Cómo saber si tienes apnea del sueño: síntomas, factores de riesgo y tratamientos

La apnea del sueño es un problema que puede afectar la calidad de tu sueño y tu salud en general. Ocurre cuando, durante el sueño, hay momentos en los que la respiración se detiene por unos segundos o incluso un minuto, y después vuelve a comenzar. 

Esto puede ocurrir muchas veces durante la noche, lo que hace que no descanses bien y te sientas cansado al día siguiente, incluso después de haber dormido la cantidad suficiente de horas. Además, la apnea del sueño a menudo se asocia con ronquidos fuertes. 

Tipos de apnea del sueño

Existen varios tipos. Por un lado, se encuentra la apnea obstructiva del sueño y la apnea central del sueño, aunque pueden darse casos en los que se dé una combinación de ambas.

Apnea obstructiva del sueño

Se trata del tipo más frecuente y se produce por cierres repetidos de la garganta o de la vía aérea superior durante mientras duermes. La vía aérea superior incluye la boca, los orificios nasales o la laringe.

Sus síntomas más claros son la respiración interrumpida durante el sueño cuando ocurre 5 veces o más durante una hora o cuando la interrupción dura más de 10 segundos.

Apnea obstructiva en niños

Existen varias dolencias que pueden causar apnea en los niños. Por ejemplo, amígdalas o adenoides grandes, afecciones dentales son algunas de ellas.

Además de roncar, otros síntomas son la sudoración nocturna, respirar por la boca durante el día, dolores de cabeza o incluso problemas de concentración y problemas de crecimiento.

Apnea central del sueño

Este es un tipo menos frecuente que está causada por la falta de control de la respiración en el encéfalo. Es una zona muy sensible a los cambios de concentración sanguínea y ocurre que cuando los niveles de dióxido de carbono son altos, el tronco del encéfalo manda señales a los músculos respiratorios para respirar más profundamente y rápido para eliminar el dióxido de carbono.

De este modo, la zona no está respondiendo bien a los cambios en la concentración de dióxido de carbono y mientras duermes, se hacen pausas en la respiración o se respira menos profundamente y más lento. El origen de esta apnea es más complejo, conllevando enfermedades o defectos congénitos.

Factores de riesgo

Existen diferentes factores de riesgo para sufrir apnea, especialmente la del tipo obstructiva del sueño, que es la más común.

La obesidad o el envejecimiento hace que se estreche la vía aérea superior y facilita su aparición. Otro factor puramente físico es tener la garganta estrecha, también tener  hipotiroidismo o sufrir de reflujo gastroesofágico. Por último, esta enfermedad tiende a ser hereditaria, por lo que también está el factor genético.

Síntomas

El síntoma más claro es la respiración lenta durante el sueño con repetidas paradas. Como no se tiene un sueño reparador, otros síntomas clave son el cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, facilidad para dormirse involuntariamente durante el día o dificultad para concentrarse, que tiene consecuencias en las actividades que realizan en el día a día.

Además de esto, en la apnea obstructiva del sueño, el síntoma más llamativo es el fuerte ronquido, pero roncar no implica tener esta enfermedad. Este tipo de ronquido conlleva cierto ahogamiento o jadeo, pausas en la respiración y un despertar brusco.

Tratamientos comunes

El tratamiento más conocido son los dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias o CPAP. Esta máquina ejerce una presión positiva continua en la vía respiratoria a través de una mascarilla facial. Esta presión a través del aire consigue que la garganta permanezca abierta mientras. 

Es un aparato sencillo, pero puede resultar algo incómodo al principio, requiriendo de un proceso de adaptación y aprendizaje, lo que hace que muchos pacientes dejen el tratamiento.

Es fundamental que los profesionales hagan un seguimiento estricto en las primeras semanas y luego periódicamente para comprobar el buen funcionamiento y ajustarlo, de ser necesario. 

Otra práctica es la cirugía de la cabeza o el cuello como tratamiento en caso de que las amígdalas sean muy grandes, muy común en los niños, o exista una obstrucción en la vía aérea alta, 

Una apnea del sueño no se trata, puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco o hipertensión arterial. 

Si experimentas algunos de los síntomas mencionados y crees que puedes padecer apnea del sueño, lo mejor es que consultes con tu médico para que te valore y obtener el diagnóstico de un profesional.