Radiografía de los jóvenes mediterráneos: sin ahorros, ni vivienda, ni capacidad de hacer frente a gastos básicos

Un grupo de jóvenes durante una sentada contra el encarecimiento de la vivienda en Barcelona
  • Una encuesta a países mediterráneos y del sur de Europa muestra que menos de la mitad de los jóvenes alcanza a cubrir sus gastos básicos y la mayoría no logra emanciparse.
  • Menos del 25% de los jóvenes considera que posee una capacidad de ahorro a largo plazo buena o muy buena.

Y sin capacidad de gasto ni margen para el ahorro, emanciparse se convierte en una utopía. Según el informe, poder acceder a una vivienda es la condición necesaria del paso a la vida adulta. Y, sin embargo, la mayoría de jóvenes no llegan a estar independizados hasta los 28 años.

¿Qué tiene en común un joven que vive en España con uno de Marruecos? ¿Y un italiano con otro de Líbano? ¿Y otro que viva en Túnez con uno de Portugal? Todos viven en países mediterráneos, pero no es solo eso: también coinciden en que muchos no logran hacer frente a gastos básicos y casi ninguno puede emanciparse.

La llaman la generación de la triple crisis: primero fue la de 2008. Después, la del COVID-19 y, antes de que diera tiempo a levantarse, llegó la derivada de la guerra en Ucrania. Los jóvenes viven arrastrando un golpe tras otro, y eso se refleja en su situación en el mercado laboral, en sus ingresos o en su capacidad para acceder a una vivienda. Pero, en el caso de los jóvenes mediterráneos, las huellas se notan todavía más.

Concretamente, en los países mediterráneos y del sur de Europa menos de la mitad de los jóvenes
alcanza a cubrir sus gastos básicos, más de la mitad no tiene capacidad de ahorro a largo plazo y la mayoría no llega a emanciparse hasta los 28 años, según observa el informe La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente, elaborado por EsadeEcPol y la Fundación Friedrich Naumann.

"El tránsito a la vida adulta para las generaciones nacidas entre 1980 y 2005 ha estado marcado por múltiples crisis económicas y sociales, afectando especialmente a jóvenes en el sur de Europa y, por regla general, el arco mediterráneo", apuntan Ignacio Jurado y Jorge Galindo, coordinadores del informe, que incluye una encuesta multipaís a jóvenes de entre 18 y 34 años de España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania.

Solo uno de estos eventos (la recesión de 2008, el profundo acantilado por el que se despeñó el PIB durante la pandemia, que significó además el cierre de centros educativos y laborales en un momento crucial para las carreras de mucha gente: el principio de las mismas, o la combinación de inflación y crisis energética) habría bastado para dejar una huella indeleble en los datos que caracterizan los primeros años de adultez de estas generaciones.

En el caso de los jóvenes, esas crisis se traducen en una palabra: precariedad. En los últimos años se han sucedido una serie de crisis que han sido especialmente dañinas para algunos colectivos y los jóvenes han sufrido las consecuencias de esa destrucción.

Esas consecuencias se observan, por ejemplo, en la imposibilidad de hacer frente a gastos básicos. Casi un 30% de los jóvenes de entre 18 y 35 años de España y Portugal aseguran tener grandes dificultades para hacer frente a gastos como alimentación, vivienda, transporte o energía. 

Y aún así, están mejor posicionados que sus homólogos de otras economías mediterráneas orientales. Los jóvenes de Marruecos, Túnez y, sobre todo, Líbano, evalúan mucho más negativamente su capacidad de gasto. En el Líbano, por ejemplo, un 48% de los jóvenes dice tener mala o muy mala capacidad para cubrirlos y solo un 25% considera que los puede cubrir con holgura.

Esto se da especialmente en el arco sur de Europa, debido a que se trata de "economías caracterizadas por una distribución desigual de la renta, del capital, y de los mecanismos de protección del bienestar a favor de las viejas generaciones", apunta el informe.

Sin embargo, el informe matiza que "si analizamos España más en detalle para un conjunto más amplio de gastos, comprobamos que, a pesar de su posición ventajosa respecto al resto de países del Mediterráneo, los jóvenes españoles evalúan su situación como bastante precaria en varias dimensiones".

Jóvenes

Por ejemplo, solo el 42% de los jóvenes españoles afirma ser capaz de cubrir de manera adecuada sus gastos básicos. Además, tienden a afirmar que tienen una situación financiera comprometida. Esta situación, por ejemplo, limita significativamente sus oportunidades de ocio, con más del 30% de los jóvenes manifestando dificultades para costear estas actividades.

Tampoco hay margen para el ahorro. En todos los países analizados menos del 25% de los jóvenes considera que posee una capacidad de ahorro a largo plazo buena o muy buena, pasando del 48%
de España hasta el 70% de Túnez que consideran que no tiene capacidad de ahorro a largo plazo.

Mientras que España e Italia aproximadamente el 50% de los jóvenes piensa que su capacidad de ahorro a largo plazo es deficiente (48,5% para España y 51,1% para Italia), esta cifra se eleva al 70% en el caso de Jordania, Túnez y Líbano.

Concretamente, en España  solo el 30% de los jóvenes se considera capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40% enfrenta dificultades para ahorrar a corto plazo

Guía para empezar a ahorrar.

La emancipación del hogar familiar es notablemente tardía aún hoy; en los países del sur de Europa, entre un 23% (Portugal), un 26,5% (España) y un 29,5% (Italia) de las personas de 30 a 34 años aún vive con sus padres. Las cifras son aún más altas en el norte de África, rozando el 50% de Túnez.

Para muchos jóvenes, la falta de ingresos es el principal factor para no emanciparse. Lo piensan el 66,3% de los jóvenes españoles, el 62,4% de los portugueses y el 61,2% de los italianos. La cifra baja al 40% para Túnez o Líbano, y al 30% para Marruecos. 

Al mirar el sueldo de los jóvenes, todo encaja. Según el informe del Consejo de la Juventud de España, "el 60% del total de jóvenes no tiene salario". En cuanto al resto, el sueldo medio de los menores de 30 está en 12.850 euros netos al año.

Según datos de la Agencia Tributaria, en España hay 3,3 millones de jóvenes que cobran menos del salario mínimo. En 2001, sólo el 52% de los menores de 25 cobraba por debajo del salario mínimo. 20 años después, ese 52% se ha convertido en un 82%. De poco más de la mitad, a la gran mayoría.

Un grupo de personas en una ilustración

Con estas perspectivas de gasto, ahorro y emancipación, triunfa el pesimismo a la hora de mirar al futuro:

En la mayoría de países, al menos un 40% de los jóvenes evalúa el futuro de su país a veinte años como de declive (48% en Portugal, 47% en Italia, 42% en España). En cuanto a la proporción de jóvenes que esperan progreso para su país a veinte años: en España un 25,2% lo espera, 21,8% en Portugal y solo un 20,7% en Italia.

La encuesta acumula 9633 observaciones, correspondientes a 1526 para España, 1530 para Italia, 1532 para Portugal, 1540 para Marruecos, 1505 para el Líbano, 1000 para Túnez y 1000 para Jordania. 

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