No, el coronavirus no ha mutado para volverse más contagioso o menos letal: ya tiene "mucho éxito en lo que hace", según una experta en genética

No, the coronavirus isn't becoming more contagious or less deadly — it's already 'very successful at what it's doing,' a geneticist says

Los expertos continúan arrojando ideas contradictorias sobre si el coronavirus ha cambiado. Algunos médicos italianos dicen que se ha debilitado con el tiempo. Un grupo de investigadores ha sugerido lo contrario: que una versión mutada del virus se ha vuelto dominante en todo el mundo porque es más transmisible que el original. 

Todos los virus, incluyendo el coronavirus, cambian con el tiempo acumulando mutaciones a medida que se reproducen. Pero según Emma Hodcroft, una genetista del proyecto Nextstrain, todavía no hay ninguna evidencia de que este virus haya cambiado de manera significativa, ni de que se haya vuelto menos mortal, ni de que sea más contagioso.

El proyecto Nextstrain ha estado rastreando los cambios en el coronavirus durante meses. Hasta ahora, el equipo de Hodcroft ha recogido y secuenciado el genoma de miles de muestras de virus recogidas en todo el mundo desde diciembre de 2019.

Los genetistas diferencian estas muestras en cinco clados —el término para los grupos de muestras de virus que descienden de un origen común— caracterizados por mutaciones que se han acumulado a lo largo del tiempo en uno o en más de una docena de genes.

Pero ninguna de esas mutaciones ha cambiado de forma significativa lo letal o infeccioso que es el coronavirus, en opinión de Hodcroft. 

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Los humanos no han ejercido presión sobre el virus para que cambie

Es fácil pensar que los intentos de la humanidad de controlar la propagación del coronavirus mediante el distanciamiento social, el uso de mascarillas y los confinamientos pueden haber ejercido una presión evolutiva sobre el virus. Dados los impedimentos para su propagación, esta línea de lógica sugiere, que quizás el virus podría evolucionar para mejorar la forma en que se transmite entre las personas. 

Pero según Hodcroft, el virus no tiene ningún estímulo importante para cambiar en este momento.

"El virus tiene mucho éxito en lo que hace, la mayoría de las personas que se infectan no mueren. Pasan el virus a un nuevo huésped y se recuperan", explica Hodcroft. "Su estrategia actual le ha ayudado a abarcar el mundo entero en meses".

People wearing masks wait on a crowded subway platform on May 30, 2020, in New York City. Alexi Rosenfeld/Getty Images

Si la cepa original del coronavirus mataba a su huésped en unos pocos días, entonces quizás podría haber mutado con el tiempo para no matar tan rápidamente, añade: eso le daría más oportunidades de saltar a nuevos huéspedes. Pero por término medio, las personas mueren de COVID-19 al cabo de 18 o 19 días de la aparición de síntomas, según un estudio de Wuhan, China.

Por otra parte, si el distanciamiento social tuviera algún efecto, según Hodcroft, el coronavirus podría mutar y volverse más infeccioso "para superar las barreras que ponemos en su camino".

De hecho, la investigación ha demostrado que una cepa de coronavirus mutada se convirtió en la dominante en todo el mundo y parece ser más transmisible entre las células humanas que el virus original. Pero Hodcroft dice que la cepa podría simplemente haber tenido suerte, ya que terminó siendo la versión que se propagó a los países de Europa y América del Norte. Muchos de esos países no decretaron confinamientos durante semanas después de la aparición de sus primeros casos, lo que permitió que esa versión del virus proliferara.

Además, los científicos aún no están seguros de si las observaciones a nivel celular se aplican a personas reales.

"No sabemos cómo las cosas que vemos en un laboratorio escalan hasta el tamaño de un ser humano. La transmisibilidad en las células y en las personas son completamente diferentes", afirma Hodcroft.

Una representación de partículas de coronavirus.
Una representación de partículas de coronavirus.

Ella añade que esas mutaciones, aunque posibles, "ocurren a lo largo de décadas o siglos".

"Sigue siendo un virus asesino"

En una carta abierta publicada en junio, 10 médicos italianos sugerían que el coronavirus se estaba debilitando y que había evolucionado haciéndose menos letal.

El "virus desde el punto de vista clínico ya no existe" en Italia, escribieron, citando una notable reducción de los casos de coronavirus y de las hospitalizaciones. El artículo de opinión también señaló que la carga viríca —la cantidad de virus presente en los hisopos— de muchos pacientes italianos era tan insignificante que los pacientes ni siquiera eran contagiosos. 

"La concentración de ARN viral en el hisopo es tan pequeña que no infecta nada", explicó la semana pasada a Politico Giuseppe Remuzzi, uno de los coautores de esa carta. 

Un empleado del hospital con equipo de protección muestra un bastoncillo de algodón de una muestra de prueba de coronavirus.
Un empleado del hospital con equipo de protección muestra un bastoncillo de algodón de una muestra de prueba de coronavirus.

Pero Hodcroft señala que "esas afirmaciones no tienen ninguna validez".

De hecho, añade, es "engañoso que los médicos italianos digan esto cuando sólo atienden a pacientes italianos".

Michael Ryan, el director ejecutivo del Programa de Emergencias de Salud de la OMS, lo advirtió de manera similar en junio: "Debemos ser excepcionalmente cuidadosos para no crear la sensación de que de repente el virus, por su propia voluntad, ha decidido ser menos patógeno. Este sigue siendo un virus asesino".

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La explicación más probable de la tendencia que han observado los médicos italianos, según Hodcroft, es que en marzo el sistema de salud italiano estaba sometido a una gran presión, por lo que la mayoría de los pacientes admitidos en el hospital tenían casos muy graves. En ese momento, se reportaban unos 6.500 nuevos casos por día en Italia. Pero a finales de mayo, el número había bajado a unos 300. Eso podría haber permitido que un mayor número de italianos con casos más leves recibieran atención médica, lo que podría explicar la menor carga viral en los test.

De hecho, dosestudios concluyeron que las personas que desarrollan problemas respiratorios más graves relacionados con COVID-19 tienen cargas virales más altas cuando son admitidos en el hospital en relación con las personas con casos leves.

"A medida que la pandemia se desacelera, más gente se hace pruebas, por lo que es probable que se detecte más gente con síntomas leves", explica Hodcroft. "Si no tienes en cuenta eso, podrías creer que el virus se ha vuelto menos grave".

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