Meta, antes conocida como Facebook, se enfrenta al año de la consolidación de su metaverso: esto es lo que cabe esperar de la empresa de Zuckerberg en 2023, según los expertos

El avatar de Mark Zuckerberg en el metaverso.
El avatar de Mark Zuckerberg en el metaverso.

Meta

  • Meta tratará en 2023 de convertirse en sinónimo de metaverso, pero para ello deberá empezar a resolver cuestiones como la gestión de identidades digitales y el acceso generalizado a las gafas de realidad virtual.
  • Mientras, tendrá que lidiar con problemas más terrenales, como unos unos inversores que exigen sanear las cuentas: los despidos de Meta han llegado ya España.

En  las novelas de misterio el conflicto siempre está en las contracciones. Concretamente, en las que se dan entre lo que los personajes dicen que son, lo que hacen y, finalmente, lo que otros personajes dicen de ellos.

En otoño de 2021, Meta, el conglomerado antes conocido como Facebook que reúne a empresas como Whatsapp e Instagram, puso antes los ojos de los espectadores, como si fuera la mismísima Agatha Christie, un misterio que aún está por resolver: el metaverso.

El futuro, pronosticó entonces entusiasmado Mark Zuckerberg, el aclamado genio detrás de Facebook, no se dirimiría en el mundo real, sino que lo haría en un mundo virtual creado a imagen y semejanza de este y que ofrecería infinitas posibilidades de conectar, jugar y hacer negocios.

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Desde entonces, está claro lo que Meta dice de sí misma: ellos son ese futuro.

En un texto publicado en el blog de Facebook, Andrew Bosworth, director del área de Tecnonología y Realidad Virtual de Meta, se mostraba recientemente esperanzado ante lo que está por venir.

"La realidad virtual se encuentra ahora en un momento muy especial: hay nuevas piezas fundamentales del hardware. La tecnología está llegando al mercado por primera vez, y una comunidad de desarrolladores y usuarios está liberando su potencial de nuevas maneras", comienza diciendo.

"Creemos que todo irá a mejor en 2023. La revolución del aprendizaje automático que se ha estado produciendo durante la última década alcanzó un punto de ebullición este año, y sigue acelerándose. [...] Hay grandes avances en investigación, como nuestros trabajos Make-A-Video y Make-A-Scene, por no hablar de Cicero, nuestro agente capaz de vencer a los humanos en un juego de estrategia", ahonda.

Productos de clasificación y recomendación como Reels, una IA que cada vez sirve de apoyo para cada vez más tecnologías... A ojos de Bosworth, el metaverso es una revolución tecnológica a punto de generalizarse.

"Meta no es, ni mucho menos, la única empresa que trabaja para ampliar los límites en este campo, y esperamos que el año que viene se nos unan nuevos competidores en la construcción de la realidad aumentada y la realidad virtual. A medida que los nuevos dispositivos lleguen al mercado, creemos que nuestra industria entrará en una nueva era de crecimiento". 

El hombre fuerte de Meta piensa de inmediato, por supuesto, en las nuevas gafas de realidad virtual de la empresa, las sucesoras de las Meta Quest 2, cuyo precio ronda hoy unos prohibitivos 300 o 400 euros.

Pero Meta, como todo buen misterio, no es solo lo que ella dice de sí misma. También es lo que hace, y lo que ha hecho últimamente deja ver un futuro bastante menos luminoso que el que trata de vender en su blog.

Hablar de Meta en los últimos meses es hablar de despidos. De muchos despidos. Concretamente, de 11.000 puestos de trabajo menos, el 13% de su plantilla, el primer gran recorte en 18 años de vida.

Estos son el resultado de meses de tira y afloja entre Wall Street, que en mitad de una economía cada vez más fría exige resultados inmediatos, y Zuckerberg, que pareció durante algún tiempo dispuesto a hacer valer el mayor peso del valor de sus acciones en Meta para echar un pulso a sus inversores.

Finalmente, en una de las recogidas de cable más groseras que se recuerdan por Silicon Valley, Zuckerberg terminó dando por buena la tesis de sus preocupados fondos: si su tranquilidad exigía sacrificios, él estaba dispuesto a que rodaran cabezas.

La ola de despidos ha amargado estas fiestas en España, donde Meta ha despedido en un ERE que lleva por fecha el 1 de enero al 18% de su plantilla, entre 30 y 35 de sus 200 empleados.

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Con todo, hay expertos que opinan que la empresa no perderá el rumbo.

