplo histórico adecuado, también hay que reconocer que, en aquella época, los empresarios cubrieron muchas de las vacantes de la industria textil estadounidense con personas esclavizadas

La economista de la Casa Blanca destaca una profesión que lleva años enfrentándose a las disrupciones de la inteligencia artificial, los agentes de atención al cliente, como un posible ejemplo a seguir. 

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"Como parte del COVID-19 y esta deriva hacia el comercio electrónico, la mayoría de las empresas han visto enormes aumentos de la demanda de sus servicios de atención al cliente", asegura Raymond. "Por lo tanto, no creo que se produzcan efectos negativos sobre el empleo".

Aun así, la experta advierte de que la IA podría tener algunos resultados menos deseables para estos trabajadores, sobre todo si los chatbots de atención al cliente se vuelven más capaces y avanzados. Los beneficios de la productividad también podrían conducir a una mayor competencia y unos salarios más bajos. Es más, el mismo escenario podría darse en otras profesiones.

Un informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica estadounidense ofrecía en abril datos que apoyaban esta idea: los agentes de atención al cliente menos veteranos y con peores resultados fueron los que más aumentaron su productividad con la ayuda de la inteligencia artificial

En pocas palabras, la IA redujo la diferencia entre los empleados con una mayor experiencia y sus posibles sucesores. Esto, a su vez, podría "reducir sustancialmente los salarios medios", afirma la doctoranda del MIT.

Oded Netzer, profesor de la Columbia Business School (EEUU), señala que todavía existe una manera de que los trabajadores de atención al cliente más experimentados destaquen en sus puestos de trabajo

"Conforme vaya mejorando la inteligencia artificial, podría sustituir algunas de las tareas de los centros de atención telefónica, donde los humanos que queden en esos puestos tendrán que ser expertos en la materia y enfrentarse a problemas más difíciles", explica Netzer.

¿La IA puede superar los "tres obstáculos" fundamentales del trabajo?

La medida en que la inteligencia artificial va a reemplazar según qué puestos de trabajo va a depender de la rapidez con la que supere lo que Mollick denomina los "tres niveles" del trabajo: tareas, puestos y sistemas. Incluso cuando la IA sea capaz de realizar tantas tareas que pueda sustituir a un empleado, quedará el obstáculo de los "sistemas". 

"Supongamos que, a corto plazo, la inteligencia artificial diagnostica mejor que un médico o que da mejor clase que yo", sugiere. "Todavía va a pasar mucho tiempo hasta que se produzca el verdadero cambio, porque los sistemas tardan mucho en cambiar. Los alumnos esperan ver a un humano en clase, no a una IA".

 

El profesor de la Universidad de Pensilvania asegura que se ha demostrado que los "trabajos más creativos, mejor pagados y más capacitados" son los que más van a haber afectados —que no necesariamente reemplazados— por la inteligencia artificial. 

Según Mollick, lo más cercano a una "historia de reemplazo" podría darse en el sector de la traducción, donde muchos traductores humanos continúan en activo, pero podrían tener que enfrentarse a diversos obstáculos en los próximos años

El experto sostiene que la automatización de las operadoras telefónicas a finales del siglo XIX — una profesión que entonces era especialmente común entre las mujeres— podría ser una muestra de lo que ocurrirá cuando se produzca un desplazamiento de puestos de trabajo: los trabajadores más mayores podrían tener más dificultades. 

"Cuando se eliminaron las operadoras, las mujeres jóvenes pudieron adaptarse y encontrar nuevos empleos", afirma. "Pero las mujeres de más edad sufrieron un recorte salarial de por vida: nunca pudieron volver a encontrar un trabajo tan bueno".

Mollick ofrece un consejo a los empleados que quieran adaptarse al auge de la IA en los próximos años: en lugar de especializarte en las tareas que la inteligencia artificial no puede hacer, aprende a utilizarla para ser más productivo. 

"Todo el mundo espera que estos modelos mejoren sus capacidades", apunta el profesor universitario. "Así que no se puede apostar necesariamente a que la IA sea mala en esto ahora y lo vaya a ser siempre. En cambio, lo que yo pensaría es: '¿Cómo puedo utilizarla para hacer mejor mi trabajo?'".

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