Hace un año comenzó el criptoinvierno, ¿cuál es el futuro de las criptomonedas?
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- En mayo de 2022, llegó el desplome de Terra Luna y dio comienzo un criptoinvierno del que la industria no es capaz de salir.
- El futuro de las criptomonedas depende de la regulación, y Europa ya ha dado el primer paso con la aprobación del MiCA.
Hace un año, por estas fechas, se produjo un evento catastrófico para el futuro de las criptomonedas: de la noche a la mañana, desaparecieron más de 50.000 millones de dólares por el colapso de la stablecoin algorítmica UST de Terra y su token de gobernanza LUNA.
De manera inmediata se percibió la magnitud de lo sucedido, aunque resultaba difícil barruntar que aquello daba inicio a un criptoinvierno del que aún no se ha salido, y que se fue volviendo gélido con los sucesivos colapsos de actores, teóricamente, sólidos del mercado como Celsius o FTX, y, más recientemente, Silicon Valley Bank, Silvergate Capital o Signature.
La marea arrastró a las principales criptomonedas por capitalización de mercado y, con ellas, en mayor o menor medida, se fueron desplomando el resto.
Bitcoin, que estaba en 39.798,28 dólares el 5 de mayo de 2022, comenzó una tendencia bajista (con leves dientes de sierra) que le llevó a un mínimo de 16.463,88 dólares el 22 de noviembre. En el momento de escribir este artículo está en 27.609,87 dólares.
En el caso de ethereum, su valor el 5 de mayo era de 2.948,96 dólares. Cayó hasta 1.066,47 dólares el 3 de julio y, en la actualidad, según CoinMarketCap, su precio es de 1.841,67 dólares.
Regulación de las criptomonedas
En plena crisis de las criptomonedas, fueron muchos los que argumentaron que era el principio del fin y que había llegado el momento de explosión de la burbuja. En el extremo contrario, están los que analizan lo que está sucediendo como una suerte de limpieza del mercado, que dejará en él sólo a los más legales. Es decir, que la industria saldrá mejorada.
De momento, lo que ha provocado esta debacle criptográfica es hacer patente la necesidad de que haya una regulación. Y ha sido Europa la que ha dado el primer paso: el Parlamento Europeo aprobó el pasado 20 de abril la primera gran regulación sobre criptomonedas, el Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos (MiCA por sus siglas en inglés).
Esta norma incluye un amplio abanico de nuevas reglas comunes sobre la supervisión, la protección al consumidor y las salvaguardas medioambientales de los criptoactivos, incluidas las criptomonedas.
Además, en pro de asegurar la trazabilidad de las transferencias de criptomonedas, se utilizará la llamada 'regla del viaje', ya empleada en las finanzas tradicionales. Consiste en que la información sobre el origen del activo y su beneficiario tendrá que 'viajar' con la transacción y almacenarse tanto en el origen como el destino de la transferencia.
Las criptomonedas han vivido su propia burbuja de las puntocom
A pesar del enorme avance regulatorio que supone el MiCA, la pregunta sobre cuál es el futuro de las criptomonedas sigue más vigente que nunca.
En este artículo, que emanó de la última Cumbre del Foro Económico Mundial, Davos 2023, se estima que en 2022 se evaporaron más de 1,8 billones de euros (2 billones de dólares al cambio actual) en el mercado de las criptomonedas.
Millones de consumidores y empresas perdieron dinero, recuerdan, "y —lo que quizá sea más perjudicial para un sector y una tecnología incipientes— la confianza fundamental en la promesa de las criptofinanzas, que se suponía iba a ser una corrección de muchas de las fechorías que dieron lugar a la crisis financiera de 2008, está menguando".
¿Qué son las criptomonedas de inteligencia artificial?
Mientras tanto, agregan, "los responsables políticos que han estado haciendo sonar la alarma sobre los riesgos excesivos de las criptomonedas, al tiempo que no han creado regulaciones sensatas, han sido vindicados no por uno, sino por múltiples fracasos a gran escala".
Hacen, no obstante, una lectura medianamente optimista. "Del mismo modo que fue necesario que estallara la burbuja de las puntocom a principios de la década de 2000 para que el futuro de Internet pasara a manos de empresas, modelos de negocio y casos de uso más duraderos, quizá 2022 marque el traspaso de la criptotecnología y la infraestructura blockchain a manos más estables", vaticinan.
De hecho, señalan, como prueba del poder de permanencia de los activos digitales y las cadenas de bloques en el núcleo de los servicios financieros (y otras áreas de la economía mundial), hay que observar lo que hacen los grandes bancos y las empresas maduras de servicios financieros, no lo que dicen.
La historia, explican, "está plagada de ejemplos de tecnologías, por lo demás buenas o neutras, que han sido cooptadas por malos actores o mal utilizados debido a la codicia, la ignorancia, los riesgos de oportunidad o la criminalidad pura y simple. Todo ello se amplifica en sectores emergentes, poco regulados y acelerados por la tecnología".
Es más, añaden, "ningún sector está exento de riesgos, y menos uno que implique dinero. Sin embargo, las criptomonedas castigan a los errantes a gran velocidad, dando a los malos actores pocos lugares donde esconderse".
La pervivencia del sector, comentan desde el Foro Económico Mundial, pasa por compensar "sus efectos nocivos, poniendo las tecnologías (como todas las herramientas) en manos de actores responsables y fomentando su uso responsable. Aquí radica el enigma normativo y político de los épicos fracasos de las criptomonedas en 2022".
Los países que permitan una competencia responsable marcarán el futuro de las criptomonedas, sostienen. "La criptografía y las cadenas de bloques seguirán siendo parte integrante de las herramientas económicas modernas, a pesar del gran daño que estas herramientas pueden haber causado cuando han sido utilizadas por las personas equivocadas", concluyen.
El criptoinvierno se acaba, pero puede venir otro aún peor
También la clave está en la regulación para Alfredo Muñoz, profesor de Derecho Mercantil en la UCM, que participó en el webinar El futuro de las criptomonedas tras el criptoinvierno, organizado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin).
Para Muñoz, el MiCA tratará de calentar el criptoinvierno, pero es probable que se quede corto, habida cuenta de los grandes problemas geopolíticos que acontecen en la actualidad. En la hipótesis más pesimista, señaló, se saldría de esta crisis para entrar en otra peor, que tendría su raíz en causas heterogéneas, e incluso ajenas al sector.
En su opinión, la industria debería convertirse en un gran hub, "y eso requiere regulación y protección jurídica".
Sin embargo, el profesor sostiene que es complicado alcanzar ese objetivo, si el MiCA deja fuera aspectos tan importantes como las DeFi, los NFT, los smart contracts, la tokenización, los registros de derechos o las DAOs.
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