"Son recortes que no afectan de manera estructural a la apuesta, que es decididamente el metaverso. El mayor reto es que la sociedad migre del plano real al virtual. Para hacerlo, ya están convenciendo a algunas compañías. Iberdrola, por ejemplo, celebró una junta de accionistas en el metaverso", explica Susana Pascual, CEO de PixelsHub, empresa especializada en realidad virtual y aumentada.

"Muchas grandes empresas han invertido en el metaverso esperando tener retorno comercial. Habrá que ver si esto de verdad les da ventaja, pero desde luego se han acercado al punto de vista de Meta", ahonda.

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La tercera pata del misterio de Meta la compone lo que los demás dicen de ella. Y los expertos lo tienen claro: tienen que pasar muchas cosas antes de que Meta consiga la adopción masiva y generalizada de su metaverso.

La primera es que la empresa tiene que decidir qué quiere ser y qué quiere vender.

"El gran dilema de Meta es que si se decidiera de verdad a iniciar un metaverso, tendría que dar a todo el mundo identidades criptográficamente aseguradas. Eso va en contra de lo que es Meta, que es básicamente una empresa de gestión de identidades", explica es Enrique Dans, profesor de Innovación y Tecnología en IE Business School desde hace 30 años. 

"Si para entrar en su metaverso hay que dar permiso a Meta para que maneje nuestros datos privados, eso es una red social tridimensional, si quieres, pero no es el metaverso. Facebook vio que dependía de Google y Android y que eso no era buena idea. Ahora nos quiere convencer de que la única plataforma para el metaverso es la suya, y es una propuesta muy discutible", resume Dans.

No acaban aquí las dificultades que Meta tendrá que enfrentar a partir de 2023.

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"Desde el punto de vista legal, quizá la primera palabra que nos viene a la mente ligada a Facebook es privacidad, y este sigue siendo uno de los grandes retos para las empresas que usan la plataforma como vía de promoción y conexión con sus distintas audiencias", comenta Beatriz Rodríguez, socia de RocaJunyent especializada en las áreas de Tecnología, Protección de Datos y Privacidad.

No se trata solo, explica Rodríguez, de resolver la cuestión, aún pendiente, de la potencial transferencia de datos a EEUU por parte de la empresa, sino de explicar, por ejemplo, cómo se está usando la IA para mostrar según qué contenidos a qué usuarios, por ejemplo.

A ello cabe sumar problemas como el acoso sexual y laboral que ya se está produciendo a través de las incipientes plataformas del metaverso.

"Estos retos se pueden afrontar con un buen programa de cumplimiento y un equipo legal formado que entienda no solo la normativa, sino también el funcionamiento de las redes sociales", propone como solución Rodríguez.

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Una misión importante que palidece, sin embargo, ante el gran problema que tiene hoy Meta: está perdiendo interés.

No se trata solo de que su metaverso esté vacío, que también, sino de que, de un tiempo a esta parte, subrayan los expertos, redes sociales como Facebook, la joya de la corona del grupo empresarial, andan perdiendo usuarios por primera vez en casi 20 años.

Casos como el más que fraudulento manejo de datos en escándalos como el de Cambridge Analytica, que acaba de obligar a Facebook a desembolsar 725 millones de dólares para cerrarlo, han supuesto para Meta un daño irreparable a su reputación.

Este justifica el cambio de tercio de la empresa hacia el metaverso. Pero los enfoques son una manta corta: si se apuesta por un área, se dejan descubiertas otras, y en Silicon Valley ya hay quien dice que Meta anda tan embelesada con su realidad virtual que la empresa ha descuidado en los últimos tiempos a sus anunciantes.

"El principal reto que plantea Meta para las empresas viene dado por la falta de crecimiento de Facebook y la ralentización de Instagram. Esto aumenta la competencia entre anunciantes", explica al respecto Rafael Navarro, cofundador de Playfilm, una adtech que busca acabar con el paradigma de las cookies en marketing digital.

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"El otro reto que se plantea es la sobrecarga de publicidad en redes sociales a la que están expuestos los usuarios. Cada vez es más complicado llamar la atención entre miles de impactos diarios, y además se vuelve difícil crear anuncios de calidad que verdaderamente ayuden al usuario en su decisión de compra y le aporten un valor real", ahonda el cofundador de Playfilm.

Finalmente, Meta tendrá que enfrentarse también en 2023 a un poderosísimo enemigo, Apple, que ha retrasado recientemente el anuncio de sus propias gafas de realidad virtual a finales del año próximo.

"Mucha gente se enganchará a esta tecnología a través de Apple. Es una empresa que redefine categorías. Apple está además muy decidida a hacer las cosas por su cuenta, con lo que tiene la capacidad de terminar hundiendo a Meta", opina Dans.

Como en las novelas de misterio, todo se desvelará al final.

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