11 maneras de calentar una habitación sin encender la calefacción

Calentar una habitación sin encender la calefacción

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  • Existen varios trucos para mantener la casa caliente sin tener que encender la calefacción, o rentabilizando al máximo las horas de calor de los radiadores.
  • La ropa que utilizas, los materiales o el aislamiento de las ventanas son algunas de las claves que debes tener en cuenta para ahorrar en calefacción. 

"Qué cara está calefacción", seguramente sea una de las frases más escuchadas en los últimos tiempos. La calefacción absorbe el 47% del consumo energético de los hogares españoles, golpeados por la inflación y los costes al alza de la energía.

La crisis y los elevados costes de la factura de la luz ponen a millones de hogares en situación de pobreza energética, un factor de riesgo asociado a graves problemas de salud: varios estudios vinculan vivir en un hogar frío con más peligro de ictus, infecciones respiratorias e incluso de muerte.

¿Cómo mantener tu casa caliente poniendo la calefacción lo menos posible o sin que te llegue un recibo de la luz estratosférico? Anota estos trucos para calentar —o mantener caliente— una habitación sin electricidad.

1. Instalar una chimenea

Poner una chimenea se trata de un gasto inicial, pero es una buena inversión para mantener caliente tu casa sin calefacción. Según datos de Cronoshare, construir una chimenea de obra en España tiene un precio situado entre los 500 y los 4.000 euros.

Es habitual que la construcción de una chimenea de leña cueste entre 800 € y 1.500 euros. Las de gas son más costosas (entre los 2.200 y los 6.800 euros), las de bioetanol más baratas (entre 100 y 1.600 euros) y las de pellets oscilan entre los 1.500 y los 2.400 euros. 

2. Tapar grietas y hendiduras alrededor de ventanas y puertas

Este desperfecto en tu hogar puede provocar corrientes de aire, enfriar las habitaciones y deteriorar el bienestar de los habitantes de la casa.

Las grietas más comunes suelen tener un grosor de medio centímetro y pueden obedecer a cambios en la temperatura, problemas estructurales o daños en la parte interna o el revestimiento de la pared.  

Para las fisuras, bastará con utilizar un sellador, mientras que una grieta de mayor tamaño es probable que precises la intervención por parte de un especialista en bricolaje o construcción. Si tienes seguro del hogar, consulta si cubre este desperfecto. 

En todo caso, es importante bloquear con cinta adhesiva y un material grueso la hendidura desde el momento de su detección, para poder impedir el paso de la corriente de aire hasta el momento de su reparación. 

3. Abrigarse bien (y por capas)

No es normal tener el termostato a una temperatura tan elevada que te pasees en pantalón corto y camiseta de tirantes por tu casa en pleno invierno. La temperatura ideal para ahorrar en calefacción son 18 °C, según la Organización Mundial de la Salud.

Si vives con personas mayores en casa o tienes problemas de salud, es mejor estar a 20 °C o 21 °C. En general, la temperatura nunca debe inferior a 12 °C ni superior a 24 °C. En invierno, un truco es abrigarse por capas, con ropa interior y camisetas térmicas, jerséis de manga larga y la prenda invernal por excelencia: una buena bata mullida. No te olvides de los calcetines.

4. Cerrar las persianas

No se trata de tener todo el día las persianas cerradas, ya que la luz natural aporta muchos beneficios al organismo, como el aporte de vitamina D, la mejora del estado de ánimo o el cuidado de la vista.

Pero sí que resulta importante mantener cerradas las persianas a partir de media tarde y durante toda la noche parra favorecer el aislamiento térmico e impedir que el calor se escape. Si tienes cortinas, despliégalas también. 

5. Ventilar el tiempo justo y a horas adecuadas

Es importante ventilar todos los días para favorecer la buena calidad de aire e impedir la formación de humedad o de moho negro. Para la renovación del aire, solamente hacen falta 10 o 15 minutos. Con esa cantidad de tiempo, apenas bajará la temperatura de tu hogar. 

En invierno lo idóneo es ventilar por la mañana, y si hace mucho frío, mejor al mediodía. Nunca lo hagas por la noche, ya que si la casa está caliente estropearás el trabajo, enfriándola de golpe y requiriendo un gasto extra de energía.

6. Puertas siempre cerradas

Debes tener las puertas de las habitaciones permanentemente cerradas durante el invierno para que el calor se conserve dentro de ellas, especialmente en las estancias en las que pasas más tiempo, como el salón o la habitación.

También es recomendable dormir con la puerta cerrada para estar más calentito.

7. Pon burletes en puertas y ventanas

Las estadísticas apuntan a que hasta el 10% de la energía puede escaparse por debajo de las puertas debido al desnivel entre la puerta y el piso, causante de corrientes de aire.

Una manera de solucionarlo y ahorrar en calefacción es colocar burletes tanto en puertas como en ventanas. Sirven para sellar con eficacia la zona y evitar la entrada de frío, así como de insectos, suciedad y polvo. Mejorarás la eficiencia energética de tu casa sin hacer reformas.

8. Aislamiento en las ventanas 

El material de las ventanas influye mucho en la capacidad de aislamiento y, por tanto, en la posibilidad de mantener una habitación caliente con poca o nula calefacción. Unas buenas ventanas pueden disminuir la factura de la energía eléctrica en un porcentaje importante, y además, reducen la contaminación acústica. 

¿Qué ventanas son las mejores para aislarte del frío? Las que incluyen varios vidrios acústicos, tienen un espesor mínimo de 6 milímetros y un marco fabricado con materiales aislantes como PVC o aluminio con rotura de puente térmico.

9. Cubre los suelos de las habitaciones con alfombras

Las alfombras son otro de los elementos que te permiten mantener la casa caliente durante el invierno sin tirar tanto de los radiadores. Actúan como aislante térmico y evitan la pérdida de calor que se produce a través del suelo. 

No todas son iguales: las de mayor densidad —es decir, más fibras por centímetro cuadrado— o las de lana anudada son las que te permitirán conservar mejor el calor. 

10. Mantas en tus lugares favoritos (y otros elementos)

Tanto para ti como para tu perro o tu gato, las mantas deben ser compañeras imprescindibles de los meses más fríos del año. Ten varias para el sofá, un apoyo extra en la cama o para tu despacho, si trabajas en casa.  

Los sacos de semillas, las bolsas de agua caliente, y los calentadores de manos también te ayudarán a ganar en confort y bienestar, especialmente si tienes las manos y los pies fríos por problemas de circulación, o eres una persona friolera a secas. 

11. Saco de dormir y un buen nórdico

Para las noches más frías el año, el saco de dormir te resultará de gran ayuda, ya que proporciona más aislamiento que una manta normal. 

También te ayudará beber bebidas calientes, encender varias velas juntas, tener una pequeña estufa de pellets o probar con cacharros como Egloo, un calentador de terracota sin electricidad que también hace las veces de humidificador y difusor de aromas. 

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